viernes, 29 de junio de 2012

“STOP RUSSIA AT ONCE, STUPIDS”

“STOP RUSSIA AT ONCE, STUPIDS”

 

"It's the economy, stupid" was the phrase which James Carville coined as a campaign strategist of Bill Clinton's successful 1992 presidential campaign against president George W. Bush. Sometimes obvious truths must be remembered in a strong language because people, public opinion, medias or politicians, trying to avoid bigger conflicts, became almost blind when they are before common sense answers.

Yesterday, a second turkish aircraft (this time a plane searching the wrecks of the first one destroyed by the syrians a few days ago) was spotted and dammaged by syrian artillery. Turkey is an important piece of NATO and it is a natural next step to consider that national security is endangered by the crazy play pushed by Poutine and Bachar al Assad. We still are very far from a serious war, but this is the right way you finish in a nasty regional confict.

Read and see more

http://security.blogs.cnn.com/2012/06/25/can-turkey-force-u-s-and-other-nato-countries-to-attack-syria/

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/06/28/actualidad/1340873197_263647.html

http://syrie.blog.lemonde.fr/2012/06/26/incident-aerien-la-turquie-est-prevenue/

UNDER THE ”ZETAS´S” POWER


UNDER THE “ZETAS´S” POWER


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“The New Yorker” published in its last issue a very good “ensemble” of photos from the mexican photographer Eunice Adorno reflecting the “ghost towns” caused by the “Zetas” war activities . The Editors asked Adorno to join Victor Hugo Ornelas, himself a journalist and one of the main subjects in William Finnegans article, also published this week in “The New Yorker”, on the subject off  drugs war in Jalisco and, specially, in the town of Guadalajara.

Both, Adorno and Ornelas, visited several of the neighbourhoods described by Finnegan in his article and Adorno pictured them.  Ornelas was at the same time Adorno’s guide and subject of analysis. The fact that eighty-three journalis was put to death in the region during the last ten years was always present in Ornelas memory. This was clearly reflected in her photos.

Read more in links to the two articles

jueves, 28 de junio de 2012

¿ LA ”DEMOCRACIA” EN EGIPTO ?




Des Palestiniens célèbrent la victoire de Mohamed Morsi à Rafah, bande de Gaza.

¿ LA “DEMOCRACIA” EN EGIPTO ?

Finalmente, y luego de una larga y tensa espera que se prolongó desde el jueves de  la semana pasada, el candidato a Presidente de los Hermanos Musulmanes, el ingeniero de 60 años, Mohamed Morsi, se transformó, el domingo 24 de junio, en el primer Presidente electo de Egipto.

Mohamed Morsi será el Jefe del Estado del país árabe más poblado del mundo (que no del país musulmán de mayor población). Proveniente del grupo o, mejor dicho, de la cofradía de los “Hermanos Musulmanes”,  una formación política islámista recurrentemente reprimida por el “establishment” político egipcio construido por el movimiento nasserista  que gobernó el país desde 1954 hasta la caída de Mubarak en febrero de 2011, Morsi es el primer civil que accede a la presidencia desde el fin de la monarquía. En realidad, conviene recordarlo, los Hermanos Musulmanes fueron aliados de Nasser en su lucha por el poder en Egipto, pero esa alianza duró poco y, ya a inicios de los años 50, los islamistas terminaron en prisión o trabajando clandestinamente.


Morsi resultó candidateado cuando Khairat al Shater, el primer aspirante a la candidatura fue descalificado quizás por ser portador de un perfil demasiado abiertamente  “integrista”. Mohamed Morsi, en cambio, con una carrera académica en el exterior y en Egipto, de perfil bajo y dueño de un discurso en el que se presenta, simultáneamente, como un conservador profundamente religioso y como un interlocutor abierto y moderado para con los liberales, pareció ser electoralmente mucho más apropiado que Khairat al Shater.


A pesar de que sus raíces islamistas generan internacionalmente una muy fuerte preocupación, el mundo tomó nota de que uno de sus primeros compromisos fue el de ser el presidente de todos los egipcios e, incluso, el mismo domingo, realizó el acto simbólico de desafiliarse de los Hermanos Musulmanes.


El triunfo de Morsi fue reconocido por la comunidad internacional y, en algunos casos, dicho reconocimiento estuvo acompañado de una genuina felicitación ante un acontecimiento que algunos ven como un paso significativo en la consolidación de un régimen democrático en Egipto.  


En realidad, el final del proceso electoral en Egipto (y en buena medida también sus prolegómenos) se presenta ante los ojos del observador externo como una compleja combinación de luces y de sombras. A pesar de que el domingo, partidarios de Morsi y la población en general. cantaban alborozados en la Plaza Tahrir por el triunfo del nuevo presidente, no es menos cierto que no habia entre ellos prácticamente ninguno de los jóvenes laicos y modernos que fueron quienes hicieron de esa plaza el emblema de la posibilidad de una futura democracia en el país.


No era la única nota discordante. No solamente estaban ausentes los jóvenes que, inspirados en lo que estaba sucediendo en Túnez, se animaron a desafiar a Mubarak. El candidato electo, Mohamed Morsi, en su primera alocución al pueblo egipcio, tuvo que incluir una insólita declaración dedicada a las Fuerzas Armadas en la cual declaró, más o menos textualmente, que
las  miraba con un amor tan intenso desde su corazón que sólo Dios conoce.

O sea que no solamente los principales actores de la primavera egipcia no estaban festejando en la Plaza Tahrir (electoralmente no pudieron organizar una candidatura realmente de masas y quedaron atrapados en la disyuntiva de votar o bien al islámista Mohamed Morsi o bien a Ahmed Chafik, que, en los hechos, terminó siendo el candidato del "antiguo régimen" y casi la garantía de la continuidad política del autoritarismo tradicional): el candidato integrista electo hubo de comenzar su primer mensaje a la nación haciendo una referencia explícita a quienes parecen dispuestos a fungir como sus "mentores" de las Fuerzas Armadas.


Esta mezcla de luces y de sombras que complica el resultado del proceso iniciado en febrero 2011, se advierte desde todos los ángulos que los acontecimientos sean considerados. Un grupo importante de votantes laicos seguramente se negó a votar y, si bien es importante destacar que Mohamed Morsi es el primer presidente electo por votación de  Egipto, acaba de ser reconocido como tal, después que las Fuerzas Armadas procediesen a una suerte de "intervención institucional" que, en algunos aspectos, tuvo los visos de un golpe de estado.


Esta opción por la abstención de los jóvenes laicos, seguramente no significa la desmobilización definitiva de aquellos primeros abanderados anti-Mubarak proclives a una verdadera democracia laica en su país natal. Prueba de que siguen actuando es que los sitios web de los Hermanos Musulmanes fueron ” hackeados” y que las oficinas centrales del "oficialista" Ahmed Chafik terminaron incendiadas. Esta violencia rampante forma también parte del panorama de luces y sombras que nos interesa transmitir aquí.


El domingo 17 de junio, apenas culminado el segundo turno de las elecciones de las que finalmente Morsi saldría vencedor una semana después, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), decidió  "redefinir" las atribuciones que tendría el Jefe del Estado que saliese finalmente electo del proceso. Era esta la segunda intervención intempestiva de las Fuerzas Armadas en el proceso porque, algunos días antes,  las Fuerzas Armadas invalidaron la elección de casi un tercio de los diputados recientemente electos y disolvieron la Cámara de Diputados, según lo declarado por ellas,
“…para dar cumplimiento a una decisión del Tribunal Constitucional Supremo que objetó diversos aspectos de escrutinio”.

Este intervencionismo de las Fuerzas Armadas, nunca abiertamente contrario al proceso de democratización pero sistemáticamente desplegado para que todos los actores políticos tomen consciencia del protagonismo militar, ha debilitado en buena medida la imagen de los Hermanos Musulmanes. Es ostensible que éstos vienen negociando con las FF.AA. en una postura que la población, acostumbrada a visualizarlos como integristas radicales, entiende poco y mal. Aunque una de las primeras demandas del nuevo presidente fue que su juramento como Jefe del Ejecutivo deberá realizarse ante el Parlamento (cuando sabemos que la Cámara baja de éste ha sido disuelta por las FF.AA. "por orden" del Tribunal Constitucional Supremo), este "desafío" a los militares no parece de talla a hacerlos retroceder y, en algún sentido refuerza la sensación popular de que entre FF.AA. y Hermanos Musulmanes se ha establecido un diálogo "discreto" pero fluído.


De cualquier manera, los islamistas siguen siendo el grupo mejor organizado y conservan las redes de imbricación social entre la población que hubieron de tejer durante décadas de lucha clandesita. Esas redes son el fruto de la visión de su fundador, Hasan Al' Banna, que, consciente de las enormes debilidades del estado en las regiones rurales más pobres y apartadas del país, donde residen millones de campesinos en condiciones sociales deplorables, decidió que los "Hermanos Musulmanes" debían integrarse precisamente allí donde nadie estaba trabajando políticamente y hacer revivir las creencias musulmanas.


En parte el triunfo (por "regateado" que haya sido por las FF.AA.) de Morsi es el fruto de esta consistente estrategia. Sin embargo, el estallido de la juventud, y particularmente el de la juventud urbana laica, moderna, enlazada por las redes sociales con Occidente y con el mundo en general, era un escenario absolutamente impredecible en la estrategia, en el fondo profundamente conservadora, de los Hermanos Musulmanes.


Si Mohamed Morsi pretende terminar su mandato, deberá no solamente hacer concesiones a los militares: hay todo un Egipto que ya no comulga con el planteo islamista tradicional y que le va a exigir que tenga en cuenta también sus demandas que son totalmente contradictorias con el programa tradicional de los Hermanos Musulmanes.


Este escenario en el que el nuevo presidente parece atrapado en un tejido de demandas múltiples y contradictorias, así planteado, no parece demasiado novedoso. En el fondo hay muy pocos presidentes que no hayan empezado su mandato apoyados en el punto de convergencia de un buen número de fuerzas políticas y demandas sociales contradictorias. 


Sin embargo, lo que tiene de peculiar la posición de Mohamed Morsi es que es que su elección es la elección de un presidente que deberá dirigir el país
al mismo tiempo que se define la Constitución política que habrá de regir a Egipto. Y eso sí que es una situación novedosa, particularmente frágil y creadora de inestabilidad. Si, de por sí, una transición política de este tipo constituye siempre una operación difícil, pretender definir las competencias de las autoridades del nuevo régimen, durante la práctica gubernamental y sin contar con un texto Constitucional establecido, parece una operación extremadamente compleja.

Aunque teóricamente, la operación de la transición debió de haberse llevado adelante en otro orden, lo cierto es que Egipto optó por votarse primero un Poder Legisltativo, luego elegir un Presidente, para, recién después, darse un texto constitucional. El problema evidente es que las autoridades electas, al no existir una Constitución que redefina sus nuevas competencias, no pueden discernir claramente las fronteras de su ámbito de acción y esa indefinición habrá de ser inexorablemente utilizada, en particular, por los actores políticos más poderosos. Este escenario plantea dos problemas mayores que se presentan como verdaderas "hipotecas" para todo el proceso de transición y para que, eventualmente, el gobierno Morsi llegue algún día a buen puerto. 


En primer lugar, la inexistencia de un nuevo texto constitucional que sea producto del proceso de transición deja abierta la puerta a todo tipo de ingerencia de parte de las FF.AA. sin que, formalmente, dicha ingerencia configure una violación constitucional clara puesto que este texto, en los hechos, recién será aprobado a posteriori. En segundo lugar, el otro riesgo evidente es que la discusión constitucional se transforme en el principal frente de batalla entre los actores políticos del país y que la gestión gubernamental o bien quede relegada a un segundo plano, o bien se entremezcle de manera tan íntima con la discusiòn constitucional que no pueda claramente discernirse de qué realmente se está discutiendo.


En cualquier caso, resulta evidente que el proceso de transición a la democracia en Egipto está muy lejos de ofrecer algún tipo de garantía sobre su futuro derrotero. Las amenazas no dejan de acumularse y las habilidades del nuevo presidente todavía quedan por demostrarse.

LE POINT DU ”FIGARO” SUR LES RÉVOLTES ARABES




Image de Baba Amro, un quartier sunnite de Homs, datée de mardi.

LE POINT DU ”FIGARO” SUR LES RÉVOLTES ARABES

Une mise au point complète sur la situation des révoltes arabes depuis un an et, tout particulièremente en Syrie, où les conditions de répression sur la population civiles ne cessent d´empirer. De manière de plus en plus claire deux choses deviennent évidentes:
1.- Les EE.UU et l`Occident n´ont pas la force et/ou la volonté politique d´arreter la Russie qui est devenue le pilier du régime de Bachar el Assad,
2,- Celui-ci et la Russie sont parfaitement décidés à mener à bien non seulement un long massacre: de toute évidence une lente transformation de massacre de la population civile en génocide de plus en plus généralisé est en cours sous la responsabilité de Poutine et de  Bachar el Assad
Voir
http://bit.ly/KGrj8t

jueves, 21 de junio de 2012

WHY DO POLITICIANS REVERSE THEIR POSITIONS ?




WHY DO POLITICIANS REVERSE THEIR POSITIONS ?

Whatever the motives of individual politicians could be, the end result seems to be the same: an important policy that once enjoyed broad support within a political Party suddenly faced unified opposition in this Party. Usually this opposition that was supported, echoed, refined and popularized by all kind of institutions within this Party. finished by stopping the political future of the idea. In a large part, this was the story of the law of the Affordable Health Care Act, initially accepted by a majority of  congressmen and now largely considered as an “unconstitutional“ law. Why this change in the opinion of politicians?

The “UNPOPULAR MANDATE” from “The New Yorker”.


FRANCIA: LOS DESAFÍOS POLÍTICOS DE HOLLANDE





FRANCIA : LOS DESAFÍOS POLÍTICOS DE HOLLANDE



Hace apenas unas pocas semanas, para ser precisos el 3 de mayo pasado, el entonces candidato del Partido Socialista francés obtenía la presidencia de la República y nosotros escribíamos un editorial en el que manifestábamos la posibilidad de que dicha elección abriese, de una manera todavía no muy clara, una crisis política en el país.

Nuestras prevenciones no eran el resultado de un ejercicio de pesimismo gratuito. Lo que sucedía entonces era que el novel presidente iba a tener que enfrentar inmediatamente una dura crisis financiera y económica como la que aqueja a Europa y ello con la perspectiva de enfrentar elecciones legislativas unas 5 o 6 semanas después de asumir la presidencia. En otros términos, el presidente electo no podía conocer la composición futura del Poder Legislativo por un período (corto pero particularmente difícil) y, después de la segunda semana de junio, debería aceptar la composición de la Asamblea que el electorado decidiese.

En el día de hoy acaban de conocerse los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas y la prensa francesa, particularmente la de izquierda, se muestra exultante. Con probablemente unos 3oo diputados, entre propios y “cercanos”, el partido socialista está seguro de obtener la mayoría absoluta lo que lo libera totalmente de depender de otras formaciones de izquierda más radicales y, por lo general, menos sensatas. Si se contabiliza el aporte de los representantes de “otras izquierdas” democráticas (y excluyendo, desde luego, al Partido Comunista cuya pertenencia a la izquierda es en esencia una mitología anclada en las viejas generaciones en vías de desaparición) la izquierda parlamentaria podría llegar a más de 340 representantes.

Aunque no tenemos aún cifras oficiales definitivas, con esa conformación de la Asamblea la presidencia de Hollande se presenta aparentemente sin obstáculos en lo que a apoyo parlamentario se refiere. Conviene recordar, no obstante, que, a pesar de esta votación histórica, la izquierda no consigue llegar a los 3/5 del total de ambas cámaras integrantes del Poder Legislativo, es decir a la mayoría especial que decisiones institucionales mayores requieren.

En un principio algunos analistas temían, que el voto popular, que muchas veces en Francia ha procedido de esa manera, en un movimiento de “compensación política”, votase una Asamblea más a la derecha, de manera de limitar el poder del nuevo presidente electo. Eso no sucedió en absoluto: en realidad parece haber acontecido lo contrario. Un cierto entusiasmo que Hollande comienza a despertar paulatinamente (su perfil y personalidad no son, a decir verdad, muy proclives a atraer irresistiblemente a la opinión pública y a las masas) en el electorado parece haber favorecido al partido socialista en su conjunto que, gracias a una suerte de “efecto Hollande”, logra, en estas elecciones legislativas, un nivel histórico de votación.

Todos estos resultados electorales de los socialistas y de las fracciones de izquierda parecen tornar injustificado el título de aquel editorial publicado hace 6 semanas en el que nos preguntábamos sobre la posibilidad de una crisis política en Francia. En realidad, es cierto que la amplitud del triunfo socialista es más grande de lo que esperábamos (es más, sorprendió a muchos franceses e, incluso, a muchos socialistas de ese país) pero esta faceta triunfalista de la lectura socialista de los resultados de los 4 eventos electorales sucesivos (las 2 vueltas de elecciones presidenciales y las 2 vueltas de elecciones parlamentarias) no logra ocultar un problema que era el que ya nos preocupaba en la instancia de la elección presidencial.

Si uno compara esta elección con la inmediatamente anterior de junio del 2007, advertirá que el electorado francés ha votado de manera mucho “más polarizada”. O, para ser más precisos, no se puede dejar de darse cuenta que “el centro” del espectro político francés se ha evaporado por más que la distancia entre los dos partidos, el socialista de centro-izquierda y la UMP de centro-derecha,  aparezca hoy algo disminuida.

Si comparamos la primera vuelta de las elecciones legislativas de 2007 y 2012 (no tenemos resultados definitivos de la 2ª. Vuelta de la última), este desdibujamiento del centro es bastante claro. No solamente el MoDem de François Bayrou, el partido centrista por excelencia, ha quedado reducido a 2 representantes (la votación de Bayrou en la elección presidencial bajó de  7.76  % en 2007 a 2.33  % en 2012). La extrema derecha de Marine Le Pen tuvo un crecimiento formidable de votos así como algunos grupos ubicados a la izquierda del Partido Socialista igualmente lo tuvieron. El Frente Nacional pasa de 4.70% hace 5 años a 13.77% de los votos en 2012 y diversos partidos de izquierda agrupados pasan de sumar alrededor de 4.40% en 2007 a votar casi el 12% de los sufragios en la reciente primera vuelta de las legislativas.

Dos elementos peculiares, pero algo engañosos, de alguna manera “amortiguan la traducción política”, a nivel de la representación legislativa, de esa tendencia a la polarización existente en la opinión pública y en el electorado francés.

Por el lado de la izquierda, el Partido comunista tradicional no vota bien mostrando que, finalmente, el enraizado estalinismo de los herederos de aquel aterrador PCF  cultor del agobiante relato de la IIIa. Internacional comienza a desfallecer. Pero hay una nueva izquierda, más extrema que el centro-izquierdismo socialista, que está reemplazando a los dinosaurios nostálgicos de la Guerra Fría. La aparición de un grupo parlamentario de los Verdes forma parte, por ejemplo, de ese proceso.

Y del lado de la extrema derecha, como vimos, también hay un fenómeno que cambia el aspecto exterior del proceso pero que no hace sino disimular la polarización que nos preocupa. En las elecciones presidenciales, la votación del Frente Nacional de Marine Le Pen fue histórica, pasando su partido a ser el tercer partido de Francia aunque dado el sistema de representación mayoritaria, y la particular arquitectura de las circunscripciones electorales francesas, esa masiva votación, trasladada a las legislativas, sólo permitiese la elección de, probablemente, 2 (o eventualmente 3) diputados de extrema derecha. Pero los votos están allí, presentes en la opinión pública aunque el sistema de representación no los sancione.

La cuestión que merece ser reflexionada, entonces, no es que las dificultades del futuro gobierno Hollande vayan a pasar por la fuerza de la oposición política institucionalizada. En realidad, con quien tendrá que lidiar el nuevo presidente, es con un electorado que ya manifiesta su malhumor ante la crisis que viene acentuándose desde hace un par de años y que comienza a desplazar sus votos hacia los extremos del especto político.

Por ahora, el “voto castigo” a las pamplinas de Sarkozy, favoreció sobretodo al PS pero eso era bastante previsible por lo que la prensa de izquierda haría bien en moderar su exitismo. Porque la crisis en Europa no hace sino comenzar y el entonces candidato Hollande, ahora Presidente, no fue muy prudente durante su campaña y no articuló ninguna idea consistente sobre como piensa enfrentar la crisis.

Aunque estuvo muy lejos de los disparates populistas que acostumbran los ”progresistas” latinoamericanos que nos persiguen en este condenado continente, Hollande no tuvo el coraje de proponer una sola idea, por ejemplo, sobre la absolutamente inevitable reforma de la seguridad social. Alguien nos dirá que, políticamente, debía separarse de la reforma iniciada por Sarkozy en ese terreno, si aspiraba a una buena elección. Podrá ser tácticamente cierto pero tiene que comenzar ya a pergeñar algún otro formato de reforma porque los números financieros de “la Sécu”, hace décadas que no son aceptables.

Tampoco se ha animado Hollande siquiera a hablar del demencial engendro de las “35 horas” semanales que su partido inventó rato ha. En el contexto de la crisis actual, el tema de la productividad de Francia es absolutamente central para que este país pueda  “seguir el paso” de Alemania. Y eso significa no solamente cierta austeridad presupuestal (versión Merkel del problema), que no está reñida, por cierto, con una política económica más expansiva y proclive al crecimiento. Significa mucho más porque el problema de fondo que está planteado es algo que el electorado francés está muy pero muy lejos de haber entendido en el mensaje de su nuevo Presidente: significa que, ineludiblemente y de cualquier manera, los franceses deberán trabajar más, trabajar mejor y gastar menos.

Y esa ecuación es la que Hollande tendrá que implementar pese lo que le pese. Porque si es cierto que buena parte del futuro de Europa depende de una Alemania menos “egoista”, no es menor cierto que el mismo futuro también depende de una Francia bastante más eficiente. Lo demás son triquiñuelas para ganar tiempo.
 

miércoles, 20 de junio de 2012

EL DESOLADOR PANORAMA ELECTORAL MEXICANO

EL DESOLADOR PANORAMA ELECTORAL MEXICANO






El 1o. de Julio próximo los mexicanos deberán de concurrir a las urnas para elegir, mediante elecciones generales, al nuevo Presidente de la República, a 128 senadores y a 500 diputados. Desde luego que, como toda elección presidencial en cualquier país, y además tratándose de elecciones generales, estamos ante un acontecimiento trascendente en la vida de México. No obstante es necesario señalar que, en este caso, el evento es particularmente trascendente y ello fundamentalmente por tres razones.

En primer lugar porque esta elección sería, strictu sensu, la tercer elección aceptablemente democrática en la historia de ese país. Recordemos que de 1929 (por poner una fecha algo arbitraria que simbolice el inicio de la hegemonía priísta, primero bajo la sigla de Partido Nacional Revolucionario (PNR), luego con la de Partido de la Revolución Mexicana (PRM), para finalizar con la de PRI) hasta el año 2000, México vivió una suerte de dictadura regida por el autoritarismo populista del partido hegemónico emergido de la Revolución iniciada en 1910. Si admitimos que la elección del presidente Fox, en el año 2000, fue la primera que ofreció garantías creíbles de haberse desarrollado regularmente en toda la historia del país, es necesario recordar, entonces, que en México la realización de elecciones limpias y el respeto por el voto popular es más una excepción que una regla. Razón poderosa para que estas elecciones sean esperadas a la vez con esperanza y aprensión ya que, en realidad estaremos esperando, nuevamente, una excepción y no una elección mexicana “típica”. Dicho esto corresponde señalar que, ya desde antes del triunfo de Fox en el año 2000, el sistema político mexicano comenzó a trabajar para construir un sistema electoral moderno y creíble y la tarea que el Instituto Federal Electoral (IFE) llevó adelante en más de una década constituye un modelo de construcción institucional absolutamente ejemplar. Nadie ha hecho tanto en tan poco tiempo para favorecer la instauración de verdaderos hábitos democráticos en México como el IFE y su tarea debería ser un modelo para muchos países de América Latina y, desde luego, aún más allá.

En segundo lugar, como es de público conocimiento, estas elecciones se van a llevar a cabo en el marco de una nueva circunstancia histórica: la omnipresencia del crimen organizado y su presumible pretensión de transformarse en un actor significativo en el acto electoral y/o en sus resultados. Nadie sabe (o por lo menos no tenemos noticia alguna de que alguien esté seriamente informado) cual habrá de ser la actitud de los diferentes actores que integran esa difusa entidad que nos hemos acostumbrado a llamar “el crimen organizado”. Pero tampoco nadie puede negar que todo ciudadano mexicano espera con ansiedad saber como habrá de operar este imprevisible y detestable actor de la escena política del país.

En tercer lugar, las elecciones generales del 1o. de julio se presentan como particularmente complejas porque las cuatro candidaturas a la Presidencia de la República muestran perfiles políticos, ideológicos y personales que no parecen ser convincentes para la ciudadanía mexicana. Un complejo (y todavía no bien explicado) concurso de circunstancias hizo que los posibles candidatos de mejor perfil, trayectoria más destacada y, si se quiere, “títulos políticos” más legítimos terminase siendo radiados de la competencia electoral. El caso más evidente fue la no postulación de Marcelo Ebrard Casaubon como candidato del PRD y su reemplazo por Andrés Manuel López Obrador, excandidato ya derrotado una vez, que fue incapaz de reconocer honestamente su derrota y que estuvo a punto de poner a México al borde de un severa crisis institucional.

Lo cierto es que hoy, todos nuestros interlocutores mexicanos, a quienes hemos interrogado sobre su opinión sobre los candidatos manifiestan una desoladora desorientación. No encontramos un sólo interlocutor genuinamente entusiasmado por la mas que difusas “virtudes” de los candidatos por lo que se vislumbra, al menos hasta ahora, una peligrosa convergencia en la opinión pública que se expresa en una recurrente pregunta ¿cómo hacemos para votar al menos malo?

Hace unos días, la Revista Nexos publicó tres perfiles de los tres principales candidatos que reflejan con detalle y cautela, en buena medida esta desolación electoral que estos candidatos transmiten. Ofrecemos a nuestros electores los respectivos links.

Ver Links de “presentación” de los tres principales candidatos a la Presidencia

jueves, 14 de junio de 2012

LA INADMISIBLE BARBARIE DE SIRIA

EDITORIAL: LA INADMISIBLE BARBARIE DE SIRIA


 



Aunque ya hemos abordado el tema, tanto en “LETRAS INTERNACIONALES” como en otras instancias, resulta imposible no retornar sobre la situación prevaleciente en Siria y, en particular, sobre su persistente e incontenible deterioro. Cuando escribimos este editorial, y después que ya han sido enterrados los 108 muertos de la masacre de Hula del 25 y 26 de mayo pasados (incluidos más de 40 niños), en lo que va de este fin de semana las cadenas internacionales están denunciando 117 muertos entre el sábado 9 y el domingo 10 de junio. La macabra aritmética de la TV cuenta más de 14.000 muertos en los quince meses de levantamiento popular en Siria. A nadie le cabe la menor duda que, en un porcentaje absolutamente aplastante, esos muertos son responsabilidad de las Fuerzas Armadas del régimen de Bachar el Assad

Ya se ha intentado una amplia gama de instrumentos diplomáticos para tratar de encausar el conflicto. La Liga Árabe ensayó llevar a cabo una mediación que no pareció, en su momento, ser tomada muy en serio por el Assad. También quedó una cierta duda sobre hasta donde los integrantes de esa mediación estaban realmente dispuestos a enfrentar al régimen Sirio y exigirle garantías de detener la represión.

Pero luego vino la mediación de Kofi Annan. Allí no quedaron dudas de tipo alguno sobre la voluntad del mediador: diplomático experimentado, negociador  avezado, aunque algo optimista de más, Annan insistió hasta el cansancio hasta hacer aprobar “…por ambas partes…” (así se expresó en el comunicado oficial) un plan de 6 puntos. Poco de dicho plan se ha cumplido. El cese al fuego ya feneció,  los combates continúan donde se combate, las masacres continúan donde se masacra, y el único resultado palpable sería la autorización dada por el régimen para la presencia de algunos periodistas y el despliegue de algo menos de 300 observadores internacionales desarmados que intentan registran lo que les permitan registrar.

Hoy, la situación es cada vez más grave y ha puesto a la comunidad internacional ante una disyuntiva. Si las mediaciones no funcionan es necesario pensar en otra cosa. Y, en los hechos, hasta ahora dos propuestas se manejan.

La primera propuesta, que indirectamente viene de Kofi Annan y del equipo de las NN. UU. -(aunque conviene recordar que Ban Ki Moon ha expresado posiciones algo más radicales y parecidas a la segunda opción que veremos inmediatamente)-, pretende convocar a un grupo de países que, directa o indirectamente, están interesados en detener el conflicto. Los  integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU, la Liga Árabe, Turquía, Irán, Arabia Saudita y Qatar podrían reunirse y rusos e iraníes “presionar” a Bachar el Assad, mientras que saudíes y qataríes intentarían detener a la oposición. El aspecto más frágil de esta propuesta es que resulta muy difícil imaginar una mesa de diálogo en la que se sienten calmamente a discutir chiítas iraníes con sunitas saudíes. Hoy es algo que aparece como algo poco realista. El segundo es que implica la buena voluntad rusa, cosa que se ha revelado muy escasa.

La segunda es la que reclama la opinión pública internacional y algunos países árabes y occidentales: la intervención militar directa de un grupo de países que debería hacerse, dados los vetos ruso y chino, sin la autorización del Consejo de Seguridad. Aquí los problemas son dos. La iniciativa no entusiasma en Occidente. A ninguna potencia militar (Obama tiene elecciones en el horizonte, Cameron no puede con la crisis económica que lo ha deslegitimado y Francia, aunque no se sabe lo que piensa Hollande, no tiene capacidad operacional para liderar semejante operación) le convence tal aventura. Pero ello es tanto o más desaconsejable, cuanto la propia oposición siria insiste en que no quiere una intervención militar multilateral en su territorio por lo que, a diferencia de lo acontecido en Libia, aunque el ciudadano sirio de a pie recibiese con alegría una intervención extranjera que detuviese los combates, los actores políticos de la oposición en su mayoría se pronunciarían en contra.

Como se apreciará, ninguno de los dos escenarios planteados parece demasiado convincente ni, por otra parte, convoca el verdadero entusiasmo de actores significativos de la comunidad internacional, a no ser, en alguna medida, a las Naciones Unidas.

La cuestión decisiva está, entonces, en el veto ruso interpuesto en el Consejo de Seguridad. Como veremos, el veto no fue coyuntural ni caprichoso. Es la continuidad de una repudiable política que data de la época de la Unión Soviética. Ese veto tuvo las consecuencias que se sabía habría de tener.

En primer lugar paralizó a las Naciones Unidas y, con ello, seguramente, llenó de orgullo a los dirigentes rusos que todavía pugnan por volver a ocupar un lugar de privilegio en el escenario mundial luego del desmoronamiento del fiasco más monumental de la historia moderna, la URSS.

Lo grave es que ese mismo veto fue tomado por Bachar el Assad como un voto de confianza de su viejo aliado y un cheque en blanco para lanzar, sin restricción alguna, a sus fuerzas contra la población civil. Una vez el voto ruso emitido, Assad sabía que Rusia no iba a modificar su posición aunque el régimen sirio comenzase a cometer las peores atrocidades; como torturar niños -(como se acaba de revelar está, efectivamente, haciendo ya desde antes de la matanza de Hula)- o las otras que, con total seguridad, iremos descubriendo paulatinamente. Al igual que sucedió en Rwanda o en Srebrenica, para mencionar nada más que dos ejemplos medianamente recientes.

En segundo lugar, entonces, con su voto, Rusia no solo “detuvo a Occidente”: al mismo tiempo creó las condiciones para que el régimen sirio dejase de lado cualquier escrúpulo o límite, si es que alguna vez tuvo alguno. Y quizás eso es lo que resulta más difícil de explicar en una coyuntura como la de hoy.

En efecto, lo difícil de entender es que el régimen baasista sirio no se ha tornado en genocida en la coyuntura actual. Desde siempre, la estructura de poder creada por la familia Assad, el partido Baas y la minoría alauita, constituyeron  una estructura de opresión que sólo tuvo como objeto el control total de la población. Y “total” tiene, aquí, el sentido de “totalitario”: es decir una estructura que está concebida para ocupar tendencialmente todos los espacios sociales y no permitir el menor intersticio de libertad.

En la cultura islámica hay una expresión muy antigua -(que viene desde el siglo XIV)- “la ´assabiya”, que, como señalase Michel Seurat en sus conocidos trabajos sobre Siria, expresa la creación de un aparato de dominación total sobre la población y que se basa en la transformación, por el partido y la familia Assad, del relato religioso alauita en una opción política expresamente proclive al statu quo. En otros términos: para encontrar algo parecido en Occidente hay que remontarse a las guerras de religión.

Si Hafez el Assad, el padre del tirano actual, fue el arquitecto de dicha maquinaria siniestra, ésta pudo sostenerse durante tan largo tiempo y en un país, en el fondo, relativamente pequeño, porque desde hace décadas y décadas ese régimen usufructúa del apoyo, primero de la URSS, y luego de Rusia. Desde luego que más temprano que tarde Bachar el Assad caerá -esperemos que vivo- y hay alguna chance de que deba responder ante un Tribunal apropiado por crímenes contra la Humanidad. Lamentablemente, es muchísimo menos probable que Putin y Medveded paguen algo por su complicidad con esta infamia contemporánea. Tampoco pagaron los dirigentes de la antigua URSS: ni por sus propios horrores ni por el apoyo de entonces a las infamias de Hafez el Assad.


miércoles, 13 de junio de 2012

¿ALEMANIA CONTRA EUROPA OTRA VEZ ?



Esta vez, Europa está de verdad al borde del precipicio

La gestión de la crisis por Alemania amenaza con repetir las tensiones del pasado siglo

Por Niall Ferguson  y Nouriel Roubini, 10 de Junio 2012  para “EL PAIS de MADRID”

 
Markus Schreiber (Ap)

¿Queda un minuto para la medianoche en Europa?

Nos tememos que la política del Gobierno alemán de hacer algo que sirve ya de poco y llega demasiado tarde corre el riesgo de provocar precisamente una repetición de la crisis de mitad del siglo XX que la integración europea pretendía evitar.

Nos resulta extraordinario que sea Alemania, precisamente, la que parezca no haber aprendido de la historia. Obsesionada con la inexistente amenaza de la inflación, da la impresión de que la Alemania actual otorga más importancia al año 1923 (el año de la hiperinflación) que a 1933 (el año en que murió la democracia). A los alemanes no les vendría mal recordar que una crisis bancaria europea ocurrida dos años antes de 1933 contribuyó de forma directa a la descomposición de la democracia, no solo en su propio país, sino en todo el continente.

Llevamos más de tres años advirtiendo de que Europa continental necesitaba limpiar los lamentables balances de sus bancos. No hicieron prácticamente nada. Mientras tanto, desde hace dos años se está extendiendo un pánico silencioso entre los bancos de la periferia de la eurozona: se han reducido los servicios financieros transfronterizos, interbancarios y generales, y se han sustituido por financiación del BCE; y el dinero inteligente —grandes depósitos no asegurados de personas con altos ingresos— ha abandonado las costas de Grecia y otros bancos mediterráneos.

Pero ahora el público está perdiendo la confianza, y el pánico puede extenderse a depósitos sin asegurar más pequeños. Si Grecia saliera del euro, se produciría una congelación de depósitos, y los depósitos en euros se convertirían en nuevos dracmas: por tanto, un euro en un banco griego no equivale a un euro en un banco alemán. Los griegos han retirado más de 700 millones de euros de sus bancos en el último mes.

Más preocupante es que el mes pasado también hubo un aumento de las retiradas de dinero de algunos bancos españoles. La torpe operación de rescate de Bankia llevada a cabo por el Gobierno solo ha servido para incrementar la inquietud de la población. En una visita reciente a Barcelona, a uno de nosotros le preguntaron varias veces si era seguro tener dinero en un banco español. Este tipo de proceso puede ser explosivo. Lo que hoy es una tranquila visita al banco puede convertirse en una carrera de sálvese quien pueda. Si se produjera la salida de Grecia, las personas racionales se preguntarían: ¿quién va a continuación?

Como se debatió en una reunión del Nicolas Berggruen Institute celebrada la semana pasada en Roma, la forma de salir de esta crisis parece clara. Resulta extraordinario que sea Alemania la que parezca no haber aprendido de la historia.

En primer lugar, es preciso establecer un programa de recapitalización —mediante acciones preferentes sin derecho a voto— de los bancos de la eurozona, tanto en la periferia como en el centro, directa a través del Instrumento Europeo de Estabilidad Financiera (IEEF) y su sucesor, el Mecanismo de Estabilidad Financiera (MEE).

La estrategia actual de recapitalizar los bancos a base de que los Estados pidan prestado a los mercados nacionales de bonos —o al IEEF— ha resultado desastrosa en Irlanda y Grecia: ha provocado una explosión de deuda pública y ha hecho que el Estado fuera todavía más insolvente, al tiempo que los bancos se convierten en un riesgo mayor en la medida en que más parte de la deuda pública está en sus manos.

Segundo, para evitar el pánico en los bancos de la eurozona —un fenómeno seguro en el caso de salida de Grecia y muy probable en cualquier caso— es necesario crear un sistema europeo de garantía de depósitos.

Con el fin de reducir el riesgo subjetivo (además del riesgo del precio de las acciones y el riesgo crediticio asumidos por los contribuyentes de la eurozona), también habría que tomar otras medidas:
1. El programa de garantía de depósitos debe financiarse con los gravámenes bancarios apropiados: podría ser un impuesto de transacciones financieras o, mejor aún, un impuesto sobre todos los pasivos bancarios.

2. Es necesario poner en práctica un programa de resolución bancaria en el que los acreedores no asegurados —tanto mayoritarios como minoritarios— sean los primeros que paguen, antes de recurrir al dinero de los contribuyentes para cubrir las pérdidas de un banco.

3. Deben tomarse medidas para limitar el tamaño de los bancos con el fin de evitar el problema de las entidades demasiado grandes para caer.

4. También somos partidarios de un sistema de supervisión y regulación para toda la UE.

Un euro en un banco griego no equivale a un euro en un banco alemán

Es cierto que el fondo europeo de garantía de depósitos no funcionará si existe el riesgo continuo de que un país se salga de la eurozona. Garantizar los depósitos en euros sería muy caro, porque el país en cuestión necesitaría convertir toda la deuda a una nueva moneda nacional, que enseguida se depreciaría respecto al euro. Por otra parte, si el seguro de depósito solo tiene validez mientras el país no abandone el euro, será incapaz de impedir un pánico bancario. Por consiguiente, es necesario tomar más medidas para reducir las probabilidades de que se produzcan abandonos de la eurozona.

Hay que acelerar las reformas estructurales que estimulan el crecimiento de la productividad. Entre las políticas que pueden conseguirlo están una mayor flexibilización monetaria por parte del BCE, un euro más débil, algún estímulo fiscal en el núcleo duro, más gasto en infraestructuras que reduzcan los cuellos de botella y faciliten el abastecimiento en la periferia (a ser posible, con una regla de oro para las inversiones públicas) e incrementos salariales por encima de la productividad en el centro para impulsar los ingresos y el consumo.

Por último, dado el volumen insostenible de las deudas públicas y los costes de endeudamiento de varios Estados miembros, no vemos alternativa posible a algún tipo de mutualización de la deuda.

En la actualidad existen varias propuestas de eurobonos. Entre ellas, la que preferimos es la de un Fondo Europeo de Redención que hace el Consejo Alemán de Asesores Económicos, no porque sea la mejor, sino porque es la única capaz de aliviar la inquietud alemana sobre la perspectiva de asumir un riesgo crediticio excesivo.

El FER es un programa provisional que no derivará en un sistema de eurobonos permanentes. Cuenta con los avales suficientes y la antigüedad adecuada, además de tener unas condiciones muy firmes. El principal peligro es que cualquier propuesta que sea aceptable para Alemania supondría tal pérdida de soberanía fiscal para los Estados que sería inaceptable para a periferia de la eurozona, en especial Italia y España.
Ceder parte de la soberanía es inevitable. Sin embargo, existe una diferencia entre federalismo y neocolonialismo, como nos dijo un veterano político en la reunión del NBI en Roma. Dado el volumen insostenible de las deudas, no vemos alternativa posible a algún tipo de mutualización.

Hasta hace poco, la postura de Alemania sobre estas propuestas ha sido siempre negativa. Es comprensible la preocupación alemana sobre el riesgo subjetivo. Será difícil de justificar el hecho de que se ha arriesgado el dinero de los alemanes si en la periferia no se llevan a cabo unas reformas sustanciales. Pero es inevitable que esas reformas tarden aún cierto tiempo.

La reforma estructural del mercado de trabajo alemán no fue precisamente un éxito de la noche a la mañana. Por el contrario, la crisis bancaria europea es un riesgo financiero que podría dispararse en cuestión de días.

Los alemanes deben comprender que la recapitalización bancaria, el seguro europeo de depósitos y la mutualización de la deuda no son opcionales. Son medidas esenciales para evitar una desintegración irreversible de la unión monetaria europea. Si todavía no están convencidos, deben entender que los costes de la ruptura de la eurozona serían astronómicos, para Alemania tanto como para el resto del mundo.

Al fin y al cabo, la prosperidad actual de Alemania es en gran parte una consecuencia de la unión monetaria. El euro ha dado a los exportadores alemanes un tipo de cambio mucho más competitivo que el viejo marco. Y el resto de la eurozona sigue siendo el destino del 42% de las exportaciones alemanas. Sumir a la mitad de ese mercado en una depresión no puede ser beneficioso para Alemania.

A la hora de la verdad, como reconoció la canciller Merkel la semana pasada, la unión monetaria siempre tuvo implícita en ella una mayor integración en una unión fiscal y política.

Pero antes de que Europa piense en dar este paso histórico, debe demostrar que ha aprendido las lecciones del pasado. La UE se creó para no repetir los desastres de los años treinta. Ya es hora de que los dirigentes europeos —y en especial los alemanes— sean conscientes de que están peligrosamente cerca de caer en ello.





Niall Ferguson es catedrático de la Universidad de Harvard; su último libro es Civilización: Occidente y el resto. Nouriel Roubini es catedrático en la Universidad de Nueva York y presidente de Roubini Global Economics. Ambos son miembros del Consejo para el Futuro de Europa del Nicolas Berggruen Institute.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Ver Link original
http://economia.elpais.com/economia/2012/06/08/actualidad/1339182933_906945.html

viernes, 8 de junio de 2012

INSEGURIDAD Y VIOLENCIA FUERA DE CONTROL EN EL URUGUAY

 INSEGURIDAD Y VIOLENCIA FUERA DE CONTROL EN EL URUGUAY


Uruguay estrena el registro de antecedentes para menores delincuentes

El deterioro de las condiciones de seguridad en la ciudad de Montevideo y lugares aledaños es altamente alarmante. Lo que resulta más grave de todo es que no solamente el gobierno niega la veracidad de este flagrante proceso. No faltan ciudadanos que se encargan de llevar a cabo la dudosa tarea de atacar y poner en marcha campañas de desprestigio contra aquellos periodistas que, de la manera que mejor les parece (lo que es perfectamente legítimo siempre que permanezcamos en una sociedad en la que debe reinar de libertad de prensa), intentan denunciar el terrible deterioro de las condiciones de convivencia en la capital del pais.

 

Adjuntamos el link al programa “Esta Boca es Mía” de la periodista Victoria Rodríguez

http://www.teledoce.com/noticia/34432_Inseguridad%20y%20violencia%20%c2%bfvivimos%20con%20miedo%20o%20exageramos/?%252F&fb_source=message

Y, más abajo, el link al artículo publicado por Alvaro Ahunchaín, conocido autor y director de teatro, en Montevideo Comm y retomado por “Correo de los Viernes”, en defensa de la mencionada periodista ante la campaña desatada en distintas redes sociales por uno de estos ciudadanos que se han auto-asignado el papel de policías ideológicos de la opinión pública.

http://www.correodelosviernes.com.uy/El-Via-Crucis-de-Victoria-Rodriguez.asp

Más abajo la respuesta de la periodista en el siguiente Link

http://www.teledoce.com/noticia/34536_Esta%20boca%20es%20m%C3%ADa%20y%20tengo%20algunas%20cosas%20que%20decir/

El conjunto de todo el proceso, desde la exacerbación descontrolada de la violencia que aqueja a la sociedad uruguaya, el absoluto desinterés y/o ineficacia del gobierno y la aparición de estos ciudadanos que comienzan a erigirse en “censores ideológicos” de periodistas indican que no estamos solamente ante un problema de control policial de la delincuencia. De lo que se trata es de que, lentamente, una parte del conjunto de las libertades fundamentales comienza a verse erosionada en nuestro país.