jueves, 27 de febrero de 2014

LOS VULGARIZADORES DE LA ILUSTRACIÓN



 Por Javier Bonilla Saus               

                   
   
Portada de Edición y subversión  
   
 I.- Es seguramente conocido por los lectores que el autor de este texto, Robert Darnton, resulta ser uno de los especialistas en historia cultural del siglo XVIII francés más reconocidos de la actualidad. Pero, además de ello, se ha especializado, simultáneamente, en la construcción de una suerte de sub-disciplina histórica que podríamos llamar una “historia editorial” o una “historia del libro˝, enfoque del cual es claramente uno de los pioneros y se ha consolidado como quizás el más conocido especialista. Desde el año 2007 es profesor “Carl H. Pforzheimer” de la Universidad de Harvard y, nada más ni nada menos que Director de la Biblioteca de dicha Universidad.


Darnton es, además de un pionero en el campo de la historia del libro, un activo propulsor de la promoción del libro y de su futuro. En ese sentido, Darnton fue uno de los fundadores del Proyecto Gutenberg de difusión bibliográfica que ha ido posibilitando el libre acceso de los lectores a un universo aproximado de más de 40.000 títulos. En 1999 el gobierno francés lo nombró “Chevalier de la Légion d’Honneur” como reconocimiento a las múltiples dimensiones históricas y culturales de su obra y al significativo aporte de ésta a la cultura francesa.


Entre los libros de su autoría se cuentan: Mesmerism and the End of the Enlightenment (Schoken Books, 1968) y, en español, La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa (1999), El coloquio de los lectores. Ensayos sobre autores, manuscritos, editores y lectores (2003), Edición y subversión. Literatura clandestina en el Antiguo Régimen (Turner-FCE, 2003), El negocio de la Ilustración. Historia editorial de la Encyclopédie, 1775-1800 (Libros sobre libros-FCE, 2006), Los best sellers prohibidos en Francia antes de la revolución (2008) y El beso de Lamourette. Reflexiones sobre historia cultural (2011), la mayoría de ellos publicados por el Fondo de Cultura Económica y Turner Publicaciones.



Parte del éxito de sus obras se debe, en buena medida, a que sus primeros textos juveniles fueron esencialmente periodísticos y, particularmente, relacionados con la crónica roja en “The Newark Star Ledger” y “The New York Times”. Sin embargo, su formación académica lo llevaría bastante más lejos que el periodismo, aunque supo conservar, hasta la fecha, un estilo ágil y desenfadado que no es común en la academia.



Bastante tempranamente (y sin recurrir a argumentos teóricos más conocidos, defendidos por post-freudianos como Carl Jung, que vinculan estabilidad y recurrencia relativas de algunas estructuras discursivas a su relación con arquetipos anclados en el inconsciente colectivo) nuestro autor desarrolló una idea altamente interesante que es, para muchos analistas,  uno de los puntos fuertes de su obra.



La idea de Darnton es que las noticias que diariamente nos ocupan, esencialmente vía los medios, no resultan ser la crónica de acontecimientos radicalmente “nuevos”. Más bien, eso que llamamos “noticias” o “novedades” que nos trae la prensa no son sino re-emergencias de fragmentos literarios que ya fueron, previamente, historias cotidianas o relatos populares y que tienden a repetirse con cierta regularidad a lo largo del tiempo. Para demostrar esa idea, Darnton analiza varios casos de “historias” que se reiteran cíclicamente a través del tiempo cultural, al menos de Occidente, entre el siglo XVII y el XX. [2]



Pero luego de esta breve introducción,  vayamos al contexto del libro que aquí comentamos que, en sentido estricto, tampoco resulta ser realmente novedoso. Por un lado, porque su primera edición en inglés data de 1982[3]. Pero, más allá de ello,  es necesario señalar que buena parte de su contenido está integrado por reediciones de una serie de trabajos parciales, alguno de los cuales vieron la luz aún antes de esa fecha, fundamentalmente durante la década de los años 70.



La edición española, a su vez, es bastante tardía [1] puesto que es del año 2003, y su distribución en América Latina no ha sido, hasta donde estamos informados, particularmente amplia.



Esto es importante de establecer porque, quizás, la relevancia de este libro haya ido creciendo bastante después de su publicación inicial en lengua inglesa por una serie de acontecimientos, políticos y culturales que parecen haber revigorizado el interés de la academia (y de parte del público informado seguramente) por el siglo XVIII y sus peculiaridades intelectuales. En particular es posible hacer la hipótesis de una suerte de “retorno de la razón” después de que la importancia de ésta sufriere un desdibujamiento cierto durante dos períodos claves y casi sucesivos. Primero durante el período 1930-1970 (en el auge de los totalitarismos fascista, nazi y comunistas con su cauda promocional de la irracionalidad) y, en segundo lugar, su posterior cuestionamiento frontal, de 1968-70 en adelante, con la eclosión de la llamada “postmodernidad”. Es más, quizás la aparición de esta versión española de textos de la década de los años 70, tan tardíamente editada, tenga que ver con el surgimiento de ese renovado interés por el período histórico en el que nuestro autor se ha especializado. En ese sentido creo que es posible adelantar, siquiera a modo de elaboración provisoria, una doble tesis referida al “retorno de la razón” que estaría detrás de un revival de los estudios sobre el siglo XVIII y la Ilustración.



Por un lado es necesario recordar que, desde fines de la década de los años 60, la conceptualización de la historia de la Revolución Francesa (y forzosamente la del siglo que le precedió inmediatamente) sufrió una verdadera revisión gracias a los trabajos de François Furet  y Mona Ozouf (en, esencialmente, Penser la Révolution, Dictionnaire critique de la Révolution française o Le Siècle de l´avénement républicain). Entre otras cosas, Furet liberó a la historia de la Revolución de lo que él llamó, la lectura de la “vulgata marxista” (de la cual la obra de Soboul [4] fue el ejemplo más flagrante) introduciendo una visión infinitamente menos grandilocuente, más genuinamente política, y sobretodo mas “laica”, porque emancipada de la compulsiva “religión revolucionaria” que el marxismo había sembrado con éxito en la academia y el mundo intelectual en general. En ese sentido, los trabajos de Darnton se inscriben en esa bienvenida irreverencia de la interpretación del siglo XVIII que Furet y Ozouf, en buena medida, pusieron en marcha hace ya medio siglo.



Pero, por otro lado y más tardíamente, recordemos que el siglo XXI se ha iniciado enancado en un escandaloso despliegue de irracionalidad política (escándalo que queda patentizado en la irrupción del auge del terrorismo impulsado, sin dudas, por el fundamentalismo islámico pero también acompañado del crecimiento de otros tantos fundamentalismos, no exclusivamente religiosos pero no menos dañinos, que sólo operan de manera más sigilosa y con menos estrépito que el primero).



En ese sentido, cabe preguntarse si una suerte de tendencia cada vez más notoria a un redescubrimiento, revisión y, a veces, reafirmación de la Ilustración y de sus fuertes pujos ultra-racionalistas, en el ámbito de la filosofía política por lo menos, no están señalando un cambio de orientación de un pensamiento “posmoderno” que, allá por la década de los 70, relanzó un nuevo desafío a la soberbia, siempre algo demasiado rápidamente reconstruida, de la razón moderna. Aunque es cierto que esta tendencia no deja de coexistir con aquellos cuestionamientos que la posmodernidad intentó llevar adelante, no podemos dejar de constatar que, al menos en términos históricos, es posible detectar un “revival” de los estudios sobre la Ilustración y sus reivindicaciones ultra-racionalistas, así como un cuestionamiento de aquella lectura lineal del proceso intelectual que a través del siglo XVIII desemboca en la Revolución.



Aunque todavía no podemos afirmar que la obra de Darnton que nos ocupa se encuentre exactamente en esa línea, sí es posible convocar aquí trabajos como La Ilustración Radical. La filosofía y la construcción de la Modernidad, 1650-1750, de Jonathan Israel [5] o Los ultras de las Luces [6] de Michel Onfray,[7] y unos cuantos más [8], como intentos que parecen apuntar en ese sentido y otros que, por otra parte, refieren directamente a Darnton: construir una relectura del siglo XVIII, de la Ilustración y de la Revolución que reúna los dos elementos novedosos arriba mencionados. Por un lado, liberar a esta nueva visión de aquella historia de las servidumbres dogmáticas de la “vulgata marxista” y, por el otro, recuperar la importancia de la operación racionalista (e incluso ultra-racionalista) que la Ilustración hubo de llevar a buen puerto, más allá de los excesos de alguno de sus extremos dogmáticos que, en su momento, señaláramos en otros textos [9].



II.- Pero, después de dedicarnos a estas hipótesis sobre las circunstancias que parecen haber “reactualizado” el interés por el pensamiento occidental (y particularmente francés) del siglo XVIII, es necesario que le ofrezcamos al lector una idea aproximada de las virtudes y limitaciones del texto. Y ello es especialmente importante por este libro de Darnton es particularmente original y no dejará de sorprender positivamente a más de un lector.



Como dijimos, Darnton se aproximará a los acontecimientos que marcan el final del Antiguo Régimen desde la perspectiva de la edición y publicación de la “literatura marginal”[10] de las décadas inmediatamente anteriores a la Revolución por lo que, en buena medida, su texto termina siendo, como decimos en nuestro título, un estudio de “los vulgarizadores” de la Ilustración. Es decir todos aquellos autores, casi o totalmente desconocidos, que desarrollaron sus escritos a posteriori y “a la sombra” de la verdadera Ilustración que los precedió.



Para llevar adelante su empresa, Darnton utiliza una verdadera mina de documentos de época que encontrare, en Suiza, en la biblioteca municipal de Neuchatel: los archivos de la Société typographique de Neuchatel. En dicha empresa editorial, situada en una ciudad cercana a la frontera francesa, se imprimieron cientos y cientos de títulos censurados y perseguidos por la policía entre los años 1770 y 1800. El negocio fundamental de esta Société era abastecer de libros al mercado de lectores franceses ávidos de tener contacto con la “literatura prohibida”. La importancia de esta vasta fuente de documentos es directa o indirectamente comprobable en cada uno de los 6 grandes capítulos que integran el libro.



Pero la originalidad del enfoque de Darnton es pretender “...llegar al fondo de la Ilustración” y “…examinarlo como se ha examinado la Revolución recientemente: desde abajo”. Y para comprender que significa ese “fondo de la Ilustración” basta con transcribir aquí una de las primeras cartas del libro de Darnton que es un pedido del 10 de diciembre de 1772, de un librero de Poitiers, de nombre Chevrier, al proveedor suizo: “Esta es la lista de los libros filosóficos (sic) que quiero. Por favor envíe la factura por adelantado: Venus en el claustro o la monja en camisa, La Cristiandad al desnudo, Memorias de Mme. la marquesa de Pompadour, Estudio sobre el origen del despotismo oriental, El Sistema Natural, Teresa la filósofa, Margot la cantinera.



Es evidente, y Darnton no deja de mencionarlo, que lo que se entiende por “libros filosóficos” en la carta no se corresponde con la visión canónica de los títulos que teóricamente ocupaban los desvelos del philosophe illustré que conservó la historia oficial que estudiamos. Es más es evidente que la expresión “libros filosóficos” se hizo sinónimo de libros transgresores



Una primera conclusión es que, con toda seguridad, nos formamos en una versión tan acartonada y libresca de la Ilustración como extremista, sobre-actuada y marxistizante resultó ser la versión que de la Revolución nos legó l´ École des Annales y a partir de la cual se contruyeron varias generaciones de libros de texto. Pero además, y esto no es para nada menor, resulta de gran interés advertir como, lo que Darnton llama con precisión “la baja literatura de la Ilustración tardía”, constituye un cuerpo de literatura a la vez muy diferente del que creasen los philosophes algunas décadas antes.[11]


Que esta “baja literatura” de la segunda mitad del siglo XVIII tuviese estas notables limitaciones no deja de quitarle una real importancia histórica como bien deja claro Darnton en el último ensayo del libro: “Leer, escribir, publicar”. No resulta difícil comprender que las obras de los verdaderos philosophes impactaron directamente en la concepción del mundo que sostenía al Antiguo Régimen y produjeron una suerte de “ruptura epistemológica” de la que éste nunca hubo de recuperarse.



Pero los franceses que demolieron la Bastille, (le petit peuple de Paris) no habían leído la Enciclopédie ni L´Esprit des Lois. Darnton hace la hipótesis que durante el siglo XVIII francés hubo un cierto aumento del alfabetismo [12] pero, de ser cierto, eso no había multiplicado los lectores de d´Alembert o del Barón D´Holbach. Lo que posiblemente se amplió fue el número de lectores de los panfletos de “baja literatura”. No es difícil concluir, entonces, que estos “…escritorzuelos hambrientos…” tuvieron un impacto decisivo en la movilización, por lo menos de los habitantes de Paris y de sus faubourgs y de otras ciudades. En algún sentido sus obras (algunas de ellas pobremente editadas en Neuchatel) cumplieron la función de los volantes, panfletos, editoriales, artículos de prensa, emisiones televisivas o las hoy llamadas “redes sociales” que, en otros procesos revolucionarios más contemporáneos, hubieron de ser decisivos. La puesta en marcha del odio del petit peuple contra la Monarquía y Luis XVI y su movilización le deben más a Brissot, a Le Senne o a Mauvelain que a los verdaderos philosophes.[13]



Quizás lo que Darton no rescata con demasiada claridad ni con suficiente énfasis es que la existencia y florecimiento de este hormigueo altamente eficaz [14] de “literatura chatarra”, y su función altamente subversiva, solamente pudo tener lugar porque la obra de la Ilustración temprana y los verdaderos philosophes habían arrasado con toda legitimidad y respeto intelectual y ético para con la Monarquía, la Iglesia y, en general, el Antiguo Régimen. Cincuenta años más tarde, estaba abierta la posibilidad para que algunos de estos escritorzuelos de “bas étage” se ocupase de los supuestos vicios sexuales de la Reina.[15]



III.- A modo de simples reflexiones finales, este libro debe ser leído, sobretodo, como un “muestra” de una amplio proceso de relectura del siglo XVIII y de la Revolución francesa que tiene ya unas cuantas décadas de comenzado. El enfoque de Darnton, en sus seis capítulos relativamente autónomos pero temáticamente bien relacionados, tiene la virtud de dejarnos entrever algunas vicisitudes de un momento clave de la evolución de las ideas políticas y sociales en Francia durante el siglo XVIII. Pero la principal virtud de este trabajo es que aparece haber logrado despojarse de toda tonalidad épica y los relatos que lo integran muestran los más cotidianos, íntimos, y mesquinos detalles humanos que, en una muy amplia medida, hacen parte fundamental de la trama de la historia.





[1] ,- Darnton, Robert, Ed. F.C.E.- Turner, México D.F.,1era. Ed. Española. Madrid – 2003.
[2].- Darnton evoca un episodio que narra con extrañas variaciones una misma tragedia: "Una historia recurrente es el caso de los padres que en un extravío de la identidad asesinan a su propio hijo. Se publicó por primera vez en una rudimentaria hoja parisina de noticias en 1618. Luego cruzó por innumerables reencarnaciones: apareció en Toulouse en 1848, en Angoûleme en 1881, y finalmente en un periódico argelino moderno del que la rescató Albert Camus para reescribirla, con un estilo existencialista, para L´Étranger y Malentendu. Aunque los nombres, las fechas y los lugares varían, la forma del cuento es inequívocamente la misma en el curso de tres siglos". Véase "El lector como misterio",  Revista  Fractal  2, julio-septiembre, 1996, año 1, volumen I, pp. 77-98.

[3].- Y lleva como título: “The Literary Underground of the Old Regime”. Ed. President & Fellows of Harvard College, 1982.

[4] .- Como es sabido, Albert Soboul, Secretario de l´École des Annales, en la estela de Mathiez, Lefebvre y Labrousse, construyó una historia tan esquemáticamente jacobina y “marxistizada” de la Revolución Francesa que Robespierre terminó fungiendo como una mera Anunciación “avant la lettre“ de Vladimir Lenin. Nótese que, en nuestro país y bastante más hacia fines de la década de los 60s, Jesús Bentancourt Díaz, historiador comunista refugiado en la licenciatura en Filosofía de la Facultad de Humanidades, dedicaba el año académico 1969 completo a pergeñar impunemente a “El Príncipe” del Macchiavello en un molde abiertamente leninista que lo ponía al borde de configurar una falsificación. Véase cómo el procedimiento era, de hecho, recurrente en la época de la preguerra:  Bresciano, Juan Andrés, “El antifascimo ítalo-uruguayo en el contexto de la Segunda Guerra Mundial“, Revista DEP, No. 11, 2009 y su llamada 26, p. 102, sobre el texto de Bentancourt Díaz, J: “La política exterior de la Revolución Francesa”, Revista “Progreso”, I. 3, junio-septiembre 1940 y su reiterada tendencia a que La propaganda de la asociación (se refiere a la asociación anti-fascista, el Círcolo Italiano y su revista “Progreso”) suele incorporar referencias al pasado que permiten comprender procesos del más inmediato presente.” Debe dejarse claro que el uso y abuso del pasado para abonar dogmáticamente el presente y, al mismo tiempo, el uso del presente para reconstruir, de manera más o menos intencional y arbitraria, el pasado, era moneda corriente en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

[5].- Edición Inglesa de Oxford University Press, 2001. Edición española del F.C.E.,  México, 2012.

[6].- Edición francesa Grasset &Fasquelle, París, 2007. Edición española, Anagrama, Barcelona, 2010.

[7] .- En el texto arriba citado Onfray hace explícita su admiración por la obra de Darnton: La cara oculta de las Luces. Para entrar en ese siglo, habría que citar todo el excelente trabajo de Robert Darnton, que ha revolucionado la manera de comprender esta época“. Op. cit. p 307.

[8].- Onfray reenvía a varios textos de Darnton: Gens de Lettres, Ed. Odile Jacob, Paris, 1992. Del mismo autor La Fin des Lumières. Le Mesmerisme et la Révolution, Paris, Ed. Perrin, 1995. Sala-Molins, Louis: Les Misères des Lumières, sous la  Raison, l´outrage,  Ed. Robert Laffont, Paris, 1992. Schouls, P.A., Descartes and the Enlightment, Ed. McGill-Queens Up, Edimburgo, 1989, para sólo nombrar un puñado de ellos.

[9] .- Ver: Isaiah Berlin y la sombra de las Luces. Cuadernos de CLAEH No. 100,  Mvdeo, Dic.  2012. (En coautoría con Jonathan Arriola).

[10] .- Darnton utiliza en su texto la expresión de “Grub Street” para designar eso que nosotros llamamos aqui “literatura marginal” o, eventualmente, “panfletaria“. “Grub Street” refiere a una calle de Londres donde, desde el siglo XVI a inicios del XIX, habitaban, trabajaban y lucraban, con escaso éxito por cierto, autores de poca monta, poetas frustrados,  literatos por encargo, etc.. En inglés, el término dejó de referir solamente a un lugar de la ciudad y su sentido se extendió a los distintos géneros “literarios” que en ese lugar se producían.

[11].- Darnton evita el concepto de “generación” y refiere a dos “unidades demográficas” bien diferenciadas. La de los grandes philosophes que nacen entre 1689 y 1717 y mueren entre 1755 y 1785 y a unidad demográfica siguiente, que nace durante las dos primeras décadas del siglo, y que no registra nombre alguno de real envergadura: Suard, La Harpe, Thomas, Marmontel y ni el propio Beaumarchais que será más recordado por su mediocre perfil de literato que como filósofo, constituyeron herederos dignos de sus antecesores. Antoine de Rivarol en su “Le Petit Almanach de nos grands hommes” de 1788 (Ver en Gallica http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k48117q) describió con sorna y malevolencia, pero no sin exactitud, las limitaciones de esa inmensa plebe de auto-designados escritores y pseudo philosophes que poblaban las buhardillas de París. Si en algunos casos es injusto (Restif de la Bretonne, Desmoulins, Fabre d´Eglantine, de una u otra manera, “pasaron” a la historia) en la mayoría de los casos las obras de esos autores desaparecieron porque eran esencialmente libelos panfletarios o, directamente, difamatorios o pornográficos.

[12] .- Basado en un estudio de Louis Maggiolo,  Darnton maneja la cifra de cerca de 9 millones 600 personas que podrían escribir sus nombres en Francia, en 1780, para una población total de 26 millones de habitantes. El estudio de Maggiolo se basa en un trabajo sobre alfabetización de Fleury, Michel y Valmary, Pierre: “Les progrès de l ´instruction élémentaire de Louis XIV à Napoléon III d´après l´enqûete de Louis Maggiolo (1877-1879)”, “Population”, 1957, pp71-92.

[13] .- Alguno de los cuales, como Voltaire, lucharon por décadas para “entrer dans le monde”, léase la Corte, y habían terminado por lograrlo.

[14] .- “La policía se tomaba los libelos en serio porque su efecto sobre la opinión pública también era serio, y la opinión pública cobró un poder notable en los años de decadencia del Antigüo Régimen”, Darnton, (2003), p. 223.


[15] .-  Ya vimos que  los libros llamados “filosóficos” aludían incluso a temáticas bastantes pedestres y sus efectos en el público podían ser devastadores. “Los amoríos de Charlot et Toinette” , libelo pornográfico de gran éxito, se iniciaba con una descripción de la reina Ma. Antonieta masturbándose previamente a una de sus supuestas orgías con el conde d´Artois.

Robert Darnton
"EDICIÓN Y SUBVERSIÓN - Literatura clandestina en el Antigüo Régimen"
Ed. FCE-Turner
México - Madrid, 2003 

miércoles, 26 de febrero de 2014

PACO DE LUCÍA-DOCUMENTAL

Paco De Lucía - Concierto de Aranjuez (Full)

HA MUERTO PACO DE LUCÍA




Paco de Lucía, el genio que extendió el duende flamenco por el mundo

Paco de Lucía ha fallecido a los 66 años en México Tocaor inimitable y compositor lleno de fantasía
Unió al flamenco con las otras músicas de raíz
26 FEB 2014





Tocaor estratosférico, compositor fecundo e imaginativo, tímido pero sublime e infatigable embajador de la cultura española, Paco de Lucía fue un músico universal, el guitarrista que refundó el toque flamenco y lo subió a las más altas cimas artísticas haciéndolo crecer y evolucionar y mezclándolo con otras músicas de raíz, como la bossa nova, el jazz o el blues, a las que él llamaba “las músicas de la nevera vacía”.

Payo de nacimiento, pero gitano de alma, Francisco Sánchez Gómez, que ha fallecido repentinamente en una playa de México a los 66 años, aprendió a rasguear la guitarra por pura necesidad, al mismo tiempo que empezaba a hablar, cuando vivía en el barrio caló de Algeciras, La Bajadilla. “Estábamos hambrientos y mi padre no sabía qué hacer para sacarnos adelante”, solía contar. “Los flamencos, como todos los músicos de las músicas de raíz, siempre hemos tenido la nevera vacía”.

Su madre portuguesa, Luzia Gómez, dio nombre a la estirpe. Y su padre, Antonio Sánchez, fue el férreo y emprendedor productor que supervisó la carrera y la revolución flamenca que Paco de Lucía, solo y sobre todo junto a su inseparable Camarón de la Isla, cantaor legendario, montó en los años sesenta y setenta al despachar una decena de discos que marcarían el futuro del flamenco.

Antes de eso, Paco de Lucía fue Paco de Algeciras y formó con su hermano Pepe de Algeciras, luego Pepe de Lucía, dos años mayor que él y cantaor de gran calidad, el dúo Chiquitos de Algeciras, que rompió el molde en un concurso flamenco celebrado en Jerez en 1962. El tocaor de pantalón corto regresó a casa con un premio especial del jurado y un sobre con 4.000 pesetas.


Paco de Lucía, en el Festival de Jazz de Vitoria de 2004. / Rafa Rivas (afp)

Contratados por Antonio el Bailarín, los Chiquitos rodaron una película y grabaron varios discos. Enseguida, el mexicano José Greco les echó el ojo y se los llevó de gira a México, África, Australia y Estados Unidos. El flamenco volvía a tomar Nueva York después de que lo hicieran, en plena Guerra Civil, La Argentinita, Pilar López, Sabicas y Carmen Amaya.

En 1966, Paco se enroló en la compañía de Antonio Gades para una gira americana en la que interpretaban la Suite flamenca; allí descubriría el comunismo, la golfería flamenca, Brasil y la bossa nova, que tanto le ayudó a dar un aire nuevo y nuevas armonías al flamenco. Su manera de tocar la guitarra, con las piernas cruzadas y una gran colocación de las manos, volvía locos a sus colegas, según le contó el guitarrista Emilio de Diego a José Manuel Gamboa en un memorable relato: “Paco me hacía cosas maquiavélicas muchas veces, el cabrón. Es que era un monstruo, pero de verdad. Empezaba a hacer cosas que están prohibidas anatómicamente, guitarrísticamente, musicalmente; prohibidas para todos, menos para él”. 

Paco —siempre fue solo Paco para sus compañeros de profesión y su legión de seguidores— había aprendido a tocar oyendo en directo a su hermano mayor, Ramón de Algeciras, que acompañó a los mejores cantaores de la época, y escuchando las viejas grabaciones de Ramón Montoya y de Sabicas, a quien conocería en el restaurante Granada de Nueva York cuando se marchó de gira por Estados Unidos siendo todavía un adolescente imberbe.

Desde América, el gran Sabicas se convirtió en su maestro por correspondencia. La gran influencia en casa fue Manuel Serrapí, El Niño Ricardo, otro prodigio de las seis cuerdas que se quedó en España. El autodidactismo era forzoso en aquellos tiempos. Paco solía recordar que en los tiempos más duros, “los guitarristas se ponían de espaldas cuando tocaban una falseta para que los jóvenes no se las copiaran”.

Tras dar varias vueltas al globo, probar por primera vez a tocar jazz flamenco con Pedro Iturralde y grabar La guitarra fabulosa de Paco de Lucía en 1967, iba a nacer la pareja que cambió para siempre el destino del flamenco, reducido en aquellos años a la categoría de folclore nacional por el régimen franquista y a reducto minoritario y casi insufrible por los interminables y polvorientos festivales andaluces.

El dúo Paco-Camarón fue una fulguración, un momento fundacional para la historia moderna del flamenco y un hito sureño para la música popular contemporánea.

El dúo Paco-Camarón fue una fulguración, un momento fundacional para la historia moderna del flamenco y un hito sureño para la música popular contemporánea. Era 1969, el año en que el hombre llegó a la Luna. De repente, dos jóvenes paupérrimos y semianalfabetos, hijos de la España aniquilada, resucitaron el arte que Falla y Lorca habían dado a conocer al mundo durante la Edad de Plata. Su revolución formal y técnica universalizó por segunda vez la maltratada música flamenca.
Nacidos, no podía ser de otra forma, en la República de Cádiz, uno en Algeciras y el otro en San Fernando, los dos genios flacos llevaban dentro el mismo patrimonio genético artístico y compartían pasiones y virtudes: afinación, invención, una insolencia muy bien educada y buen gusto musical. Grabaron juntos, entre 1969 y 1979, nueve discos magníficos, irreprochables, llenos de fantasía y de creatividad, mezclando nuevas composiciones y géneros inventados como la bambera, con un absoluto respeto —mal comprendido por los puristas— al repertorio heredado.

La imaginación y la magia eran tan abrumadoras que no había hueco para el relleno, y la ironía es que cuando hizo falta rellenar, como fue el caso de Entre dos aguas, una rumbita incluida a última hora por Paco en su disco Fuente y caudal (1973), el descarte se convertía en pelotazo. Gracias al ojo comercial de Jesús Quintero, Entre dos aguas apareció como un símbolo de la recobrada vitalidad y del nuevo virtuosismo de un arte muy mal visto por el público y las instituciones. 1975, el año del cambio histórico, arrancó con Paco de Lucía en el número uno de las listas de ventas: el LP despachó más de 100.000 copias y el single, 300.000.

Cada cante de Camarón y cada toque de Paco eran oro molido. Su mezcla, la mejor simbiosis nunca oída entre una garganta y una sonanta desde Antonio Chacón y Ramón Montoya. La separación fue traumática, pero sin exagerar. Camarón grabaría en 1979 con Tomatito La Leyenda del tiempo, el disco que dio un salto mortal rockero al flamenco. Y Paco de Lucía retomaría sin mayores problemas su carrera de concertista, en solitario o en compañía de otros.


Paco de Lucía en su gira 'Cositas buenas', en Málaga (2005). / R. Marchante

Tras grabar discos y solos dedicados a clásicos como Falla, Albéniz, Rodrigo o Sabicas, el de Algeciras dio recitales en el Real, La Zarzuela y los mejores teatros del mundo. En 1980 se registró el histórico Friday Night In San Francisco con las guitarras acústicas y eléctricas de John McLaughlin y Al di Meola; y ese mismo año Paco creó el Paco de Lucía Sextet, la formación que durante dos décadas llevaría por el orbe la marca del mejor flamenco mestizo, con instrumentos como el cajón peruano, y de la España más talentosa. Sólo quiero caminar (1981), Live... One Summer Night (1984) y Live in America (1993) siguen siendo hoy referencias imprescindibles.

Oír tocar a Paco de Lucía era un fenómeno entre místico e incomprensible; parecía como si dentro de la guitarra llevara metida una orquesta sinfónica y un Beethoven jibarizado. Fuera del escenario, el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2004, primero y único de la historia concedido a un artista flamenco, era un hombre tímido, bromista, anárquico y sencillo.

Tras 40 años de magisterio indiscutible, miles de conciertos y de espectadores asombrados, veintitantos discos y algunos exilios y silencios, el Príncipe de Asturias supuso el gran reconocimiento que su país le debía a Francisco Sánchez. El premio, como él mismo se apresuró a decir, tenía más de un destinatario. Primero, el flamenco, esa música ninguneada por políticos, programadores y otros sordos con mando en plaza. Y segundo, don José Monge Cruz, Camarón de la Isla, cómplice en las tomas de la Bastilla flamencas: “Si me hubieran dado el premio estando él vivo hubiera impuesto de alguna forma que él viniera, lo hubiera compartido con él, me hubiera dado vergüenza ganarlo yo solo”, declaró el guitarrista a este diario.

Oír tocar a Paco de Lucía era un fenómeno entre místico e incomprensible; parecía como si dentro de la guitarra llevara metida una orquesta sinfónica y un Beethoven jibarizado

Algunos desaprensivos habían intentado enfrentar a Paco con la familia de su amigo a la muerte de este, en julio de 1992, acusando a los Sánchez de haber cobrado derechos de autor que pertenecían a Camarón. La injusta bronca no consiguió terminar con el cariño y la admiración que el tocaor, cantaor frustrado —“el guitarrista que mejor canta soy yo”, decía—, profesó siempre a Camarón. En 2004, al grabar Cositas buenas, su disco número 26, Paco de Lucía recuperó con Javier Limón una vieja bulería del genio de la Isla e invitó a Tomatito a meter su guitarra. Y luego contó: “Los dos llorábamos como tontos oyendo cantar a José. ¡Parecía que estaba vivo y acababa de bajar a tomar un café!”.

Casado dos veces, la primera en 1977, en Ámsterdam, con Casilda Varela, hija del general franquista que culminó la toma de Madrid; y la segunda con Gabriela, una mujer mexicana, Paco de Lucía fue huyendo del ambiente noctívago del flamenco a medida que iba cumpliendo años. Y lo explicaba así: “La noche fue muy importante en una época, nos íbamos a una venta, comíamos un pollo, bebíamos vino y pasaban cosas mágicas. Ahora hay un sentido de la competitividad muy fuerte, la gente se pone muy tensa... La droga ha influido mucho en eso. La cocaína pone a la gente muy nerviosa”.
Entre gira y gira, ya con la nevera llena, el tocaor pasaba largas temporadas en sus casas de Mallorca, Toledo y Tulum, la playa de la península de Yucatán (México) donde solía bucear y donde ayer le visitó la muerte. En los últimos meses, tocó y residió también en Cuba.

La noticia de su fallecimiento prendió como una mecha entre los melómanos y aficionados de todo el mundo. Los diarios internacionales más importantes le dedicaron amplios espacios en sus webs. El fotógrafo suizo-francés René Robert, que retrató al músico docenas de veces en concierto, dijo: “Es un momento duro, se ha muerto demasiado joven. Pero es lógico que le haya fallado el corazón: pese a la aparente facilidad con que tocaba, su arte requería de una concentración extrema, y tratar de mejorar siempre lo anterior debía causarle mucho estrés”.

Paco de Lucía, en un concierto en Paris Grand Rex de 2007. / Stephane de Sakutin (afp)

Maestro primordial, junto al fabuloso y recién retirado Manolo Sanlúcar, de una generación de inmensos guitarristas —Vicente Amigo, Gerardo Núñez, Cañizares, Rafael Riqueni, y tantos otros—, la talla de Paco de Lucía fue reconocida por los mejores músicos de su tiempo. Enrique Morente, que lo admiró en la distancia, dijo esto de él: “Lo ha sido todo. Un gran intérprete y un gran creador de maneras y formas. Y de música también”.

Pero Paco de Lucía siempre procuró restar importancia a su gigantesca figura. Una escena de un documental que emitió TVE, rodada en su casa mexicana, en la que aparecía tumbado en una hamaca, resume bien ese intento, fallido, y su humor inteligente: “No se crean nada, lo que hacemos los artistas es estar tirados todo el día”, decía. “Los músicos somos unos chaneladores [cuentistas] que siempre estamos con el rollo de la angustia. El artista sufre, sí, pero más sufre un albañil subido en un andamio de seis pisos un 8 de enero. O Bach, que estaba siempre tieso y cada semana tenía que componer una fuga para la catedral de Leipzig. Y sin calefacción ni comida. Y Van Gogh, el pobre, siempre pelao, y sin oreja. Y hoy los artistas nos creemos algo, unos fenómenos...”.

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martes, 11 de febrero de 2014

As terras indígenas no Brasil



Índios tenharim estão isolados nas aldeias e temem ataques (Foto: Gabriel Ivan)


O “tamanho da Bélgica” e a importância da garantia das terras indígenas no Brasil


BLOG AMAZôNIA REAL
OIARA BONILLA

Quem já não ouviu alguma vez um jornalista, um político ou até, mais recentemente, um juiz do STF (Supremo Tribunal Federal) comparar o tamanho de alguma terra indígena com a extensão da Bélgica? A escolha, quase obsessiva, pelos inimigos da causa indígena, da Bélgica como unidade de medida, para tentar horrorizar aliados ou a opinião pública com o tamanho supostamente excessivo de uma terra indígena, não deixa de ser interessante e digna de reflexão. 

Além do fato de se tratar de uma minúscula monarquia federal (30.528 km2), parece que a escolha desse país não se explica apenas pelo seu tamanho. Afinal, por que nunca usar a Guatemala, a Serra Leoa ou mesmo o Uruguai? Creio que, no fundo, o argumento se embasa no contraste preconceituoso entre um país de primeiro mundo `moderno´ e uma terra indígena ´primitiva´ (vide os argumentos sobre produtividade e improdutividade que geralmente acompanham esse tipo de comparação).

Mas, parece que pouco sabem aqueles que recorrem a essa “unidade de medida” sobre os profundos embates territoriais e linguísticos que dividem política e ideologicamente aquele país e que não encontram nenhum caso semelhante no mundo indígena. Tampouco sabem sobre a situação ambiental da Bélgica, cuja superfície está fortemente urbanizada (20% do território já está construído ou asfaltado). Nada mais oposto à situação das terras indígenas demarcadas, que são campeãs de preservação da biodiversidade no país, registrando os menores índices de desmatamento, tanto na Amazônia quanto no cerrado. 

Ironias à parte, o mais importante é ressaltar o quanto esse tipo de argumento é alheio ao pensamento e às concepções indígenas de território, espaço ou terra. No Brasil, são hoje 241 povos indígenas, que falam mais de 150 línguas – tão distintas entre si quanto o português, o alemão e o chinês – e essa diversidade apenas nos permite entrever a variedade de mundos que ela implica. 

Quando os povos indígenas são indagados sobre suas terras, mobilizam conceitos que fogem a nossa concepção ocidental de propriedade. A terra não é um bem, limitado e circunscrito, que se pode ou se deve explorar, para dela tirar seu sustento ou lucrar. Ela é antes de mais nada um espaço relacional, i.e. o espaço dinâmico e multi-dimensional sobre e com o qual se estabelecem relações com outros seres humanos e não-humanos (terrestres, aquáticos, aéreos; visíveis e invisíveis). 

A vida é fruto dessas relações. Ou melhor dizendo, tirar seu sustento de um determinado território é estabelecer com os seres humanos e não-humanos que o habitam diversos tipos de relações que são precisamente a garantia e o sentido da vida. Assim, caçar não é apenas predar uma ou outra espécie animal, mas sim estabelecer com ela relações, por exemplo, de guerra, de casamento, ou de intercâmbio. O leitor vai se surpreender: como assim estabelecer trocas com não-humanos?

Justamente, porque falar em terra indígena, nos termos indígenas, não é falar apenas em espaço territorial, é acessar outros mundos, diferentes do nosso, onde humanidade, animalidade, natureza e sobrenatureza não se definem nem se articulam separadamente. 

Na coluna anterior, apresentei um exemplo de gestão territorial em terras indígenas que está dando seus primeiros frutos. Ele pode ajudar a entender este ponto: se os Paumari escolheram o manejo do pirarucu, não é apenas porque o pirarucu é lucrativo e está em extinção (uma vez que nossos pescadores urbanos estão acabando com ele, para abastecer o nosso mercado interno) – essas são as “nossas” razões, que eles também conhecem e mobilizam – mas é, sobretudo, porque os Paumari tecem relações com os seres aquáticos, interlocutores importantes em seu mundo.

Com estes seres trocam-se objetos, nomes e alimentos nos rituais, estabelecem-se alianças xamânicas que permitem a cura de doenças, e assim por diante. Portanto, matar um pirarucu não é apenas matar um bicho (para comer ou vender). Pescar, caçar, matar, cozinhar, criar, consumir e até vender são todos atos e processos que implicam sempre relações com coletivos diferentes, inscritas em temporalidades e espacialidades diversas. Sendo assim, são precisamente as relações com esses coletivos que definem um espaço de uso, um território, uma terra. Ao longo de um processo demarcatório, cabe aos antropólogos, em seus trabalhos de identificação, mapear e entender essas dinâmicas relacionais. 

Limite, tamanho, propriedade, controle, começo e fim de um espaço, só fazem sentido contextualizados pelas relações que estão em jogo. A garantia da terra proporcionada pela Constituição, apesar de fixar limites e de se sobrepor à diversidade e à fluidez das concepções indígenas de espaço e território, deve garantir terra suficiente, assegurando o espaço vital que permite a continuidade existencial dos povos indígenas.

Retalhar, atravessar, controlar, limitar, ainda mais essas terras e seus processos de reconhecimento, como propõem inúmeros projetos de lei que tramitam hoje nos corredores de Brasília (vide a Portaria 303 da Advocacia Geral da União, atualmente em foco), significa assinar a sentença de morte destes povos. Respeitar a Constituição e as convenções internacionais assegura espaço para a existência plena, o “bem viver” dos povos indígenas. E, talvez um dia (quem sabe?), seremos capazes de aprender com eles a conviver com outros mundos, sem nos preocupar com o tamanho da Bélgica. 



URUGUAY EN LA CATÁSTROFE DEL MERCOSUR: Entre Argentina y Brasil...



En la “Revista IHU On-Line”, que parece residir en la “Universidade do Vale do Rio dos Sinos” - Unisinos,  y cuya dirección aparece indicada como sigue: Unisinos, Sáo Leopoldo, Rio Grande do Sul, Br, el analista Marcelo Suano, que es presentado como poseedor de un frondoso CV, hace un análisis bastante agudo y severo del “Costo Argentina” para el Brasil y para el conjunto de Mercosur.  El analista norteño no ahorra adjetivos, por demás ampliamente merecidos, por las erráticas e irresponsbles políticas económicas y financieras del delirio que rige las políticas del kirchnerismo.
De lo que no habla es de que el principal cómplice de los gobiernos kirchneristas en el Mercosur ha sido, y sigue siendo, el gobierno brasileño. Como si las conductas financieras, económicas y comerciales del Brasil fueran de una prístina transparencia germana (para poner, con Alemania, un ejemplo que todos suponemos relativamente digno), el Sr. Suano dicta cátedra a lo largo de una larga y algo laboriosa entrevista sin mencionar las viejas y permanentes violaciones que el Brasil lleva a cabo en materia comercial, arancelaria, medio ambiental, etc., cuando sus interlocutores son el Paraguay o el Uruguay. 
El Sr Suano tiene, al menos, la decencia de separarse del injustificable voto de exclusión del Paraguay instrumentado al sólo efecto de hacer ingresar al socio fantasma venezolano.
Pero no es tan ecuánime en el juicio sobre las eternas prácticas proteccionistas del Brasil. Todos los uruguayos adultos y medianamente informados conocemos, por ejemplo, las conductas antirreglamentarias, ilegales y en muchos casos corruptas, que sistemáticamente (desde antes de Mercosur y después de Mercosur) aplican las aduanas terrestres en las fronteras entre el Uruguay y, precisamente, Río Grande do Sul. Invitamos a este Adam Smith gaúcho a informarse, además de las arbitrariedades argentinas, también, de los incumplimientos permanentes que realizan su gobierno y sus empresas.
En otros términos, el descomunal problema que está causando la Argentina en la región, sólo tiene parangón en la desmesurada irresponsabilidad política y económica del Brasil, que es su socio y cómplice fiador, y que mantiene la ficción de que es capaz de liderar en algo esta maltrecha  y cada vez más aislada región.

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11 de fevereiro de 2014

“O Custo Argentina. A crise das relações comerciais do país platino com o Brasil e o mundo. Entrevista especial com Marcelo Suano”



“O pior está no fato de o Mercosul estar se tornando um fardo para o crescimento do Brasil, uma vez que nós seguimos as regras e não podemos realmente ampliar mercados por sermos obrigados a carregar a Argentina nas costas”, defende o cientista político.




A crise econômica que avança pelo governo argentino, motivada por diversas decisões polêmicas de protecionismo e quebras de acordos comerciais, prejudica consideravelmente o bom desenvolvimento da relação entre Brasil e Argentina. Ocorre que, no país platino, “o Executivo tem grande possibilidade de romper contratos com uma capacidade elevada de se sobrepor aos demais poderes do Estado, gerando incerteza sobre se as regras do jogo serão seguidas”, esclarece o cientista político Marcelo Suano.

Tal incerteza gera insatisfação de ambos os lados, levando a questionar inclusive o papel do Mercosul para mediar estas diferenças. Para Suano, o Mercado Comum limitou-se a ser uma “União Aduaneira incompleta, ou imperfeita”, com mecanismos falhos e sem instrumentos eficazes para solucionar as controvérsias. “O pior está no fato de o Mercosul estar se tornando um fardo para o crescimento do Brasil, uma vez que nós seguimos as regras e não podemos realmente ampliar mercados por sermos obrigados a carregar a Argentina nas costas”, destaca ele.

Em entrevista que concedeu por e-mail à IHU On-Line, Suano explora as nuances da relação Brasil - Argentina, o descontrole inflacionário do país e a desconfiança do crédito internacional, a dificuldade da entrada e saída de mercadorias do país vizinho e a importância de o Brasil não abandonar o Mercosul — ainda que assumindo a postura de líder natural. “A proporção do Brasil lhe impõe que ele se posicione, sem autoritarismos, mas com exigências de cumprimentos de acordos e apresentando alternativas que, quando acertadas, devem ser cumpridas sob a lâmina da Lei.”
Marcelo Suano possui graduação em Filosofia pela Universidade de São Paulo – USP, além de mestrado e doutorado em Ciência Política pela mesma universidade. É sócio e colaborador do Centro de Estratégia, Inteligência e Relações Internacionais – CEIRI, uma empresa de consultoria técnica. Como professor universitário, ministrou aulas de várias disciplinas de humanas, especialmente da área de Relações Internacionais, sendo fundador do Núcleo de Políticas e Estratégias da Universidade de São Paulo e do Grupo de Estudos de Paz da PUCRS. Mais informações sobre o pesquisador estão disponíveis em seu sítio: www.suano.com.br.

Entrevista.



IHU On-Line - Como o senhor descreve a atual relação comercial entre Brasil e Argentina?

Marcelo Suano - Apesar de haver dados estatísticos que mostram um aumento das relações comerciais entre o Brasil e a Argentina ao longo dos últimos anos, elas estão substancialmente aquém do seu potencial, mesmo sob a égide da globalização econômica atual. São três razões importantes para tanto. Em primeiro lugar, a desaceleração da atividade econômica nos países tem reduzido a demanda do consumidor, embora as condições sejam expressivamente piores na Argentina devido à alta inflação e ao colapso da moeda do país. Esta redução econômica tem ocorrido em todos os países emergentes, mas deve ser temporária. Na Argentina, acreditam os analistas que a redução permanecerá por mais tempo, em virtude do comportamento de seu governo em relação à manutenção de um modelo econômico em esgotamento. Os outros dois fatores são mais graves e prejudiciais. A segunda razão é a intervenção excessiva de ambos os governos nas questões comerciais dos seus países, algo em que o Mercosul deveria funcionar como um mecanismo de regulação, e isso não tem ocorrido, pois o Grupo está caminhando para se tornar mais um fórum político que um bloco econômico propriamente dito. Os países se sustentam muito no protecionismo e a Argentina mais ainda, tanto que fechou suas fronteiras para quase tudo, exceto para a importação de energia. Embora a questão seja muito prejudicial para a relação entre os países, ainda não há solução à vista.

Finalmente, e talvez o mais importante: a Argentina é completamente isolada do mercado de capitais internacionais devido à sua recusa em pagar as dívidas aos seus credores. Isso significa que financiamentos de todos os tipos, incluindo os do comércio, são muito caros e só aumentam a cada notícia negativa que sai sobre o país. Se a Argentina pagasse seus credores amanhã, haveria um grande impacto em outros setores, tornando o crédito em dólares suscetível a taxas de juros mais baixas, em alinhamento com o Brasil e outros países da América do Sul. Isso aliviaria a pressão sobre as barreiras de importação e ajudaria a estabilizar o Peso argentino, o que causaria um ótimo efeito sobre a inflação. Ademais, permitiria que o país pudesse recompor sua economia sem desrespeitar as regras de tratados e acordos assinados, como é o caso do Mercosul.

IHU On-Line - Qual a atual situação econômica da Argentina?

Marcelo Suano - A Argentina pode entrar num período de “estagflação”, ou seja, uma fase de crescimento zero, ou crescimento negativo, com inflação alta. O país tem uma inflação de 30%, mesmo que o governo apresente índice muito inferior, abaixo dos dois dígitos, e não possui uma política monetária que não seja a de imprimir mais Pesos para apoiar mais despesas.

Há um princípio básico da economia: se você imprimir muito dinheiro para ter mais gastos em subsídios insustentáveis destinados a mais consumo, você vai aumentar a inflação. Isso é verdadeiro, inclusive quando não há uma onda correspondente de investimentos estrangeiros no desenvolvimento da indústria local e de infraestrutura. Ora, não ocorrem tais aplicações na Argentina há um bom tempo. E, quando a moeda torna-se instável e as condições ficam voláteis, o risco aumenta; o que aumenta também o custo do crédito e do financiamento, impulsionando ainda mais os preços para o consumidor.

Mas a situação é ainda pior: a Argentina tem importado uma grande quantidade de energia e, com a alta desvalorização do Peso, esse tipo de importação custa mais a cada dia. Como a inflação da energia está embutida no preço de todos os produtos, isso causa uma grande perda nas reservas de dólares internacionais do país. O que torna tudo isso difícil de ser controlado é a ausência de um plano do governo argentino para mudar o curso das coisas. O país se recusa a quitar suas dívidas e continua imprimindo moeda e gastando mais dinheiro.

IHU On-Line - Quais as razões do descontrole inflacionário? Quais os principais desafios do país em relação à sua economia?

Marcelo Suano - Pode-se resumir que o descontrole inflacionário decorre da má gestão governamental, do inchaço da máquina, da adoção de políticas de inclusão social que devem ser feitas e representam uma necessidade histórica que precisa ser enfrentada, mas vem sendo realizada com medidas populistas que não são acompanhadas da aplicação de uma política econômica moderna, em sintonia com a globalização da cadeia produtiva, com a captação de recursos e com a abertura de mercados. Isso está levando a Argentina a uma crise autoinfligida a qual não precisava enfrentar.

Por essa razão, os desafios em relação à sua economia são vários, mas os pontos articuladores estão na recuperação da credibilidade internacional (algo que se consegue, pagando dívidas e honrando contratos), bem como a credibilidade do povo em sua moeda, o que somente é possível com uma economia equilibrada, com estímulo ao empreendedorismo, e que os gastos públicos não gerem desordem nas contas, para que o país não se veja preso a constantes medidas de emergência e, pior, que essas medidas não sejam apenas atos de sobrevivência de governos, ou de grupos no poder.

Meu medo é a propagação dessa situação para o Brasil, apesar de termos uma indústria mais avançada, mais dinâmica e uma grandeza que não nos permite comportamentos excessivamente irresponsáveis, e também para outros países da América do Sul, dada a situação delicada das economias emergentes neste momento. É do interesse direto do Brasil convencer a Argentina a ter um plano integral para reverter essas condições arriscadas, começando pela quitação de sua dívida externa e pelo retorno ao mercado de capitais para estabilizar a situação.

Vários analistas convergem para a posição de que apenas depois da adoção de tais medidas o país poderá lidar com questões mais amplas, mas o tempo está se esgotando. A recuperação da credibilidade internacional por meio da quitação das dívidas seria uma espécie de alavanca, ou ponto fixo a partir do qual se poderia mover o mundo, no caso, o reequilíbrio da economia argentina.

 IHU On-line - Quais sao as atuais dificultades que empresas brasileiras enfrentan ao exportar produtos para a Argentina ?


Marcelo Suano - As dificuldades são várias, mas podemos colocar à mesa de imediato o não cumprimento dos acordos, as barreiras não tributárias que são mascaramentos, como é o caso das DJAIs (Declarações Juradas Antecipadas de Importação), que colocam o exportador brasileiro a reboque das interpretações do governo argentino para permitir as importações em seu país. Algumas empresas têm adotado um planejamento estratégico inteligente de não retirar do pátio os produtos enquanto não houver a liberação da importação; porém, dependendo do setor, o simples fato de ter direcionado a produção para um mercado já ocasiona perdas, caso o produto não chegue ao consumidor final para o qual foi direcionado, sendo inadequado achar que basta conduzir a produção para outro mercado, como se fosse fácil fazê-lo, ou vender o produto em outra ocasião, esquecendo as questões logísticas, a mudança nas taxas e tributos, o novo planejamento que deve ser feito, etc.

IHU On-Line - Quais setores encontram maiores dificuldades para exportar seus produtos para o país vizinho?

Marcelo Suano - Vamos colocar nos seguintes termos. A dificuldade de exportação para a Argentina decorre principalmente dos erros da política econômica do Governo Kirchner, que pode dificultar mais para um setor específico do que para outro, de acordo com a conjuntura, na tentativa de aplacar exigências desse setor específico na sua economia, ou, num âmbito geral, para evitar que haja fuga de reservas do país.
No entanto, os setores calçadista, moveleiro, de autopeças, alimentos e maquinários são os que mais vêm se manifestando por sofrer os abusos do descumprimento dos acordos e contratos por parte do governo de Cristina Kirchner, que, por exemplo, não respeita o prazo máximo de 60 dias para liberação das licenças de importação (as conhecidas DJAIs) que a Argentina exige de suas empresas domésticas para importar os produtos brasileiros. Os empresários do Brasil não compreendem os critérios adotados, pois, na realidade, convenhamos, o que se identifica é que não há critérios, ou os critérios são as necessidades do Governo Kirchner, independentemente dos acordos, contratos e tratados.



IHU On-Line – Qual o percentual de mercadorias brasileiras retidas na Argentina?
  

Marcelo Suano - No caso do setor calçadista, de acordo com os últimos dados divulgados, apenas pouco mais de 50 mil pares de calçados foram liberados de dezembro a janeiro, o que representa apenas 8% do total, ressaltando-se que houve uma dedicação intensa de alguns senadores brasileiros (Ana Amélia Lemos e Paulo Paim) que chegaram a prometer pressão sobre o Governo brasileiro, o qual prometeu que a totalidade dos 750 mil pares retidos desde agosto de 2013 seria liberada no final do ano passado, já que trabalhariam para isso. Eles tentaram e não conseguiram.
 
A senadora Ana Amélia tem demonstrado grande dedicação ao tema e trabalhado para conseguir resolver este imbróglio de forma intensa e coerente, da mesma forma que o senador Paulo Paim tem se declarado indignado com a situação e já manifestou que o Governo Federal do Brasil não pode mais ser complacente com os abusos do país vizinho. Espera-se que as demais lideranças, principalmente as gaúchas, já que o Rio Grande do Sul tem sido o mais afetado, tenham a dedicação e a postura desses dois líderes, que demonstram pensar de forma técnica e não ideológica, independentemente de serem governo no âmbito federal e concorrentes no estadual. É de se parabenizar a ambos.

IHU On-Line - Qual é o custo Argentina? O senhor fala em insegurança jurídica em relação ao custo Argentina. Em que consiste?

Marcelo Suano - É importante colocar a questão do custo país juntamente com o problema da insegurança jurídica. Falar de um custo país normalmente remete às questões de infraestrutura, tributos, legislação trabalhista, legislações de várias naturezas, logística, mão de obra qualificada, inflação, política econômica equilibrada que estimule a produção, que afetam a expectativa de retorno de qualquer investimento. No caso argentino ele é muito alto, pois esses fatores citados estão a reboque de políticas populistas, no sentido da década de 1950, mesmo.

O FMI, as Agências de Rating, as consultorias independentes, todos apontam que o risco Argentina é altíssimo, dentre outros fatores, pelo seu alto custo e pela baixa credibilidade do país na comunidade internacional. Ressalta-se que, neste último aspecto, os elementos que mais interferem nas avaliações, tanto as objetivas quanto as subjetivas, dizem respeito à falta de pagamento das dívidas externas, como já foi citado, e à insegurança jurídica, que pode ser apresentada de forma simplificada na nebulosidade das leis, na sobreposição das legislações, o que, por sua vez, gera incapacidade ou imprecisão dos julgamentos, na contradição entre elas, na incoerência nas suas aplicações, sendo aplicadas para alguns e para outros não, ou que sejam aplicadas ou ignoradas em função da lógica do poder, e não da força das instituições.
Isso se deve aos trâmites burocráticos, ou a brechas na legislação que ocorrem por incompetência dos legisladores ou por sua má intenção. Não podemos esquecer que uma instituição é uma regra, se mal formulada produz incerteza, logo, insegurança. Deve-se ressaltar também a sobreposição e a interferência nos poderes do Estado. Na Argentina, o Executivo tem grande possibilidade de romper contratos com uma capacidade elevada de se sobrepor aos demais poderes do Estado, gerando incerteza sobre se as regras do jogo serão seguidas.

Quando não se sabe se as regras serão respeitadas, o único resultado é insegurança, e isso aumenta o custo país, especialmente quando não se tem mais recursos e não há credibilidade internacional para obter financiamentos e investimentos.


IHU On-Line - Por que o Mercosul não se posiciona diante desta dificuldade das empresas brasileiras com a Argentina? Há questões políticas envolvidas?

Marcelo Suano - Em síntese, o Mercosul não se posiciona porque não tem condições para tanto. Seus mecanismos são falhos, não tem instrumentos eficazes para a solução de controvérsias e está se reduzindo a um fórum político sem eficácia. A principal razão decorre do fato de o Mercosul não ter evoluído no sentido correto. Limitou-se a ser uma União Aduaneira incompleta, ou imperfeita, já que, apesar de existir a Tarifa Externa Comum e regras de comportamento comuns, pretensamente únicas, ou coletivas, existe uma grande quantidade de produtos que são excluídos.

Isso denota que não há uma União Aduaneira real, bem como se está demorando muito para progredir nesse sentido e mais distante ainda de se tornar um Mercado Comum (significado da sigla). Quanto mais ocorre demora, mais os comportamentos são individualizados e maiores as tentações de ignorar o Bloco, tal qual ocorre atualmente. Não é a toa que muitos já começam a afirmar que o Brasil deve ignorar o Mercosul e se dedicar apenas a Acordos de Livre Comércio, o que seria o fim do Bloco. Além disso, a atitude de incluir membros da forma como se deu com a Venezuela e nas condições em que ocorreram, praticamente colocaram a ideologia sobrepondo-se às questões técnicas do Mercosul.

A ideia de que o mercado venezuelano é maravilhoso potencialmente, exatamente pela carência que há no país de quase tudo, torna-se um equívoco, por várias razões: a primeira é que se parte do pressuposto de que os venezuelanos entrariam no processo com capacidade de receber investimentos, ou de fazê-los nos outros países. Mas, como calcular este comportamento num país que tem umas das mais baixas seguranças jurídicas do continente e do mundo devido à hipertrofia do Executivo, ao controle que este tem sobre os demais poderes do Estado, a tutela da sociedade e das instituições pelo grupo que tomou conta do Governo e aparelhou as instituições do Estado usando critérios políticos e, principalmente, ideológicos?

Ou seja, não se pode esperar da Venezuela que, em curto e médio prazos, venha ajudar na sua evolução, uma vez que ela ainda está buscando entender o que fazer para acertar as nomenclaturas comuns!

Em síntese, comportamentos como este prejudicam o Mercosul como projeto de bloco econômico e estão lhe tornando mais um fórum político, com certos avanços estruturais econômicos que não conseguem progredir, por sua vez, por comportamentos individualizados, principalmente da Argentina, que praticamente usa do Tratado como moeda de seu interesse e a cada jogada sua a desvaloriza mais, tal qual vem fazendo com o Peso, graças à sua política econômica.

Papel do Mercosul

O Mercosul deveria ter seguido os passos lógicos adotados pela União Europeia. Uma imagem adequada me foi apresentada, faz muitos anos, por um engenheiro que avaliou as ações de um responsável pela jardinagem de uma praça pública numa cidadezinha do interior do Brasil e tinha um desenho criado de antemão. Na época, conversando, ele dizia que não faziam sentido as muitas críticas por não ter começado a execução do projeto e explicou que, realmente, não deveria, enquanto os caminhos naturais não estivessem traçados.

Eu indaguei o que ele queria dizer com isso. A resposta foi simples. Deve-se deixar no chão batido e ver por onde as pessoas andam, já que tendem a fazê-lo seguindo uma lógica clara de menor esforço e racionalidade para chegar aos diversos pontos da praça e das ruas que a circulam. Assim poderão ser colocados bancos e jardins onde as pessoas não andam naturalmente. Isso poupará esforço e ajudará a preservar o que foi construído, já que não incomodará ninguém, desestimulando também os vandalismos. E completou dizendo que o desenho original era bonito, mas tolo, porque não respeitava nenhum caminho natural até aquele momento produzido pela população. Havia bancos imaginados onde deveria existir calçamento para as pessoas andarem, segundo o traçado agora disposto dos caminhos naturais.

Passando para o Mercosul em comparação com a União Europeia, percebi a possibilidade de uma analogia útil. O que se percebe? Os caminhos naturais são aqueles produzidos pelas relações comerciais e/ou problemas econômicos urgentes que precisam ser resolvidos em países, começando de dois, tal qual foi o início do Mercosul, com Brasil e Argentina. Sobre esses caminhos naturais deveriam ser construídas instituições ouvindo empresários, investidores e segmentos sociais para se chegar às regras que regulariam as primeiras relações. Por serem soluções para problemas concretos, estimulando os investimentos, certamente isso geraria comportamentos unificados até chegar a comportamentos comuns. Depois dessas instituições deveriam ser criadas outras para organizá-las, supervisioná-las, com a função de produzir novas instituições (que seria o caso do Parlamento do Mercosul) e, principalmente, para solucionar controvérsias.

Estas últimas seriam, por sua vez, as primeiras criadas pontualmente sobre as regras geradas pelos caminhos naturais e depois expandidas. Curiosamente, a Europa fez isso. Apesar de estar demorando em chegar ao fim, ao menos produziu instituições sólidas, ao contrário do Mercosul, que nem ao menos sabe que quer dizer com a exigência democrática, uma vez que chegou a suspender o Paraguai pelo movimento constitucional e legal que teve, embora até certo ponto problemático, senão injusto, e aproveita da suspensão para colocar a Venezuela, que reduziu a democracia em seu país à instituição do voto, esquecendo que isto é uma condição necessária, mas não suficiente para que a democracia exista. Além disso, tem usado de todos os meios antidemocráticos possíveis para impedir a pluralidade de opiniões e a existência do contraditório na sua sociedade.    

IHU On-Line - Em que medida o desempenho econômico da Argentina determina o resultado da economia brasileira, sendo que a Argentina é o terceiro maior parceiro comercial do Brasil?

Marcelo Suano - Pela grandeza do Brasil não se pode dizer que determina, mas abala, pelo grau de envolvimento dos dois países e pelo nível de interação comercial. Pelos dados estatísticos, houve crescimento das relações e superávit para o Brasil, exceto para o Rio Grande do Sul, que teve queda percentual nas trocas e, por isso, perdas.
No entanto, esse crescimento representa o mínimo comparativo com o que poderia ter ocorrido se as regras fossem cumpridas, os entraves fossem extintos e a Argentina respeitasse os acordos. Ou seja, esses dados não mostram a totalidade da realidade. O pior está no fato de o Mercosul estar se tornando um fardo para a grandeza e o crescimento do Brasil, uma vez que nós seguimos as regras e não podemos realmente diversificar acordos com outras regiões e ampliar mercados por sermos obrigados a carregar a Argentina nas costas.

Assim, uma queda da Argentina não nos destrói, mas pode levar a tropeços que exigem tempo e recursos que não temos para recuperação. Além disso, abalará a nossa credibilidade internacional, pois estamos muito vinculados ao país vizinho, dando apoio político e ideológico para suas medidas erradas, dentre elas não pagar a dívida externa, e mesmo que não sejamos derrubados perderemos o momento histórico, reduzindo-nos à mediocridade.

IHU On-Line - Como o Estado brasileiro deveria se posicionar diante dessa dificuldade econômica entre os dois países?

Marcelo Suano - Posicionando-se como líder natural, e não como um líder virtual. A proporção do Brasil lhe impõe que ele se posicione, sem autoritarismos, mas com exigências de cumprimentos de acordos e apresentando alternativas que, quando acertadas, devem ser cumpridas sob a lâmina da Lei. Nesse sentido, um ponto chave é ajudar os argentinos a pagarem sua dívida mediante condições determinadas e trazê-los de volta ao Bloco como membro, e não como um agregado escorregadio e um estorvo.

O Brasil perdoou dívidas de países da África sob a alegação de que é necessário para abrir mercado ou manter os investimentos de empresas nacionais que lá estão, que querem ir ou que já estão indo. Por que não usar de recursos para auxiliar os argentinos? Todos dizem que não há certeza de que eles pagarão, ou seja, a credibilidade da Argentina está em baixa mesmo com o nosso governo, que lhe é amigo, parceiro e aliado. Então por que se manter complacente? Isso é contraditório. Ademais, o montante perdoado aos africanos e emprestado aos cubanos em contrato caixa-preta teria sido suficiente para auxiliar a Argentina a quitar débitos importantes. Em síntese, talvez não queiramos resolver o problema, ou não temos coragem, ou não temos competência, ou não sabemos o que queremos.

Na África temos a concorrência altamente eficiente da China, que já está estabelecida, por isso pode vir a ser um erro de cálculo ter tanto foco lá e se esquecer da Argentina, aqui, onde já estamos. E, não tem sido muito divulgado, mas toda vez que há problemas com os produtos brasileiros, o substituto do produto brasileiro no mercado da Argentina é o produto chinês. A China está avançando, e não estamos conseguindo fazer um planejamento sobre algo debaixo de nossos olhos.

IHU On-Line - Deseja acrescentar algo?

Marcelo Suano - Somente mais uma coisa: a unificação da América do Sul é amplamente favorável ao Brasil em razão da sua grandeza, por isso é importante investirmos na concretização do processo de unificação e na criação de um Mercado Comum, logo, não se dever abandonar o Mercosul. Mas é importante ter em mente que o processo deve ser feito com planejamento estratégico técnico e clareza dos objetivos, e não com intenção e planejamento ideológico, único ponto em que parece haver certeza do que se quer.

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