jueves, 10 de noviembre de 2011

EL MERCADO DE SAN JUAN: EL MEJOR MERCADO DEL MUNDO

El mejor mercado del mundo




Don José Vasconcelos, ilustre personaje de la historia política, filosófica y académica mexicana, tiene en su haber algunas afirmaciones que han pasado a la historia. El problema es que algunas lo han hecho por sus terribles implícitos filosóficos y otras, en cambio, lo han logrado por su agudeza.
Una de las imperdonables frases del ”maestro“ es el ”motto” de la Universidad Nacional Autónoma de México, la UNAM, que en su corto ”élan” de Rector ilustrado de esa insigne casa de estudios, José Vasconcelos tuvo tiempo de estampar en su heráldica y que reza textualmente: ”Por mi Raza hablará el Espíritu”. La frase huele a racismo primario para quien se aproxima, por primera vez y sin información previa, a la expresión. Pero, para quien conoce con algún detalle el patético relato de ”la raza cósmica“ o ”raza de bronce”, que Vasconcelos incluyese impunemente en su obra filosófica, la expresión termina resultando mucho peor.
Más inteligencia revela, en cambio, otra frase famosa que, aunque no es muy condescendiente con estas insulsas pampas bovinas, refleja puntillosamente una incontrovertible realidad cultural. La frase reza: ”La civilización se acaba donde empieza la carne asada” y Vasconcellos la utilizó para dar cuenta de una profunda diferencia que separa las sociedades mexicanas del sur y centro del país de aquella del norte y la frontera con EE.UU.
Las primeras son sociedades nacidas del mestizaje y basadas en un hondo pasado indígena y campesino. Son, entre otras cosas, la cuna de lo que el mundo entero llama ingenuamente ”comida mexicana“, expresión simplificadora y engañosa que esconde desde una forma de comer (en el sentido de la conocida obra de Levy-Strauss, ”L´Origine des manières de table”) hasta múltiples ”cocinas” (la yucateca, la veracruzana, la poblana, la oaxaqueña, la jaliscience, tlaxcalteca, colimense, campechana, mexiquense, morelense, etc.) es decir una riqueza y diversidad culinarias que revelan la existencia de varias civilizaciones superpuestas a lo largo de milenios. 
En el norte de México, en cambio, donde la presencia indígena era escasa y el desarrollo cultural de las sociedades prehispánicas mucho más elemental que en el centro y el sur del país, predominó una cocina de tonalidad vagamente española pero fuertemente marcada por la abundancia de ganado y la disponibilidad de carne vacuna. El resultado fue una cocina infinitamente más elemental y sencilla que todas las otras ”comidas mexicanas”.


Es, quizás, porque la galaxia gastronómica mexicana tiene esa apabullante riqueza (sólo equivalente a la que poseen la peruana, la india, la tailandesa, la camboyana, la china y algunas europeas) que ”EL MEJOR MERCADO DEL MUNDO” se encuentra en México D.F.


En su Blog de Gastronomía, en No. reciente de ”Letras Libres”, Antonio Calera-Grobet nos hace una esplendorosa presentación de ese viejo mercado que nadie que pasare por el Distrito Federal debería dejar de incluir en su visita. Aunque nos resulte difícil de entender a quienes la historia nos privó de una verdadera gastronomía...


Ver link
http://www.letraslibres.com/blogs/blog-de-gastronomia/el-mejor-mercado-del-mundo