¿Por qué “Alemania über alles” ? (1)
02 / SEP / 2015
Revista Estudios Política Exterior de Madrid
Revista Estudios Política Exterior de Madrid
Por EMANUELE SCHIBOTTO
Doctor
en Geoeconomía, es profesor de Globalización en la Universidad
Guiglielmo Marconi de Roma, director de Desarrollo Empresarial del Asian
Century Institute y miembro de la fundación italiana Geopolitica.
A
medida que Alemania se aproxima al 25 aniversario de la caída del muro
de Berlín, emerge cada vez más como la mente maestra de la Unión
Europea, así como el país más popular del mundo, superando a Estados
Unidos. ¿Cómo ha podido una nación que hasta hace una década era
conocida como “el enfermo de Europa” convertirse de nuevo en una
apisonadora económica y política?
Hoy
en día Alemania ha alcanzado la primacía en la Europa continental por
su actuación como “potencia civil”; sus ventajas siendo su peso
económico y político, en lugar de su ejército. El enorme esfuerzo
económico que la Bundesrepublik llevó a cabo tras la
reunificación absorbió todas sus energías durante los siguientes 20
años. De acuerdo con economistas y observadores internacionales, en las
raíces de los problemas experimentados por Alemania a lo largo de la
segunda mitad de la década de los noventa hasta la Gran Recesión se
encuentra el shock provocado por la reunificación, unido a un
mercado de trabajo demasiado rígido, un Estado del Bienestar generoso y
una política monetaria restrictiva. A medida que el nuevo milenio
comenzaba, Alemania consiguió un progreso sustancial en varios
indicadores, desde el crecimiento del PIB per cápita hasta el freno de
la deuda pública federal.
En
un mundo en proceso de globalización en el cual la conquista ha dejado
paso a la influencia, Alemania ha descubierto el camino para la
supremacía europea sin emplear un ejército, en contraste con los
intentos previos llevados a cabo por el Kaiser Guillermo II y Hitler. La
Alemania del siglo XXI no es una “potencia fascista” sino más bien una
“potencia geoeconómica” que persigue sus intereses nacionales
abiertamente y sin molestarse en buscar compromisos; ese peso recae en
los otros miembros de la UE, que tienen que ajustarse a la posición de
Berlín.
Una
Alemania mucho menos “altruista” ha implementado con éxito tanto una
eficiente estrategia geoeconómica que le permitió llevar a cabo unas
reformas estructurales necesarias a nivel doméstico, como una estrategia
geopolítica en torno a una sólida diplomacia económica a través de la
cual Berlín ha creado compromisos con actores internacionales clave. De
este modo, Alemania favorecía sus exportaciones y aseguraba sus
necesidades energéticas. Berlín maximizaba su poder blando.
Los
principales actores socioeconómicos alemanes –partidos políticos,
sindicatos y patronales de las compañías manufactureras y de servicios–
se pusieron de acuerdo en cuatro objetivos a largo plazo para el país:
el mantenimiento del modelo de economía social de mercado; la defensa de
la base industrial; el fomento de la innovación a través de la I+D; la
promoción de la reputación internacional del país y la búsqueda de
nuevos mercados internacionales para el comercio. La recuperación
económica de Alemania demuestra que es posible cambiar el propio curso, y
en el proceso volverse de nuevo competitivo.
Ahora bien, a pesar de la expectación despertada por el “ejemplo alemán”, el Ordnungsystem
germano –su peculiar sistema de valores ordoliberales– no puede ser
imitado. Lo que otros países europeos (y no europeos) deberían hacer es
estudiar el paradigma alemán para aprovechar las prácticas más
adecuadas para su camino de reformas, con un firme compromiso por
mejorar la competitividad. Tomemos a Italia como ejemplo. El Belpaese,
liderado por el primer ministro más joven de Europa, Matteo Renzi,
necesita construir e implementar una estrategia geoeconómica nacional
dirigida a “modelar la globalización”, favoreciendo sus ventajas
comparativas (manufacturas de media y alta gama, negocios de comida
orgánica y su patrimonio natural y cultural) y llevar a cabo una
política exterior a largo plazo basada en una diplomacia económica
eficaz (exactamente lo que hizo Alemania).
Por
supuesto, Alemania no es inmune a los problemas. Por mencionar solo
unos pocos, su economía es demasiado dependiente de las exportaciones,
su gobierno presenta uno de los niveles de inversión pública más bajos
de Europa y la población se reduce desde 2003. Además, el creciente peso
alemán a nivel europeo está causando bastante suspicacia.
Sin
embargo, debe reconocerse que después de 25 años de la caída del muro
de Berlín y el final de la división Este-Oeste, la Alemania unida
representa la historia de un éxito. Berlín afrontó los desafíos
derivados de la globalización a través de una mejora de sus sistemas
económicos y sociales, al tiempo que mantenía sus valores propios y su
identidad nacional.
(1).- Estábamos considerando este texto para incorporarlo a nuestro Blog cuando nos enteramos de la decisión de la Canciller Angela Merkel de “abrir“ con un gesto político brillanta sus fronteras (pero no por ello desinteresadamente) al flujo de emigrantes que se abalanza sobre Europa. Su actitud contrasta con la de los otros grandes países de Europa. Es más bien un triste espectáculo el que están brindando Gran Bretaña, Francia, Itlaia o España empeñados en una patetica contabilidad de cuantos refugiados o migrantes pueden recibir sin recordad que la Union Europea tiene mas de 500 millones de habitantes por lo que las cifras de recepción de extranjeros son vergonzosamente mezquinas.
(1).- Estábamos considerando este texto para incorporarlo a nuestro Blog cuando nos enteramos de la decisión de la Canciller Angela Merkel de “abrir“ con un gesto político brillanta sus fronteras (pero no por ello desinteresadamente) al flujo de emigrantes que se abalanza sobre Europa. Su actitud contrasta con la de los otros grandes países de Europa. Es más bien un triste espectáculo el que están brindando Gran Bretaña, Francia, Itlaia o España empeñados en una patetica contabilidad de cuantos refugiados o migrantes pueden recibir sin recordad que la Union Europea tiene mas de 500 millones de habitantes por lo que las cifras de recepción de extranjeros son vergonzosamente mezquinas.
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