domingo, 27 de marzo de 2016

About “Obama Doctrine”





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How do we decode the “Obama doctrine”?

Jeffrey Goldberg’s 20,000-word write-up of his series of interviews with Obama in the Atlantic makes for fascinating reading. But what does it tell us about the president's strategies?

American introspection assumes many forms, from the gauche to the professorial. As the world looks on in horrified fascination at the nativism of Donald Trump’s campaign for the Republican presidential nomination, it would be easy to miss subtler and more eloquent forms of the “America First” sentiment that is on the rise, and has already seeped into the Oval Office.

Aside from being a masterpiece of journalism, Jeffrey Goldberg’s 20,000-word write-up of his series of interviews with President Obama in the latest issue of the Atlantic makes hard reading for many allies of America. David Cameron, according to Obama, was “distracted by a range of other things” after the 2011 intervention in Libya, and uses the wrong language when discussing radical Islamism. Obama warned that the UK cannot have a “special relationship” unless, at the very least, it maintains its Nato commitment of spending at least 2 per cent of GDP on defence.

Some of this griping is not unreasonable. European nations, and several of those in the Middle East, have become complacent and flabby under the security umbrella provided by Washington since 1945. There has indeed, as Obama put it, been an element of “free riding”. But it is equally true that the US has done well out of the order it established after the Second World War, which was then revamped and much trumpeted at the end of the Cold War. These days, it is hard to avoid the conclusion that the United States is ever less willing to maintain what was once called leadership of the “free world”. One result is that a number of US allies, Britain included, have been caught in the slipstream of a grand strategy that has – over Syria, for example – lurched between bouts of frenzied diplomatic activity and periods of drift.

Close Obama watchers will not be surprised by the underlying sentiments in what the Atlantictentatively calls the “Obama doctrine”. Previous iterations include “leading from behind” and “Don’t do stupid sh*t”. Obama sees himself a being in the tradition of the “realist” school of American foreign-policymaking. This has three spokes. The first is a theologically conditioned world-weariness with the limits of human action, of “doing good and resisting evil”. The second is an admiration for the “realist” credentials of the first President George Bush (“Bush 41”) and Brent Scowcroft, Bush Sr’s national security adviser. The third is a desire for retrenchment and restraint, which as much as anything was a reaction against the legacy bequeathed to him by his immediate predecessor, including long and costly wars in Iraq and Afghanistan, and a seemingly interminable “war on terror”.

These were instincts that Obama acquired long before he came to office. While the world was fawning over his message of “change” – pre-emptively awarding him the Nobel Peace Prize in 2009 – they missed that Obama never saw himself as a world-healer, an internationalist antidote to Bush Jr, but first and foremost as a president who would focus his efforts on the target he felt had been neglected: the home front. Avoiding costly and lengthy interventions in the Middle East was the first step towards that (though it has proved easier said than done).

That Obama is articulate about foreign policy is without question. But the “Obama doctrine” does not stand up to scrutiny and looks more like a post-facto rationalisation of decisions taken on the hoof, usually under the force of events beyond his control. Opportunities for contrition or reflection in Goldberg’s interviews are turned into a self-justificatory narrative. The most striking example of this is the rationale for why he stopped short of enforcing the “red lines” over use of chemical or biological weapons that he warned Bashar al-Assad not to cross in the Syrian Civil War.

With sleight of hand, Obama turned the case for the prosecution into one for the defence. “I’m very proud of this moment,” he told Goldberg. “The overwhelming weight of conventional wisdom and the machinery of our national security apparatus had gone fairly far. The perception was that my credibility was at stake, that America’s credibility was at stake.”

Obama views it as a lasting achievement that he was able to break with the “Washington playbook”. In truth, he went back on himself and belatedly changed position, leaving many allies, including his secretary of state, John Kerry, surprised, exposed and undermined. Obama may have thrown out the Washington playbook, but he was too slow to tell those who had grown accustomed to playing by its rules.

viernes, 25 de marzo de 2016

Los ladrones del Brasil (y más allá y más acá)




“Chau, querida”


Nº1859 - al de Marzo de 2016
por Claudio Paolillo


Claudio Paolillo
Los miles de millones de dólares que cayeron del cielo durante la “década china” dejaron en América Latina, además de una modesta mejora en la vida concreta de las personas, un verdadero tendal de corrupción.

Siempre se robó abundantemente en esta región del mundo. Pero el volumen gigantesco de dinero fresco que entró en este período y la coincidencia de que estuvieran en el ejercicio del poder gobiernos cuya enorme corrupción permanecía oculta bajo el manto sagrado de la “santa izquierda”, está dejando al descubierto un nivel de latrocinio, mentira e inmoralidad pocas veces visto en la historia.

Hay que remontarse a las épocas de las peores dictaduras de derecha (Trujillo, Stroessner, Somoza) para encontrar antecedentes de corrupción tan grandes. Los robos del “neoliberalismo” parecen peccata minuta ante el volumen y la magnitud del aquelarre cuya revelación estamos apenas comenzando a conocer en estas semanas. ¿Qué es la pista que Carlos Menem se hizo construir en Anillaco (La Rioja) frente a las paladas de dinero que hicieron los Kirchner durante los 12 años de su reinado? ¿Cómo se compara la corrupción de Fernando Collor de Mello en Brasil ante los miles de millones de dólares que se fueron en el mensalao, el petrolao y el lava jato de Lula y el PT? Carlos Andrés Pérez robaba también en Venezuela. Pero ha quedado como un “chico travieso” frente al apoderamiento sistemático de decenas de miles de millones de dólares con que el chavismo ha llenado sus bolsillos (los de los generales, los de los amigos, los de la “boli-burguesía”) durante los últimos 17 años.

Aquel manto sagrado ya no protege a nadie. La “izquierda” enterró su “santidad” y, con ella, su supuesta superioridad ética. Ahí está Lula confesando su culpa al aceptar un Ministerio que Dilma le tiró como salvavidas para eludir a la Justicia y evitar la cárcel. “Chau, querida”, le responde Lula a Dilma en una conversación telefónica bochornosa difundida esta semana, en la que la presidenta le anuncia que le envía un documento en el que lo nombra nada menos que como ministro de gobierno, para que lo use “solo en caso de necesidad”. (¿Qué no hubiera dicho la “izquierda” si en 1992 Collor de Mello, en vez de renunciar, se hubiera hecho proteger por algún tipo de inmunidad para no ir preso?). Ahí está la banda de los Kirchner concurriendo a los tribunales un día tras otro, ahora que los jueces se animan. Ahí está lo que queda del chavismo, aferrándose al poder solo para seguir robando lo que quede disponible y, sobre todo, para impedir que un día jueces independientes en Venezuela los pongan tras las rejas. Y ahí está el Plenario del Frente Amplio, dominado por el mujiquismo, el comunismo y el socialismo radical, respaldando a los “ladrones amigos” —a sabiendas de que son ladrones— y aplaudiendo las mentiras del vicepresidente de la República porque, a fin de cuentas, es un “compañero”. Y, ya se sabe, si es “compañero” y “amigo”, puede robar y mentir.

Tengo la impresión de que a la izquierda de antes, la de Frugoni, la de Arismendi, la de Seregni, la de Michelini (padre), la de Sendic (padre), le hubiera causado vergüenza el comportamiento de sus sucesores. Pero es solo una impresión personal.

La vergüenza de la corrupción —que, desde ya, no es monopolio de estas “izquierdas” y que siempre existió y existirá a un lado y otro del espectro político e ideológico— puede ser mayor o menor según los sistemas institucionales de gestión que se apliquen en cada país.

Felipe González fue, durante 14 años, presidente de España (1982-1996). Dirigentes de su partido (el Partido Socialista Obrero Español, PSOE) e integrantes de sus gobiernos se vieron envueltos en episodios de corrupción. Uno de los más notorios fue el llamado “caso Filesa”, una trama de empresas (Filesa, Malesa y Time-Export) cuyo objetivo fue la financiación ilegal del PSOE para la campaña electoral de 1989. ¿Cómo se hacía? Sencillo: se inflaban contratos públicos y se recibían coimas.

Más de un cuarto de siglo después, con 74 años de edad y ya retirado de la política activa, González —que fue salpicado por las denuncias pero nunca fue imputado personalmente— sabe lo que significa la corrupción para la salud y la credibilidad de los partidos políticos en una democracia. 

Quizá por eso, en octubre pasado hizo una propuesta práctica para “mejorar la transparencia” pública y “luchar con más eficacia contra prácticas corruptas”.

Hablando durante la XXI Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo en la Universidad de Alicante (España), González planteó que los gobiernos (nacionales y locales) introduzcan “un software de ingresos y gastos en el momento en que aprueban el presupuesto”, de modo que la gente pueda informarse online y “día a día” sobre “cómo funcionan los ingresos previstos en el presupuesto y cómo evolucionan y se van ejecutando los gastos”. Eso, dijo González, “se puede hacer tecnológicamente y prácticamente sin ningún costo”.

“Créanme que los problemas que se plantean a veces de corrupción y corruptelas están en la ejecución del gasto, porque se retrasa una obra, porque no se hace una contratación a su tiempo, porque hay un sobrecosto, etcétera. Eso se puede hoy transparentar con absoluta eficiencia”, opinó.
Imaginemos que un software como el que sugiere González hubiera funcionado para Ancap durante los últimos 10 años, o para la desaparecida Pluna, o para el Fondes, o para Alur; o, antes de los gobiernos frentistas, para la Corporación Nacional para el Desarrollo, para el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, para el Banco Hipotecario, para el Banco de Seguros. Si la gente hubiera podido saber, día a día, cómo se gastaba su dinero, ¿los circunstanciales administradores no se hubieran cuidado mucho más a la hora de ejecutar gastos de dudosa legalidad o de difícil justificación ética?

¿Cuánto despilfarro se ahorraría con un instrumento como ese? En el gobierno nacional, en los gobiernos departamentales, en las Alcaldías, en el Poder Legislativo, en el Poder Judicial, en las Juntas Departamentales, en las empresas públicas, en los servicios descentralizados, en los bancos públicos…¿cuánto?

El viernes 11, el periodista argentino Jorge Lanata escribió que “robar desde la izquierda tiene charme. Ahora resulta que hay un complot continental que ‘obligó’ a distintos líderes regionales a volcarse al bolsillo ajeno”. Y mencionó a la chilena Michelle Bachelet, al boliviano Evo Morales, a Lula y Dilma, a Nicolás Maduro y a Cristina Kirchner. “A la hora de gobernar hemos visto que la supuesta izquierda ocupa el poder como la peor de las derechas. La ideología y la moral no conectan necesariamente”, concluyó.

Es verdad que ahora les tocó a los partidos de “izquierda” porque son los que han ejercido el gobierno en los últimos años. Pero una regla como la sugerida por el ex presidente español sería útil para gobiernos de cualquier tendencia. Después de todo, no importa si son izquierdistas, centristas o derechistas cuando están en el poder. En una democracia, su tarea es administrar recursos públicos que pertenecen a los ciudadanos; no a los gobernantes.

Cualquier control respecto a lo que hacen con ese dinero es siempre necesario. Mucho más cuando la corrupción empieza a ser parte del paisaje habitual.

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miércoles, 16 de marzo de 2016

La constante pédophile de l´eglise catholique




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Mgr Barbarin aurait promu un prêtre condamné pour agressions sexuelles

Le Monde.fr |

C’est une nouvelle affaire qui tombe sur le diocèse de Lyon et son cardinal, Mgr Barbarin : selon Le Parisien, ce dernier aurait promu doyen (chargé de plusieurs paroisses) en 2013 un prêtre condamné pour agressions sexuelles.

L’homme, qui exerçait auparavant à Rodez, dans l’Aveyron, avait été condamné en 2007 à dix-huit mois de prison avec sursis, pour des agressions sexuelles commises sur des étudiants (majeurs) dans un foyer dont il avait la charge. 

Il était arrivé dans la région lyonnaise l’année suivante, en 2008. L’entourage du cardinal a refusé de préciser au Parisien si ce dernier était au courant du passé judiciaire du prêtre au moment de sa promotion. La nomination d’un doyen requiert normalement  l’instruction d’un dossier sur le prêtre choisi.

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martes, 15 de marzo de 2016

Birmanie: découvrant la démocratie




Htin Kyaw, proche d’Aung San Suu Kyi, élu président de la Birmanie

Le Monde.fr |
Htin Kyaw, le 13 novembre 2010 aux côtés de Aung San Suu Kyi.

Lors d’un vote au Parlement birman, mardi 15 mars, Htin Kyaw, un fidèle compagnon de dissidence d’Aung San Suu Kyi, est devenu le nouveau président de la Birmanie, le premier élu démocratiquement depuis des décennies. Il est aussi le premier président civil du pays, après près de cinquante années d’une dictature militaire suivie par la constitution d’un gouvernement dirigé par d’anciens généraux. Il a été élu, sous les applaudissements par 360 voix sur 652 députés.

« C’est la victoire de notre sœur Aung San Suu Kyi », a déclaré Htin Kyaw juste après son élection, dans les couloirs du Parlement de Naypyidaw, la capitale administrative birmane.

La Ligue nationale pour la démocratie (NLD), qui a remporté 80 % des sièges en lice dans les deux chambres en novembre, avait proposé le nom de ce proche de la Prix Nobel de la paix, car cette dernière ne pouvait pas se présenter. La Constitution, héritée de la junte, lui bloquait en effet la route, un de ses articles excluant de la présidence les personnes ayant des conjoints ou des enfants étrangers.

Aung San Suu Kyi ministre ?

Choisi pour sa loyauté, Htin Kyaw, fils d’un poète birman très célèbre, est un ami d’enfance d’Aung San Suu Kyi. Il a 69 ans, soit un an de moins qu’elle. Celui qui a été son chauffeur par le passé est aussi diplômé d’économie, ancien professeur d’université et a été fonctionnaire aux ministères des affaires étrangères et de l’industrie.

Après le lancement du processus de vote par Mahn Win Khaing Than, le président du Parlement, Aung San Suu Kyi a été la première à déposer son bulletin dans l’urne au sein de l’immense édifice du Parlement de Naypyidaw, la capitale administrative.

Aung San Suu Kyi n’a toujours pas précisé si elle serait ministre du gouvernement qui doit être formé pour début avril ou si elle tirera les ficelles de l’exécutif depuis son poste de députée. Celle qui a, jusqu’au dernier moment, espéré réussir à faire modifier la Constitution, a déjà prévenu qu’elle serait « au-dessus » du président. Htin Kyaw et le nouveau gouvernement, dont la composition devrait être annoncée dans les jours qui viennent, prendront leur fonction le 1er avril

Link
 http://www.lemonde.fr/asie-pacifique/article/2016/03/15/htin-kyaw-proche-d-aung-san-suu-kyi-elu-president-de-la-birmanie_4882831_3216.html#IbCelcpbAZmAzEey.99

lunes, 14 de marzo de 2016

HILARY PUTNAM DIED ON MARCH 13.



THE BLOG

Hilary Putnam (1926-2016)

03/14/2016 08:22 am E.T.
  • Martha C. Nussbaum Ernst Freund Distinguished Service Professor of Law and Ethics, The University of Chicago
Wikipedia

Philosophy is pretty unpopular in America today. Marco Rubio says, with typical inelegance: "We need more welders and less philosophers." Governor Pat McCrory of North Carolina also singles out philosophy as a discipline offering "worthless courses" that offer "no chances of getting people jobs." Across the nation there's unbounded adulation for the STEM disciplines, which seem so profitable. Although all the humanities suffer disdain, philosophy keeps on attracting special negative attention -- perhaps because in addition to appearing worthless, it also appears vaguely subversive, a threat to sound traditional values.

Such was not always the case. Throughout its history in Europe, philosophy has repeatedly come in for abuse from the forces of tradition and authority. The American founding, however, was different: the founders were men of the Enlightenment, steeped in the ideas and works of Rousseau, Montesquieu, Adam Smith, and the ancient Greeks and Romans -- especially Cicero and the Roman Stoics. As men of the Enlightenment they took pride in steering their course by reason and argument rather than unexamined tradition. Their intellectual independence and theoretical thoughtfulness served them well when it came to setting up a new nation. We've traveled a long way from those roots, and not in a good direction.

On March 13, America lost one of the greatest philosophers this nation has ever produced. Hilary Putnam died of cancer at the age of 89. Those of us who had the good fortune to know Putnam as mentees, colleagues, and friends remember his life with profound gratitude and love, since Hilary was not only a great philosopher, but also a human being of extraordinary generosity, who really wanted people to be themselves, not his acolytes. But it's also good, in the midst of grief, to reflect about Hilary's career, and what it shows us about what philosophy is and what it can offer humanity. For Hilary was a person of unsurpassed brilliance, but he also believed that philosophy was not just for the rarely gifted individual. Like two of his favorites, Socrates and John Dewey (and, I'd add, like those American founders), he thought that philosophy was for all human beings, a wake-up call to the humanity in us all.

Putnam was a philosopher of amazing breadth. As he himself wrote, "Any philosophy that can be put in a nutshell belongs in one." And in his prolific career Putnam, accordingly, elaborated detailed and creative accounts of central issues in an extremely wide range of areas in philosophy. Indeed there is no philosopher since Aristotle who has made creative and foundational contributions in all the following areas: logic, philosophy of mathematics, philosophy of science, metaphysics, philosophy of mind, ethics, political thought, philosophy of economics. philosophy of literature.

And Putnam added at least two areas to the list that Aristotle didn't work in, namely, philosophy of language and philosophy of religion. (Philosophy of religion because he was a religious Jew, and he understood Judaism to require a life of perpetual critique.) In all of these areas, too, he shared with Aristotle a deep concern: that the messy matter of human life should not be distorted to fit the demands of an excessively simple theory, that what Putnam called "the whole hurly-burly of human actions" should be the context within which philosophical theory does its work.

That commitment led him to oppose many fads of his time: for philosophy is prone to simplifying and reductive fads, from logical positivism to a later fad for computer modeling of philosophical problems. Putnam knew physics like virtually nobody else in the field, and so he also knew that it was fatal to reduce philosophy to physics: philosophy is a humanistic discipline. (I remember a marvelous and profoundly countercultural course he taught at Harvard, in the days when logical positivism was just beginning to wane, entitled "Non-Scientific Knowledge." It covered ethical knowledge, aesthetic knowledge, and religious knowledge, and Putnam showed the folly of imagining that physical reductionism could replace those normative subjects.) His independence from fads also led him to take a keen interest in the thought of the ancient Greeks, who looked stupid to the positivists but who actually had a few good ideas! He learned ancient Greek in order to work seriously on Aristotle, and he argued that Aristotle had important insights about the mind-body relationship that contemporary thinkers ought to take up.

At the same time, and again like Aristotle, Putnam never gave way to irrationalism, never took up a skeptical and dismissive attitude to philosophical theorizing: for, as he stressed, the attempt to order our world by the work of reason is one of the most deep and pervasive aspects of the hurly burly of human life. He believed that we are always prone to not just messiness and sloppiness, but, worse, to capitulation to forms of authority and pressure, and that the work of philosophy was needed to counter these baneful tendencies.

Most philosophers talk a lot of talk about following the argument, but eventually lapse into dogmatism, defending a well-known position at all costs, no matter what new argument comes along. The glory of Putnam's way of philosophizing was its total vulnerability. Because he really did follow the argument wherever it led, he often changed his views, and being led to change was to him not distressing but profoundly delightful, evidence that he was humble enough to be worthy of his own rationality. Once in the late 1970's he offered a class on metaphysics at Harvard with his colleagues Nelson Goodman and W. V. O. Quine. The other two held views very different from Putnam's, and they argued well. Putnam became more and more excited by the debate -- so much so that he would leave a department meeting in the middle of lunch to walk up and down the halls with Goodman. At the end of that term, his Presidential Address to the American Philosophical Association contained an elegant argument against himself -- somewhat in Goodman's spirit, though not exactly.

A life in reason was and is difficult. All of us, whether we are ignorant of philosophy or professors of philosophy, find it easier to follow dogma than to think. What Hilary Putnam's life offers our troubled nation is, I think, a noble paradigm of a perpetual willingness to subject oneself to reason's critique. Our country, founded by lovers of argument, has become the plaything of rhetoricians and entertainers (characters that Plato knew all too well). On this day when we have lost one of the giants of our nation, let's think about that.

lunes, 7 de marzo de 2016

Brasil: La genética corrupta del populismo



Lula Da Silva en su triplex del complejo Solaris, un exclusivo edificio en Guarujá, San Pablo. Junto a él, el ex presidente de la empresa OAS, Léo Pinheiro, condenado a 16 años de cárcel por la causa Lava Jato.

Lula Da Silva en su triplex del complejo Solaris, un exclusivo edificio en Guarujá, San Pablo. Junto a él, el ex presidente de la empresa OAS, Léo Pinheiro, condenado a 16 años de cárcel por la causa Lava Jato.

Brasil, Lula y la corrupción

Infolatam
Madrid, 6 marzo 2016
Por Carlos Malamud

 
(Infolatam).- La comparecencia de Lula conducido por la Policía ante los instructores del caso Lava Jato ha levantado una tormenta política y mediática en Brasil. Incluso algunos hablan de su encarcelamiento. El registro de su vivienda aportó más dramatismo, llegándose a cuestionar la legalidad de las actuaciones judiciales y policiales. Las repercusiones internas y regionales son múltiples y abarcan aspectos muy diversos, algunos de los cuales abordaré sintéticamente en ocho puntos:

1) Brasil, un país dividido. Como titular es muy atractivo, pero no describe exactamente lo que ocurre. Es verdad que partidarios y detractores de Lula se han enfrentado públicamente, que está prevista una manifestación antigubernamental para el domingo 13 de marzo y que Lula llamó a sus seguidores a defender su honra en las calles de todo el país ante los ataques de la prensa, la Policía Federal y la judicatura. Sin embargo, buena parte de la sociedad brasileña está más pendiente de sus propios problemas que de las tribulaciones jurídicas del ex presidente.

2) El victimismo de Lula. Las últimas intervenciones públicas de Lula subrayaron el maltrato y el linchamiento mediático. También arremetió contra el juez Sérgio Moro, instructor del caso Petrolão o Lava Jato, descalificándolo por parcial y “tucano”, partidario del opositor PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña). Lula y el PT hablaron de un “golpe” para liquidar su herencia y derrocar al gobierno legítimo de Dilma Rousseff. Este lenguaje evoca denuncias similares de Cristina Fernández sobre “golpes destituyentes”. Salvando las distancias, el victimismo de Lula y del PT también recuerda la reacción de Álvaro Uribe y su Centro Democrático tras el apresamiento de su hermano Santiago, acusado de relaciones con el paramilitarismo. El entorno del ex presidente colombiano lo considera un preso político encarcelado por la dictadura de Santos.

3) Lula candidato presidencial para 2018. De esto se hablaba hace tiempo, pero tras el viernes pasado el anuncio de su probable candidatura forma parte de su defensa y de su campaña para restablecer su honor y su imagen dañada por la corrupción, que ya lo salpica directamente. Pese a ello, aún falta mucho tiempo para que concrete la candidatura, que dependerá igualmente del futuro político de Rousseff y del futuro procesal del propio Lula en el Lava Jato.

4) ¿Lula y Dilma, juntos o separados? En las últimas semanas parecía que Lula y Dilma tomaban rumbos separados en una estrategia de sálvese quien pueda. La imagen de un gobierno agonizante y enfrentado a duras pruebas políticas y económicas llevaron a Lula y al PT a distanciarse de Rousseff. La pérdida de la imagen positiva de la presidente y el posible agravamiento de la recesión (el PIB decreció un 3,8% en 2015 y ya se habla de un -5% en 2016) dificultan cualquier candidatura del PT en 2018, ya sea de Lula o de otro líder partidario. Ahora bien, la evolución reciente del Lava Jato, especialmente tras las declaraciones incriminatorias contra Lula y Rousseff del senador petista Delcídio do Amaral, acogido a los beneficios de la delación premiada, podría recomponer unos vínculos previamente rotos

5) Los empresarios confían en un nuevo gobierno pro mercado. Pese a los movimientos alcistas del pasado viernes, las incertidumbres existentes impiden ver una tendencia clara de la economía brasileña. El futuro de Rousseff depende de iniciativas paralelas con soluciones diferentes. Si en el frente judicial una sentencia condenatoria anularía las elecciones para convocar nuevos comicios, en el frente parlamentario, de prosperar el juicio político contra Rousseff, provocaría su reemplazo por el vicepresidente. Aquí se recompondrían las alianzas, sin ser descartable un acercamiento del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) y el PSDB.

6) El papel de los empresarios. Inicialmente los empresarios y sus organizaciones fueron neutrales ante la crisis política y las dificultades económicas. No favorecían el juicio político contra Rousseff por las incertidumbres que podía generar. Inclusive apoyaron el nombramiento de Joaquim Levy como ministro de Finanzas y su fallido plan de ajuste. Hoy están cambiando de opinión y apuestan por la salida de Rousseff en cualquiera de sus variantes.

7) La justicia, símbolo de la regeneración. La extensión de la corrupción en Petrobras, con ramificaciones en grandes empresas constructoras o contratistas del sector público, golpeó a Brasil. El cáncer se expandió por la clase política, con metástasis en el BNDES (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) y otras instituciones estatales. Frente a una situación desmoralizante, el funcionamiento de la justicia y de la Policía Federal se constituyó en motivo de orgullo y esperanza para los brasileños. El juez Moro se convirtió en un héroe popular tras llevar a la cárcel a numerosos políticos y empresarios. En este punto es obligado reconocer el impulso dado por el gobierno de Lula a la lucha contra la corrupción y al reforzamiento de la autonomía judicial y policial en la materia.

8) Las muestras regionales de apoyo a Lula. Rápidamente se escucharon las voces de Evo Morales y Nicolás Maduro, unidos en Caracas en el homenaje a Hugo Chávez en el tercer aniversario de su muerte. Ambos mandatarios lanzaron mensajes contundentes contra la agresión de la derecha y el imperialismo. Morales sonó tajante al preguntarse: “¿Qué viene ahora del imperio? ¡Un escarmiento a presidentes y ex presidentes antimperialistas!” Estas denuncias olvidan que en Brasil, un país soberano, todavía gobierna el PT.

Hay en torno a la declaración forzosa de Lula demasiadas y complicadas cuestiones, muchas de las cuales evolucionarán vertiginosamente en las próximas semanas. Los principales actores del drama se moverán en los escenarios político, económico, judicial y mediático, pudiendo saltar de uno a otro con facilidad. Pese a las denuncias de complots y ciertas teorías conspirativas no hay nada escrito, salvo que la salida del desastre actual, cualquiera sea su desenlace, será traumática y exigirá grandes esfuerzos a todos los protagonistas.

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LINK:  http://www.infolatam.com/2016/03/06/brasil-lula-y-la-corrupcion/

martes, 1 de marzo de 2016

Political Uses of Fight Against Corruption in China



In China, Ulterior Motives in the Fight Against Corruption

February 26, 2016 | 10:07 GMT

Forecast

  • China will soon begin its first round of anti-corruption investigations for 2016, greatly expanding last year's efforts.
  • Increases in personnel will make it possible for the Central Commission for Discipline Inspection to achieve its goal of conducting more than 100 inspections during the year.
  • The anti-corruption campaign will increase Chinese President Xi Jinping's control over state media, helping him, among other things, advance reforms in the industrial sector. 

Analysis

Chinese President Xi Jinping is promising to ramp up the state's anti-corruption campaign; however the move is not as altruistic as it may appear, and Xi has much to gain from the expansion. As 2015 ended, China's Central Commission for Discipline Inspection (CCDI), the Communist Party's top anti-graft agency, promised to massively expand the Chinese anti-corruption campaign in 2016. According to the agency, more than 100 inspections are to take place this year — far more than were conducted in any previous year. In addition, at least one anti-corruption inspection is to be carried out on each of the 280 state and Party organizations accountable to the central government by the time the 19th Party Congress starts in 2017. Though the Party's intent to intensify the campaign had been well publicized, the means by which it could be expanded and its exact targets have only recently become clear.
On Feb. 19, Xi completed a tour of each of China's three top state media agencies: Xinhua, the People’s Daily and CCTV. He stressed to the agencies the need for the news media to demonstrate absolute loyalty to the Party, which is increasingly being defined as unquestioning loyalty to Xi himself. State media responded with fervent praise of the Party and of Xi, displayed on their front pages and online homepages.
Xi's words heralded a grander political agenda, which became clear just days later when Wang Qishan, Politburo Standing Committee member and head of the CCDI, convened a conference preparing for the launch of China’s first round of anti-corruption investigations in 2016.  The Party’s Ministry of Propaganda and the related State Administration for Press, Publication, Radio, Film and Television — responsible for carrying out censorship directives — were identified as the first targets in the CCDI’s largest investigation to date. It is clear: Xi is using the menacing anti-corruption campaign to crack down on the Chinese media and better control the dissemination of information.
https://www.stratfor.com/sites/default/files/styles/stratfor_full/public/main/images/China_Government_Agencies_Investigate_2016-01.png?itok=WHqeIaxd
But, as central as the media is to this year's anti-corruption push, it is not the only focus. The CCDI announced 36 targets in total — four provincial governments and 32 central government organizations, including industry-related ministries such as the National Development and Reform Commission, the economic planning body; the State Assets Supervision and Administration Commission, the body overseeing all of China’s state-owned enterprises; and the State Administration of Industry and Commerce, among others. The high number of targets that have a role in formulating and executing industrial policy suggests that this round of investigation is also intended to support China's priority economic goals for 2016, such as reducing industrial overcapacity and merging key state industries. Of course the two focuses are related: China is trying to push forward significant economic reforms. To do that it is clearing possible opposition from within state agencies and securing control of the media to manage the narrative and maintain public support.
Recent events suggest that, contrary to original reports that the CCDI would not expand in size, the agency is in fact adding personnel. At the end of 2015, the CCDI included 15 teams, which were capable of conducting a total of 30 investigations within a single inspection round. However, the expansion of target sets suggests that this year the CCDI will expand to at least 20 teams (16 to investigate government ministries; four to investigate provinces) — double the number when Xi began the anti-corruption campaign in 2013. Assuming three rounds of investigation in a year, the CCDI could conduct anywhere from 108 to 116 inspections this year, depending on whether it chooses to continue provincial inspection tours.
https://www.stratfor.com/sites/default/files/styles/stratfor_full/public/main/images/China_Provinces_Investivation_2016_2%20%282%29.png?itok=3V1WIdkC
A final point of interest is the government's curious choice to reinvestigate the four provinces of Liaoning, Anhui, Shandong and Hunan, which were all among the earliest targets of the anti-corruption drive. This contradicts previous announcements from the CCDI in December that the agency would devote its large but finite resources toward just one inspection for every organization accountable to the central government (including provinces, which are structurally equivalent to ministries). Historically, investigating a province has taken a single team about three months, a period in which it could theoretically inspect up to three government ministries or state enterprises, so the reinvestigation comes at considerable opportunity costs. Certain political or economic objectives may have given the CCDI cause to take a second look at these regions. Whatever the reason, it is clear that rather than winding down, China's anti-corruption push is accelerating, and in the service of a broader political agenda.

Encuentros y desencuentros en Europa







Bandera de la OTAN




De Munich a Varsovia: la OTAN busca nueva estrategia
23 / FEB / 2016
ALBERTO PÉREZ VADILLO - Analista internacional.

La última Conferencia de Seguridad de Múnich no ha dejado espacio para el optimismo. Las élites allí reunidas demostraron no compartir un relato común acerca de la miríada de desafíos a la seguridad y paz internacionales a los que se enfrentan, y menos aún un acuerdo sobre cómo afrontarlos. Esto es manifiesto en las relaciones entre la OTAN y Rusia y en sus implicaciones para la defensa del territorio aliado.

Dos años después de la anexión de Crimea y de la intervención militar, más o menos encubierta, de Rusia en el este de Ucrania, Washington, sus aliados y Moscú son incapaces de acercar posturas en materia de seguridad europea; no cabe esperar cambios en la trayectoria de sus políticas. Aunque en Múnich las palabras del primer ministro ruso Dmitri Medvédev revelaron cierto deseo de conciliación, esto en sí mismo no es nada nuevo; Moscú ha seguido esta línea desde la adopción de los Acuerdos de Minsk II para lograr la paz en Ucrania y ha aprovechado toda oportunidad, incluyendo la lucha contra el Estado Islámico, para convencer a Occidente de la necesidad de cooperar con Rusia, dejando la cuestión ucraniana atrás. Sin embargo, Rusia sigue sin convencer en las capitales europeas, y figuras del Kremlin hasta ahora tenidas en cierta consideración en círculos diplomáticos, como el ministro de asunto exteriores Serguéi Lavrov, empiezan a ver su credibilidad dañada.

 La desconfianza se refleja en todos los planos. Merece la pena subrayar el debate suscitado sobre cómo interpretar la mención a una “nueva guerra fría” por parte de Medvédev: ¿una amenaza o un aviso, tétrico pero bienintencionado, sobre lo que se debe evitar? ¿Una caracterización del momento actual o uno de los posibles futuros para Europa? Posiblemente ambas cosas. Es precisamente esta ambigüedad, unida a la asertividad rusa de los últimos años, lo que enmarca la respuesta de la OTAN a su tarea central: la defensa de la soberanía de sus miembros. Con la ansiedad de los Estados bálticos, Polonia y otros aliados en el flanco oriental en mente, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, afirmó en Múnich la necesidad de “enviar una poderosa señal para disuadir cualquier agresión o intimidación”. La forma que deberá adoptar esta señal será precisamente lo que ocupe la atención de los jefes de Estado y de gobierno aliados en la cumbre de Varsovia, prevista para julio.

El quid de la cuestión será en qué medida la OTAN decida abandonar los compromisos del Acta Fundacional para sus relaciones con Rusia, adoptada en 1997. En este documento la Alianza declaró “no tener intención, plan o razón para desplegar armas nucleares en el territorio de sus nuevos miembros [refiriéndose a Polonia, la República Checa, Hungría y cualquier otra nueva incorporación hacia el este], ni ninguna necesidad de cambiar ningún aspecto de sus despliegues y política nuclear”. Al mismo tiempo, la organización anunció que defendería su territorio sin “el estacionamiento permanente de contingentes sustanciales”, siempre que Moscú ejercitase una moderación similar en sus despliegues. Aunque algunas voces han sugerido una revisión de la doctrina nuclear de la Alianza, proponiendo ejercicios para practicar la escalada del plano convencional al nuclear, o incluso trasladar sus bombas B61 al este, todo parece indicar que el elemento central de la estrategia aliada no será el átomo. Es en el ámbito de la disuasión convencional donde la OTAN se juega su seguridad.

 Escenario en constante evolución

Mucho ha cambiado desde 1997. Moscú ha librado una guerra contra Georgia, anexionado Crimea, desestabilizado Ucrania, lanzado amenazas nucleares más o menos veladas y dado muestras constantes de su poderío militar, provocando una creciente inseguridad en su vecindario. Cuando celebró su última cumbre (Gales, septiembre de 2014), la Alianza todavía intentaba digerir lo acontecido ese año; la cumbre pilló a la OTAN con el paso cambiado. La respuesta que se dio entonces se concretó en el Readiness Action Plan (RAP). Con el objetivo de tranquilizar a los aliados en el este, el RAP anunció un incremento en la presencia militar de la Alianza en su flanco oriental a través de entrenamientos y ejercicios, así como mejoras cuantitativas y cualitativas en la capacidad de la OTAN para mandar refuerzos en caso de crisis. Siguiendo esta línea, la Alianza acordó este mismo mes aumentar su presencia en la zona a través de rotaciones multinacionales, una decisión a la que Stoltenberg aludió en Múnich y que todavía debe ser concretada. Estados Unidos, por su parte, ha buscado establecer una impronta militar constante en la región a través de rotaciones substanciales y el “preposicionamiento” de material militar, incluyendo equipamiento pesado. En este sentido, el anuncio a principios de mes de un aumento del presupuesto de 2017 para la European Reassurance Initiative (de 789 millones de dólares en 2016 a 3.400 millones en 2017) rompe claramente con el declive en el gasto militar estadounidense en Europa.

Los aliados en el este han valorado positivamente la implementación del RAP, pero parece evidente que este plan solo se ve como solución provisional. Existen indicios de que en Varsovia se presionará para pasar de la fórmula de despliegues persistentes al estacionamiento permanente de tropas aliadas. Polonia encabeza esta campaña: en un editorial publicado en The New York Times, su ministro de Asuntos Exteriores, Witold Waszczykowsky, anunció la intención de su gobierno de solicitar la apertura en su país de una base de la Alianza, incluyendo el despliegue permanente de “fuerzas terrestres y sistemas avanzados de defensa”. Posteriormente, el mismo Waszczykowsky expresó su desacuerdo con que sea posible responder a la inseguridad en su vecindario “desde la distancia”, siendo esta la opción preferida en la capitales de Europa Occidental.

 Guerra en el este

Un nuevo informe de la Corporación RAND concluye, basándose en los resultados de una serie de simulaciones, que con la configuración defensiva actual un ataque ruso contra Estonia o Lituania resultaría en la pérdida de las respectivas capitales en aproximadamente 60 horas. Los esfuerzos de la OTAN por restaurar la soberanía de estos países conllevarían acciones tremendamente arriesgadas y de resultados inciertos, incluyendo la posibilidad de escalada nuclear. Para evitar estos escenarios o la capitulación de la OTAN, el informe recomienda aumentar considerablemente los despliegues en la zona, bastante por encima de los niveles actualmente previstos. La presencia de una fuerza más robusta afectaría el cálculo ruso, proyectando costes inasumibles para Moscú y negándole una victoria rápida. Aunque los autores del informe consideran que no todos los componentes de estas fuerzas requerirían un despliegue adelantado, sí subrayan la importancia fundamental de disponer rápidamente del elemento terrestre, incluyendo unidades acorazadas.

La disposición de fuerzas que recomienda la Corporación RAND podría basarse, al menos en parte, en el estacionamiento permanente de tropas y equipo, pero el informe no establece que esto sea absolutamente necesario. En cambio, el informe sí refleja en gran medida el sentimiento general de los círculos de defensa en los países del flanco oriental: allí preocupa la ventaja militar subregional de Rusia, por lo que se quiere un mayor apoyo aliado. Sin embargo, los aliados en Europa Oriental parecen preferir que la presencia reforzada de la OTAN se constituya fundamentalmente con fuerzas estadounidenses, no europeas. Múnich ha vuelto a poner de relieve la sempiterna división entre los aliados occidentales y orientales: a los primeros les preocupan los refugiados, el terrorismo islámico, Siria y el incendio en el polvorín de Oriente Próximo; a los segundos, las correrías del oso ruso. Desde esta perspectiva, el interés del gobierno polaco por aumentar su participación en acciones en Oriente Próximo pretende suscitar una respuesta favorable a sus exigencias por parte de Europa Occidental. Sin embargo, pocos en Berlín, París, Roma o Madrid ven con buenos ojos el estacionamiento permanente de tropas en el este. Al mismo tiempo, la solidaridad aliada se ve comprometida por el desigual gasto en defensa, con solo cuatro aliados europeos (Reino Unido, Grecia, Polonia y Estonia) invirtiendo al menos el 2% del PIB, el mínimo establecido por la OTAN. Sin embargo, existe un punto en común entre ambos lados de Europa: todos quieren una mayor implicación de EE UU, pero temen que Washington no pueda o quiera involucrarse más; aunque Barack Obama ha incrementado notablemente el gasto en Europa, el próximo presidente podría decidir no hacerlo. Así las cosas, la OTAN camina hacia una cita crucial en Varsovia, y todo está en el aire.