jueves, 21 de abril de 2016

Un personaje anti-diluviano ?




Resultado de imagen de foto bernie sanders





   Aquelarre Económico


Socialismo democrático

   José Manuel Suárez Mier[1]
   Texto enviado para su publicación en
   EXCELSIOR de México
    el 21 de abril de 2016
  
Cada vez que encuentro la palabra “democracia” en calidad de adjetivo calificativo, como en el 
caso del candidato presidencial Bernie Sanders quien se describe a sí mismo como un
 “socialista democrático,” me surge la sospecha que es un truco para ocultar la real naturaleza 
del término que pretende calificar, en este caso “socialista.”



Me queda claro que lo que este viejito gruñón pretende es atenuar el golpe negativo que conlleva 
el término “socialista” en EU, donde floreció la más exitosa economía de mercado del orbe 
sustentada en una libertad individual irrestricta para emprender la actividad productiva 
que cada quien deseara y con un Estado fuerte pero acotado.



Estados Unidos nunca tuvo un movimiento socialista grande y enraizado como los de 
muchos países europeos, y a partir del inicio de la Guerra Fría frente a la Unión 
Soviética en 1946, los términos asociados con socialismo y comunismo se volvieron graves
 insultos entre sus ciudadanos.



Ello no implica que EU permaneciera como el campeón liberal que fue en sus inicios pues
 sucesivas olas progresistas en su historia, culminando con el New Deal de Franklin D. Roosevelt 
 (1932-44) y la Gran Sociedad de Lyndon B. Johnson (1963-1969), crearon un enorme Estado
 interventor, benefactor y regulatorio.



Hoy Bernie se proclama socialista y concita el entusiasta apoyo de una generación que 
nació tarde para percatarse de los crímenes hechos bajo autoritarios regímenes de derecha, 
como el nacional-socialismo alemán, y al extremo opuesto, atroces dictaduras comunistas 
como la URSS, China, Cuba y Cambodia, entre muchas otras.



Esta generación, a la que conozco bien pues le he dado clases a centenares de sus integrantes, 
dice preferir el socialismo al capitalismo -58% contra 33%-  pues es un “sistema más compasivo.”
 ¿A que puede atribuirse este giro radical en el pensamiento de la juventud estadounidense?
¿Es sólo ignorancia?



Se debe a un marcado sesgo izquierdizante en el profesorado universitario. En mis clases en
 American University, batallé en neutralizar la sarta de tonterías que muchos de mis colegas 
enseñaban sobre temas económicos globales, como anteponer el comercio “justo” al comercio
 libre. El gobierno, en su visión, siempre debe actuar para acotar la libertad personal en aras
de la justicia.

  Las propuestas y preferencias de Bernie van todas en esa misma dirección:

1.     Cobertura médica gratuita y universal. El problema es que hoy Medicare, que ofrece
 cobertura parcial para los mayores de 65 años, tiene pasivos no fondeados por 43 billones 
(trillion en EU) de dólares.

2.     Para pagar por ello, propone elevar los impuestos “a los ricos” por casi 20 billones de 
dólares –1.2 veces el PIB de hoy- en la siguiente década, imponiendo pagos enormes a empresa
, impuestos a “especuladores” y a ganancias de capital.

3.     Fragmentar a los grandes bancos, aunque a pregunta específica de cómo pretende hacerlo,
 mostró no tener idea. El impacto sobre el sistema de pagos global sería demoledor pues hoy 
lo operan los grandes bancos de Wall Street.

4.     Admira a Fidel Castro y en 1989 viajó a Cuba para verlo.

5.     Su devoción por la Unión Soviética también es conocida. Perteneció a un organismo
 cuyos miembros juraban lealtad “al triunfo del poder soviético en EU.”

6.     Promete perseguir judicialmente a los escépticos del calentamiento global, en la 
versión oficial de su gobierno.

7.     Propone expandir el Seguro Social, la pensión para jubilados en EU. El problema es que
 sus pasivos no fondeados es hoy ya de 22 billones de dólares.

8.     Acceso a la universidad será universal y gratuito, lo que abriría un hoyo fiscal de proporciones
 colosales.

9.     Prohibiría Uber, sistema que odia por no estar “regulado.”

10. Acabaría con las prisiones manejadas por el sector privado, que surgieron como  la respuesta a un
 sistema carcelario público insuficiente y defectuoso.



¿De veras los jóvenes de EU quieren vivir bajo tal régimen?




[1] El autor es consultor en economía y finanzas en Washington DC, y ha sido catedrático en varias universidades de 
       Mé y Estados Unidos. Correo: aquelarre.economico@gmail.com