jueves, 18 de junio de 2009

¿CANDIDATOS A NUEVAS POTENCIAS?

 
El martes 16 de junio se reunieron en la ciudad rusa de Ekaterimburgo los líderes de Brasil, Rusia, India y China. Esta "cumbre" no ha tenido hasta ahora mucha resonancia en la prensa mundial pero, no por ello, ha pasado desapercibida.

Consideradas como las cuatro economías más poderosas de los países emergentes, este grupo fue bautizado como "BRIC" allá por el año 2001 por un analista financiero norteamericano con algún talento para pergeñar siglas pero, en realidad, el grupo comenzó a adquirir cierto sentido recién hacia 2004-2005.

Aunque ya se han realizado varias reuniones informales entre los líderes de estos cuatro países, lo cierto es que el martes, probablemente gracias a un fuerte liderazgo del anfitrión, realizaron su "presentación oficial en sociedad".

Las razones por las cuales muchos analistas consideran la concreción de este grupo de países emergentes como un hito de importancia son, por lo general, de corte meramente cuantitativo. Nos dicen que los países del BRIC constituyen, según el Banco Mundial, el 27% del PBI mundial (siendo Rusia la economía No. 11, Brasil la No 10, China la No. 5 y la India la No. 12, en el ranking del FMI), que su población supera el 40 % de la población mundial, que disponen en este momento de aproximadamente el 40% de las reservas monetaria, que ocupan el 25 % del territorio mundial, etc., etc.

En suma, nadie puede negar que se trata de países que son altamente significativos en el mundo contemporáneo y que, muy probablemente, seguirán adquiriendo importancia creciente en el futuro inmediato (toda vez que varios de ellos están atravesando la crisis en bastante mejores condiciones que otras potencias) y también en el mediano plazo surgirán como referentes internacionales de peso.

Resulta importante señalar que la emergencia de este grupo puede ser revelador de un fenómeno que todos percibimos con bastante claridad: la globalización, (al contrario de lo que sostienen sus eternos detractores en los países subdesarrollados) ha sido una estupenda oportunidad de crecimiento para muchos de los países emergentes. Es más: en varias oportunidades se ha considerado si países como Sudáfrica, México o Pakistán no podrían formar parte del mismo grupo. Si no ha sido así, es por razones políticas específicas que, en cada caso, se considera que los inhabilitan por el momento.

En otros términos, para muchos, el BRIC aparece como un nuevo "player global" potencial y, en algún sentido eso es así si planteamos la cuestión a la inversa: el "espacio" político internacional ocupado por los EE.UU., la UE y el Japón se ha reducido, relativamente, y ello de manera independiente de esta crisis económica por la que estamos atravesando, por lo que otros países o grupos de países tienden a ocupar ese nuevo "margen" que aparece como vacante.

Pero ¿es precisamente esta configuración "BRIC", de los nuevos "players globales", la fórmula mas idónea para ocupar esos nuevos espacios y desafiar a los 3 centros de poder establecidos?

Cuando uno revisa la temática tratada en la reunión por Medvédev, Hu Jintao, Manmohan Singh y Lula da Silva, lo que llama la atención es que se trató, esencialmente de una plataforma reivindicatoria, si no es que de una lista de quejas. El dólar y el euro ya no serían suficientes como monedas de reserva, el peso de sus países en los organismos multilaterales no es equitativo, hay que recordar las responsabilidades de los países desarrollados en el terreno energético y en la cuestión ambiental, se requiere reformar las Naciones Unidas, etc. En otros términos: más allá de que algunas de estas cuestiones puedan resultar pertinentes, la reunión no parece haber generado una sola propuesta concreta -(si no es la de volver a reunirse en Brasil en el 2010)- y se centró en el archi-conocido "lamento" contra EE.UU. y el "establishment" internacional existente.

Desde esa perspectiva, la reunión de Ekaterimburgo dejó una impresión más bien pobre. El Presidente Medvédev declaró: "Nuestra cumbre inicial ha justificado las expectativas" y, luego, que "La cumbre del BRIC debe crear condiciones para la formación más justa de un medio favorable que permita resolver tareas actuales de envergadura mundial" lo que en principio, si uno logra identificar algún sentido coherente a estas declaraciones, parece ser una declaración de satisfacción y, simultáneamente, la proclamación de la necesidad de afirmación de un principio de justicia en el ámbito de la política internacional.

Nadie puede discrepar con el principio de la justicia pero, lo que primero salta a la vista es que este nuevo paladín de la justicia tiene un doble problema de credibilidad.

El primer problema es que, como grupo, constituye un nucleamiento demasiado disímil -(desde lo cultural hasta lo militar)- como para liderar, o siquiera prohijar, un funcionamiento más justo del mundo internacional. Es más, con la excepción del Brasil, los otros tres actores tienen entre sí un pasado relativamente reciente de fuertes enfrentamientos, incluso militares. Sus lazos comerciales son escasos y los que se han desarrollado son más bien recientes. Desde el punto de vista cultural: ¿que tienen que ver Rusia que, desde Catalina la Grande hasta la fecha, está por decidir si es occidental o asiática, con la China, "El Imperio del Medio" del Oriente? ¿Que tienen que ver la milenaria India colonizada por Gran Bretaña y liberada por Gandhi, con el imberbe Brasil luso-afro-americano cuya historia independiente no llega a 200 años?

Pero, en segundo problema de credibilidad reenvía todavía a problemas más álgidos y concretos. ¿Es la Rusia de Putin la que clama por la justicia y el multilateralismo equilibrado y ponderado? ¿Cómo ven este nuevo papel las decenas de países actualmente sometidos a la presión constante de un país compulsivamente expansionista? ¿Esa China de Hu Jintao no es la misma que sostiene el gobierno de Sudán responsable, en altísima medida, de la tragedia de Darfur? ¿Es "otra" China la que ha sometido al Tibet? ¿No es la India la potencia que mantiene subyugada a Cachemira? Y este Presidente Lula que declara, con tono "izquierdista" que "…la sociedad moderna debe revisar un sistema que…condena a millones de personas a la pobreza y a la desesperación", ¿no pertenece al país más expansionista de América del Sur que hace y deshace, dentro de Mercosur, cerrando y abriendo fronteras, sacando y poniendo aranceles a su antojo? Seguramente que ya revisó los precios que paga por la energía que le vende obligadamente el Paraguay de la represa binacional de Itaipú, como clama el Presidente Lugo. También pide Lula que los países desarrollados cubran: "…los costes de la adaptación tecnológica necesaria para que…los países en desarrollo se beneficien del progreso científico sin hacer daño al medio ambiente." ¿No es el mismo Presidente que no ha detenido el proceso de desforestación de la Amazonia? ¿O la culpa de ello es del "imperialismo" y es este último el que debe pagar la factura?

Vamos, …que tampoco nos tomen por tontos!¿ China, Rusia, India y el Brasil en el papel de defensores de la justicia y de redentores del mundo internacional?

Bienvenido el BRIC como un potencial actor de importancia en la escena internacional si es que, en sus políticas, se va a mostrar efectivamente más coherente y apegado a los principios de derecho que las actuales superpotencias. !Pero hay de nosotros si estos cuatro recién llegados se suman, efectivamente, a las superpotencias existentes y a sus prácticas! En la mayoría de los casos, su "record" de conducta internacional es bastante más dudoso que el de las conocidas grandes potencias actuales. Y más vale lidiar con tres potencias que, con esas mismas tres, más estas "nuevas cuatro", que, además, llegan con sus apetitos intactos.