"El Salvador: tregua entre maras"*
"El tema de las pandillas juveniles y de delincuentes en Centroamérica ha ocupado un lugar importante en la agenda social y de seguridad en estos países en las últimas dos décadas. Las políticas de mano dura han tenido resultados limitados y ciertamente la situación de marginación y bajas oportunidades para millones de jóvenes hacen de este tema un reto enorme.
En este contexto, el 19 de marzo de 2012, las dos más importantes pandillas de El Salvador - Mara Salvatrucha (MS-13) y barrio 18 (M18)-, establecieron una tregua que llevó a reducir la tensión y el conflicto entre las dos principales organizaciones y que trajo en consecuencia una reducción significativa de actos delictivos, en particular del número de homicidios registrados en el país. La llamada tregua mara se logró entre los líderes de las dos Maras en el penal de máxima seguridad Zacatrás; apoyaron en el proceso el obispo castrense Fabio Colindres y el ex comandante guerrillero, Raúl Mijango.
De acuerdo con los resultados del sondeo realizado por La Prensa Gráfica (LPG) a 1,200 personas con preguntas respecto del proceso, destaca que 37 % de los entrevistados sí cree en la tregua entre las maras y que 52 % expresó estar de acuerdo en que los homicidios han disminuido, como lo señalan las autoridades. Interesante comentar que 45% considera que estos resultados obedecen a un acuerdo entre las pandillas y el Gobierno, a pesar de que el presidente Funes ha negado públicamente la existencia de dicho acuerdo. Sólo 37% considera que el número de asesinatos no ha bajado y 5,4% percibe que la situación sigue igual.
En el ámbito político este proceso se ha reflejado de distintas maneras. La oposición política, encabezada por el candidato a la presidencia del partido Alianza Republicana Nacionalista –ARENA – y, el actual alcalde de San Salvador, Norman Noel Quijano, sugieren que el gobierno de Mauricio Funes estuvo involucrado en la negociación y que realizó un pacto con estos grupos.
El alcalde de San Salvador asegura que ha bajado la tasa de homicidios, pero que han aumentado las cifras de desapariciones y extorsiones y que la población de El Salvador sigue sin sentir seguridad. Las acusaciones por parte del alcalde de San Salvador las realizó durante la gira que realizó por Nueva York, Florida y California, con el propósito de platicar con la población de esos estados, ya que para las próximas elecciones presidenciales (2014) se prevé la apertura del voto en el exterior y en Estados Unidos se concentra una población de tres millones de salvadoreño que envían a su país de origen cerca de 4 mil millones de dólares en remesas cada año, que representa 18% del PIB nacional.
Ante las acusaciones del alcalde Quijano, Mauricio Funes, presidente de El Salvador, aseguró que su gobierno no impulsó las negociaciones, sin embargo, lo que sí hizo fue facilitar el diálogo mediante la reubicación de los líderes de estas pandillas a otras penitenciarias más flexibles. Funes reiteró que no forma parte de su política sentarse a dialogar con pandilleros, criminales, ni terroristas y que mantiene su línea de mano dura que privilegia la participación del ejército en la seguridad del país y considera como ilegal la sola pertenencia a una pandilla criminal. Pese a ello, Funes reconoció que hubo una baja sustancial en el número de homicidios, a razón de 15 a 5 diarios.
El presidente Salvadoreño asegura que durante estos nueve meses de tregua han disminuido los homicidios en 40%, es decir, 1.600 asesinatos menos que entre marzo y octubre del año anterior. Señaló también que se han reducido las desapariciones en 10 % y que, adicionalmente, este pacto entre pandillas ha permitido avanzar en un proceso de desarme bajo la supervisión de la OEA. El Secretario General de ese organismo, José Miguel Insulza, recibió de manos de los líderes de las pandillas la “Propuesta de documento marco para la recuperación de la paz en El Salvador”, en el que comprometen su palabra para continuar con la tregua y anuncian un desarme parcial de sus estructuras.
Frente a estos avances, la OEA anunció un plan para mejorar las condiciones de los presos de las cárceles en El Salvador, mediante la recién creada Fundación Humanitaria en la que participa Adam Blackwell, secretario de seguridad de la OEA, empresarios, intelectuales y miembros de la comunidad salvadoreña. La OEA también promoverá planes de atención a víctimas de la violencia e iniciativas de reinserción de criminales, hará el monitoreo del cumplimiento de los compromisos asumidos por los líderes de las maras y realizará las acciones de verificación de entrega de armas.
Lo que ha sucedido este año en El Salvador es un fenómeno novedoso en el que son las propias pandillas las que marcan el camino de la disminución de la violencia. Sin embargo, a diferencia de los acuerdos entre organizaciones criminales, en este proceso han participado organizaciones oficiales nacionales e internacionales y organizaciones sociales de distintos tipos, lo que le da al proceso un carácter muy distinto. Sin duda es un proceso que debe seguirse con cuidado dado la expansión de este fenómeno, no sólo en Centroamérica, sino también en México y en otros países del continente".
Fuente: Grupo Coppan 2050, 29/noviembre/2012
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Analítica Internacional. Con la colaboración especial de
: Lourdes García Hernández
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