SLAVOJ ZIZEC o la frivolidad
Con fecha 1 de febrero, el polifacético autor esloveno publica en
"The Guardian" un artículo con el siguiente título:
"Why fear the Arab revolutionary spirit? The western liberal reaction to the uprisings in Egypt and Tunisia shows hypocrisy and cynicism", como reacción periodística a los acontecimientos que se desarrrollan en Egipto.
Desde que decidió forjarse una imagen pública, Zizec se ha tornado en un escritor (y muchas cosas más porque incursiona en farándulas mediáticas de todo tipo) totalmente previsible: su discurso siempre tiene un sólo objetivo, "épater le bourgeois", y su concepción política una única razón de ser: fomentar todo movimiento social que, bajo una retórica "popular", promueva el desarrollo de una política autoritaria que permita combatir toda concepción liberal de la política.
Como si hubiese nacido en Tahiti y se hubiese formado en Tanganika o Nepal, reniega sistemáticamente de todo aquello que pueda aparecer como "occidental" y se entusiasma (si es que esto es posible) con todos los formatos de "exotismo" que el mundo globalizado de hoy le proporciona en abundancia. Es necesario reconocer que, en esto, no es nada novedoso: los "liberals" norteamericanos, "la gauche caviar" francesa, múltiples sectores intelectuales europeos y una pléyade de "progresistas" latinoamericanos comenzaron a practicar versiones diversas de este relato desde hace ya muchas décadas.
Es una vieja forma de racismo, de origen eurocéntrico pero que se ha extendido más allá del viejo continente, que torna, en este caso a los egipcios (pero pueden ser los indígenas chiapanecos del Sub-comandante Marcos, los favelados cariocas, los piratas somalíes o cualquier otro grupo) como víctimas sistemáticas de la política y economía internacionales, como imbéciles históricos cuyo único destino en este planeta es el de ser manipulados y explotados por "el Occidente liberal" o "el sistema" o “el capitalismo“ o la denominación que Zizec quiera para el caso utilizar. Obviamente la misión personal e intelectual de Slavoj Zizec es denunciar y combatir esta ignominia y, como encargado de combatir El Mal, debe transformar esos ”pueblos” en el mundo del futuro.
Y en eso está. Y con cualquier argumento: "After Mubarak sent the army against the protesters, the choice became clear: either a cosmetic change in which something changes so that everything stays the same, or a true break". El ejército, por el contrario, intervino deteniendo (seguramente para sorpresa del propio Mubarak) las exacciones de todo tipo que estaba llevando a cabo la policia. Y si no ha habido una masacre mayúscula en Egipto hasta la fecha ha sido porque el ejército la ha impedido, contra la voluntad de la policía y la de varios sectores de manifestantes. Al "gattopardismo" militar que se insinúa (y que tanto molesta a Zizec) se debe enfrentar, para nuestro autor, "the true break".
¿Qué es "the true break" para Zizec? En el artículo el autor se cuida mucho de definirlo. Con cierta razón sostiene que los autoritarismos árabes y musulmanes han combatido desde hace algunas décadas tan despiadamente a los partidos democráticos seculares, han perseguido a la izquierda no religiosa con tal saña, que el peligro del fundamentalismo islámico es, en realidad, obra de esos mismos autoritarismos. Si es que hay peligro porque en Tunez y en Egipto solo hay pueblo pidiendo libertad.
Igual conviene recordar que Sayyid Qutb, quizás el primer teórico del fundamentalismo egipcio (y quizás del mundo musulman en aquel entonces) fue colgado hace 45 años por orden de Nasser. O sea que el fundamentalismo tiene algunas viejas y profundas raíces históricas y, la posibilidad de la extensión de regímenes teocráticos a muchos países de la región es una posibilidad real. Decimos una posibilidad; aunque nadie pueda tener la certeza. Ojalá que, efectivamente, asistamos a una democratización secular y liberal de los países del mundo musulman y que Mubarak termine sentado en La Haya. Pero ello no es obvio porque la oposición fundamentalista islámica es esencialmente "propiedad" de los herederos de Qutb y de los salafistas. Los islamo-demócratas son abiertamente minoritarios y la oposición secular, también, es efectivamente débil.
Y el que ejerce la frivolidad, el cinismo y la hipocresía en su artículo es Slavoj Zizec que pretende presentarse como partidario del cambio "estable", "democrático", "pacífico", a pesar de que se pregunta Where did this secular tradition go?". Ahora que el pueblo se ha rebelado contra el autoritarismo, por la democracia, por las libertades "The hypocrisy of western liberals is breathtaking...when the people revolt against the tyrans on behalf of secular freedom and justice not on behalf of religion...they are all deeply concerned".
El remate del artículo no tiene desperdicio porque muestra, de manera perfectamente explícita, qué entiende Zizec por la libertad: "Why concern, why not joy that freedom is given a chance? Today more than ever, Mao Zedong´s old motto is pertinent: "There is great chaos under heaven - the situation is excellent." Según él, de la teoría del caos de Mao emergerían los futuros regímenes seculares, democráticos y respetuosos de las libertades.
Exactamente como en la China de Mao, de Deng y de Hu Jintao. Alli la situación siempre fue, y es, excelente: la democracia y las libertades de Zizec siempre estuvieron y están al orden del día.
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/feb/01/egypt-tunisia-revolt/print