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VENEZUELA ESTÁ PAGANDO MUY CARA LA AYUDA DE RUSIA
Moscú está utilizando su posición como prestamista de último recurso para ganar más control sobre activos estratégicos
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El gobierno socialista de Venezuela está recurriendo cada vez con más fuerza
a su aliado Rusia en busca de dinero y créditos que necesita para sobrevivir,
ofreciéndole activos petroleros a cambio, dijeron a Reuters fuentes cercanas a
las negociaciones.
Mientras Caracas lucha por contener una crisis económica y protestas
callejeras, Moscú está utilizando su posición como prestamista de último
recurso para ganar más control sobre las reservas de crudo del país OPEP, las
más grandes del planeta.
La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha estado negociando en secreto al
menos desde principios de este año con su par rusa Rosneft y le ha ofrecido
participaciones en hasta nueve prolíficos proyectos petroleros, según un alto
representante del Gobierno venezolano y dos fuentes del sector familiarizadas
con las conversaciones.
En abril, Rosneft entregó a PDVSA más de 1.000 millones de dólares a cambio
de envíos futuros de petróleo. En al menos dos ocasiones, Venezuela ha
utilizado el dinero ruso para evitar incumplimientos con tenedores de su deuda,
dijo a Reuters un alto funcionario de PDVSA.
La estatal rusa también se ha posicionado como un intermediario en ventas de
petróleo venezolano a clientes en todo el mundo. Gran parte de los barriles
terminan en refinerías de Estados Unidos, a pesar de las sanciones
estadounidenses contra Rusia, ya que son vendidos a través de firmas
especializadas en el comercio de hidrocarburos.
El creciente control de Rusia sobre el petróleo venezolano le da un mayor
peso en los mercados de energía de América. Rosneft ahora revende cerca de 225.000 barriles por día (bpd) de crudo
venezolano -equivalentes al 13 por ciento de las exportaciones totales del país
sudamericano-, lo suficiente para satisfacer la demanda diaria de un país como
Perú.
La mayor parte del petróleo que Venezuela le entrega a Rosneft va al pago de
miles de millones de dólares en préstamos que el Gobierno de Maduro ya ha
gastado.
El gobierno socialista de Maduro necesita el dinero ruso para financiar
desde pagos de bonos hasta importaciones de alimentos y medicinas en medio de
una grave escasez. Legisladores de oposición dicen que Rusia se está comportando más como un
depredador que como un aliado.
"Definitivamente Rosneft ha estado aprovechando la circunstancia",
dijo Elías Matta, vicepresidente de la comisión de energía del Parlamento, de
mayoría opositora. "Saben que es un Gobierno débil que está urgido de
dinero y ellos son tiburones".
Como Matta, otros parlamentarios han criticado los pactos que dicen soportan
los esfuerzos de Maduro para instaurar una "dictadura" en el país
caribeño.
Los gobiernos de Venezuela y Rusia declinaron comentar sobre las
negociaciones y las crecientes deudas de Caracas con Moscú. PDVSA y Rosneft no
contestaron a peticiones de comentarios. El Gobierno de Maduro se ha vuelto más dependiente de Moscú en los últimos
dos años, luego de que China redujera los préstamos a Venezuela debido a los
retrasos en los pagos y a la corrupción que enfrentan las firmas chinas que
operan en el país sudamericano, dijeron dos fuentes de la industria.
Muchas multinacionales en todo el mundo, mientras tanto, casi han anulado
sus operaciones venezolanas. Pero Rosneft ha tomado el camino opuesto aprovechando los tiempos difíciles
de Venezuela como una oportunidad de compra de activos petroleros de alto valor
a largo plazo.
"Los rusos están llevando a Venezuela hacia el fondo", dijo un
diplomático occidental que ha trabajado en asuntos relacionados con la industria
petrolera de Venezuela. Mientras otras empresas han hecho sus maletas y se han ido del país, Rosneft
agregó un piso a su oficina en Caracas y ha incrementado personal. La firma
rusa ha contratado a profesionales de PDVSA y ha traído a más ejecutivos rusos
a Venezuela, dijeron fuentes cercanas a Rosneft.
La expansión ofrece un sorprendente contraste: mientras los empleados de
Rosneft trabajan en elegantes oficinas junto a carteles del presidente ruso
Vladimir Putin y un busto del fallecido Hugo Chávez, afuera, jóvenes
encapuchados protestan contra Maduro lanzando piedras y cócteles molotov.
Rosneft actualmente participa en cinco grandes proyectos petroleros
venezolanos. Los negocios adicionales que PDVSA está ofreciendo a Rusia
incluyen cinco en la Faja del Orinoco -el mayor reservorio de crudo del país-,
tres en el Lago de Maracaibo y un proyecto en el Golfo de Paria, dijeron
fuentes de la industria a Reuters.
En una propuesta separada, Rosneft también está en conversaciones para
cambiar su colateral en la refinadora estadounidense Citgo, propiedad de
Venezuela, por acciones en campos de gas y petróleo y productos refinados del
país sudamericano, reportó Reuters en julio.
La maniobra busca, en parte, evitar las consecuencias de sanciones económicas
desde Estados Unidos. Rosneft ya ha sido sancionada en Estados Unidos tras la anexión rusa de
Crimea en 2014. Además, el Gobierno de Donald Trump ha amenazado a Caracas con
sanciones económicas en represalia a la instalación de una plenipotenciaria
Asamblea Nacional Constituyente.
Minar la democracia
La sed de Maduro de dinero ruso jugó un papel clave en un movimiento de sus
aliados políticos a principios de este año que minó la democracia venezolana,
dijo un funcionario de alto rango del Gobierno del país sudamericano a Reuters.
En marzo, el Tribunal Supremo de Justicia restó facultades al Parlamento
dominado por la oposición, cuyos miembros se opusieron a cualquier nuevo
acuerdo petrolero con Rusia e insistieron en conservar el poder de vetarlos.
Días después, tras protestas contra la movida, el Supremo revirtió parte de
los polémicos fallos, pero permitió al presidente conservar la autoridad para
firmar acuerdos petroleros sin el aval del legislativo.
El episodio fue crucial en la escalada de las protestas que, desde entonces,
han causado más de 120 muertos. Maduro necesitaba la autoridad para firmar acuerdos petroleros y así
despejar el camino para la expansión de Rosneft, dijo a Reuters el alto representante
del gobierno venezolano.
"La presión por parte de Rusia ha jugado un rol importante en las
decisiones políticas de Nicolás Maduro", dijo la fuente en condición de
anonimato. Rosneft dijo en agosto que ha prestado un total de 6.000 millones de dólares
a PDVSA. Rusia y Rosneft han entregado a Venezuela por lo menos 17.000 millones
de dólares en préstamos y líneas de crédito desde 2006, según cálculos de
Reuters basados en préstamos y líneas de crédito anunciados por el gobierno.
Venezuela no publica todos los detalles de sus deudas con Rusia. "Los rusos han forzado la barra", agregó la fuente gubernamental.
Maduro ha tratado de limitar el poder del Congreso desde que la oposición
ganó la mayoría de sus escaños a fines del 2015. Y apenas una semana atrás, se
instaló la asamblea constituyente con poder para reescribir la carta magna y
disolver el resto de las instituciones públicas.
Espiral de deuda
La economía venezolana, que depende en más del 90 por ciento de las
exportaciones petroleras, recibió un duro golpe cuando el barril de crudo cayó
a mínimos de 24 dólares a principios del 2016, luego de cotizarse a más de 100
dólares en 2014.
El barril se ha estabilizado en alrededor de los 50 dólares, pero aún así
Venezuela no ha podido superar la crisis.
El menor flujo de petrodólares ha afectado fuertemente la disponibilidad de
divisas, exponiendo al Gobierno socialista a graves dificultades para seguir
sosteniendo los subsidios a medicinas, alimentos, combustible y servicios
públicos.
La reducción de algunos subsidios ha contribuido a la inflación que, según
el Fondo Monetario Internacional, alcanzaría un 720 por ciento este año.
La reducción de gastos del Gobierno también ha llevado a PDVSA a recortar
los presupuestos para mantener la operación de sus yacimientos, refinerías,
puertos y flota naviera, generando una caída de la producción petrolera en lo
que va del 2017 a su nivel más bajo en 27 años.
PDVSA está pagando con petróleo una creciente parte de su deuda acumulada
con Rusia y a China, según datos internos de la petrolera estatal revisados por
Reuters. Los pagos con petróleo reducen el flujo de efectivo de la estatal, creando
la necesidad de más préstamos.
La creciente deuda, a su vez, fuerza al Gobierno a aceptar negociaciones que
afectan la producción futura, así como a vender participaciones en proyectos
petrolíferos o de infraestructura, erosionando el control de la nación sobre su
riqueza petrolera.
En total, los pagos con petróleo de préstamos concedidos por empresas chinas
y rusas sobrepasan los 735.000 bpd o un 42 por ciento de los 1,75 millones de
bpd de exportaciones petroleras de Venezuela, según documentos internos de
PDVSA.
Activos circulando
La inestabilidad y la profundización de la crisis económica en Venezuela han
permitido que Rosneft adquiera activos petroleros a bajos costos. De las acciones que PDVSA le ha ofrecido a la petrolera rusa, la más valiosa
es una participación del 10 por ciento en Petropiar, un proyecto
multimillonario para producir y mejorar crudo extrapesado en la Faja del
Orinoco.
El proyecto incluye instalaciones que transforman el crudo extrapesado
venezolano en un producto apto para ser transportado y vendido en los mercados
internacionales. El valor de la participación se calcula entre 600 y 800 millones
de dólares.
El creciente volumen de crudo venezolano que Rosneft recibe ha convertido a
la firma rusa en un intermediario de peso en ventas a refinerías que solían
comprar directamente a PDVSA, según documentos internos de la firma revisados
por Reuters.
Los pagos en petróleo también han ayudado a Rosneft a desarrollar una
importante actividad comercial para complementar su enorme capacidad de
producción. En el proceso, la firma rusa se ha terminado por apropiar de acuerdos
internacionales de suministro que PDVSA trabajó arduamente para obtener, además
de valiosas relaciones comerciales con refinadores en China y otros países,
muestran los documentos de PDVSA.
A precios de hoy, los barriles de petróleo venezolano que recibe Rosneft
valen unos 3.600 millones de dólares anuales. Y se espera que el flujo de crudo
que Venezuela envía a Rusia siga aumentando, según documentos internos de
PDVSA. La mayor parte de este crudo se revende a Estados Unidos, según los
informes.
Rosneft también comenzará a suministrar crudo venezolano a la refinadora
india Essar, quedándose con el segundo cliente más importante de PDVSA en el
país asiático. "Rusia se está llevando todo lo que hay", dijo un operador que
regularmente comercia con PDVSA.
Riesgosa
Pero la estrategia rusa tiene riesgos. Muchas de las mayores empresas de
energía del mundo fueron golpeadas cuando Chávez nacionalizó sus activos, y un
eventual gobierno de oposición podría revertir o revisar cualquier trato que
Maduro haga sin su consentimiento.
Los rendimientos de los bonos de Venezuela están entre los más altos del
mundo debido a su elevado riesgo de incumplimiento de pagos. Los bonos
venezolanos pagan casi 30 por ciento más que sus pares de referencia
estadounidenses.
Al negociar con Venezuela en medio de una crisis política, Rusia además se
expone a mayores sanciones por parte de Estados Unidos, que también ha
amenazado con seguir penalizando a funcionarios e incluso entidades
venezolanas.
El proyecto Petropiar, por ejemplo, está controlado en un 30 por ciento por
la petrolera estadounidense Chevron. Si Rosneft se uniera al proyecto, podría ser complicado para Chevron
asegurar que sus ejecutivos no estén violando las sanciones impuestas por parte
de Estados Unidos.
Mientras tanto, Chevron ha enviado pautas a ejecutivos para asegurarse de
que cumplan con lo establecido en las sanciones, dijo a Reuters un empleado de
la petrolera estadounidense. Chevron ha pedido a sus empleados evitar reuniones en solitario con
trabajadores de Rosneft, así como con funcionarios venezolanos recientemente
sancionados por Estados Unidos bajo acusaciones de corrupción y violaciones a
los derechos humanos, agregó el trabajador.
En una reciente comunicación con Reuters, Chevron aseguró que tiene "un
estricto código de ética empresarial" y que además cumple con las leyes y
regulaciones aplicables. Por ahora, el estatus de Rusia como uno de los principales prestamistas de
Venezuela ha puesto a Rosneft en posición de incrementar sus tenencias y
beneficios en la región.
Si el Gobierno de Venezuela incumpliera sus pagos de deuda, Rosneft estaría
entre los primeros de lo que se espera sería una larga fila de acreedores
debido a su colateral sobre la filial de PDVSA en Estado Unidos, Citgo, según
un análisis independiente de su deuda comisionado por un fondo de inversión y
visto por Reuters. Citgo es el activo extranjero más grande de Venezuela.
Armas por petróleo
La presencia de Rosneft en Venezuela se inició con un acuerdo de 4.000
millones de dólares en el 2006 que consolidó el vínculo entre los gobiernos de
Chávez y Putin. El difunto expresidente venezolano firmó el acuerdo en Moscú.
Chávez compró aviones de combate rusos Sukhoi, helicópteros, tanques y
cañones a Putin luego de que Estados Unidos se negara a suministrar repuestos
para la flota venezolana de aviones de combate F-16 estadounidenses.
Los altos ejecutivos de Rosneft y PDVSA participaron más tarde en las
negociaciones relacionadas con las compras militares porque Rosneft era la
entidad rusa encargada de recibir los envíos de petróleo venezolano que cubrían
parte del pago de los aviones, dijo a Reuters el funcionario venezolano.
Entre ellos figura el presidente de Rosneft, Igor Sechin, un poderoso asesor
de larga data de Putin.
Sechin tuvo contacto directo con Chávez hasta la muerte de éste en 2013,
dijo el funcionario venezolano a Reuters, y ha mantenido estrechos lazos con
Maduro. De hecho, ambos se reúnen regularmente, agregó la fuente.
La relación se ha demostrado en el apoyo de Moscú a Venezuela en el ámbito
internacional. Rusia defendió al Gobierno de Maduro de las críticas internacionales después
de la decisión del Tribunal Supremo y el jueves dijo que las sanciones de
Washington a Caracas no eran "constructivas".
En octubre del 2016, Sechin fue el invitado de honor de Maduro en un acto
donde se desveló una estatua de granito de Chávez en su ciudad natal fabricada
por rusos, una de las tres visitas que hizo a Venezuela el año pasado.
En aquella ceremonia, un coro ruso cantó el himno venezolano en español con
un fuerte acento antes de que Sechin se dirigiera a la multitud de partidarios
oficialistas. "Muchas gracias por la confianza en nosotros", dijo a la multitud
durante el discurso emitido por un canal estatal venezolano. "¡Juntos siempre Rusia y Venezuela!”