La tormenta económica golpea las calles de la Rusia de Putin
Los efectos de las sanciones y del desplome del precio del crudo llegan a la vida cotidiana
De El País de Madrid.
Pilar Bonet,
Moscú, DIC 2014
Los rusos han comenzado a notar el deterioro de la economía. Los
comestibles no escasean, pero son mucho más caros y menos diversos que
el pasado otoño. En los supermercados de Moscú
las naranjas y melones sin datos sobre su origen (lo que es ilegal) han
sustituido a los cítricos españoles y las manzanas polacas. Algunos se
alegran del retorno de las uvas de Uzbekistán, eclipsadas antes por las
italianas, aunque sea a precios de lujo y, a veces, con resabio de
pesticida, pero a otros les preocupa que las hortalizas puedan ser de
origen chino, lo que equiparan al uso incontrolado de abonos químicos.
El trigo sarraceno, un cereal muy popular como desayuno o como
guarnición, desapareció de los comercios para volver después a los
estantes a precios más caros. Algunas marcas de ropa occidental cierran
sus franquicias y la Moscú del lujo y el derroche se ve obligada a
contar el dinero.
El bajón en el precio del crudo —la primera fuente de divisas de Rusia— la devaluación del rublo y la geopolítica han alimentado la crisis, pero no son los únicos factores, porque la economía rusa empezó a estancarse antes de la escalada de sanciones y contrasanciones que siguió a la anexión de Crimea y el conflicto en el resto de Ucrania. Hoy las grandes empresas rusas tienen restringido su acceso a los mercados financieros occidentales y los productos alimenticios elaborados en la Unión Europea y otros países fueron vetados por el Gobierno ruso.
El comercio, no obstante, es una caja de sorpresas. En Moscú es difícil encontrar queso parmesano, pero una colega trae, como un trofeo, un paquete de parmesano producido en Lituania y comprado en Tver, una provincia deprimida. Los salmones de litorales prohibidos se cuelan por Bielorrusia y su líder, Alexandr Lukashenko, ha reñido a los altos funcionarios rusos por vetar a su antojo las importaciones de alimentos sin respetar la aduana común (ambos países son miembros de la Unión Aduanera).
Los rusos tendrán que convivir con las sanciones durante años, según Alekséi Kudrin, el exministro de Finanzas de Rusia que hoy dirige una organización denominada Comité de Iniciativas Ciudadanas. Para que la economía se desarrolle en las actuales circunstancias hay que restablecer la confianza en la política y en las instituciones, es decir, democratizar, eliminar el exceso de regulaciones, acabar con el sistema de lobistas privilegiados que, sin querer cambiar, reclaman recursos del Fondo Nacional del Bienestar, ha afirmado Kudrin en un artículo en el periódico Védomosti.
El exministro considera "anormal" que las empresas energéticas pidan ayuda al Estado cuando el petróleo se vende a 80 dólares por barril y advierte de que el Fondo Nacional del Bienestar (especialmente creado para situaciones de emergencia) es limitado. La demanda interna, que crecía a un ritmo del 6,9% anual, se redujo a un 1,3% en 2013, afirma Kudrin, según el cual el estancamiento actual puede durar de tres a cuatro años e incluso más y el rublo, que se devaluó en un 30% frente al dólar desde agosto, no será una divisa de reserva ni siquiera de carácter regional en 20 años como mínimo.
Los pronósticos no son optimistas.
El Ministerio de Desarrollo Económico ha rebajado su previsión para
2015 de un crecimiento del 1,2% del PIB a una contracción del 0,8%.
Maksim Oreshkin, del Ministerio de Finanzas, ha advertido de que si el
precio del crudo baja a 60 dólares por barril, el PIB se reducirá aún
más: entre un 3,5% y un 4%, según el servicio económico RBC.
Los rusos atribuyen el empeoramiento de la economía a la caída de los
precios del petróleo (45% de los encuestados en un sondeo del centro
Levada) y a las sanciones (un 33%) y, en tercer lugar, a los gastos para
asimilar Crimea y para apoyar a los independentistas de Donetsk y Lugansk
(30%) y, solo después (26%), a la corrupción. Un 80% cree que la
situación económica empeorará y un 61% no tiene ahorros. Entre quienes
sí los tienen, un 80% los mantiene en rublos (frente a un 7% en dólares y
un 3% en euros).
Este año, las compras prenavideñas parecen haber comenzado con
anticipación y algunos analistas ven en ello un deseo de librarse de los
rublos acumulados antes de que los precios suban más. Pero Rusia no
solo importa la ropa y el calzado (un 90%), sino también el 70% de los
medicamentos. Para Leonid, un científico retirado con 17.000 rublos (268
euros) de pensión, que gasta 5.000 al mes en medicinas, las
perspectivas son inquietantes. No es lo mismo un jubilado o un educador
de preescolar (26.452 rublos o 418 euros, de media en Rusia) que un
funcionario de la Administración Presidencial, donde el sueldo medio en
septiembre era de más de 216.000 rublos (3.415 euros) tras un incremento
del 13,8%. Y para que quede claro el contraste, el Ministerio de
Desarrollo Económico ha vaticinado un incremento del 1,3% en el sueldo
real en Rusia para este año y un descenso del 3,9% para 2015.
Link: http://internacional.elpais.com/internacional/2014/12/02/actualidad/1417551886_920730.html