Bolsonaro afianza el liderazgo
DIARIO EL PAIS, 13/10/2018
Cuando
los brasileños terminaron de votar el domingo pasado, habían desplazado
a figuras poderosas de la política, partidos políticos que habían
dominado desde hace años fueron reducidos a perdedores, y el populista
de extrema derecha del Partido Social Liberal (PSL), Jair Bolsonaro, un
militar retirado y diputado desde hace siete períodos, de 63 años, hizo
impacto al triunfar por 18 puntos sobre Fernando Haddad, un académico de
55 años que reemplazó a Luiz Inácio Lula da Silva como candidato
presidencial del Partido de los Trabajadores (PT). En síntesis, fue el
cambio político más arrolador que Brasil ha visto desde que retornó la
democracia en 1985.
"Lo
que estamos observando es el colapso de nuestro sistema actual", indica
María Herminia Tavares de Almeida, experta en ciencias políticas de la
Universidad de São Paulo, a The New York Times.
Y,
las primeras encuestas con vista al balotaje, en el que los brasileños
votarán en exactamente dos semanas, apuntan a la victoria de Bolsonaro
porque tiene una diferencia difícil de descontar.
"En
la jerga de las empresas de encuestas, cuando los gráficos de línea
muestran un diseño que distancia a un competidor de otro de manera
clara, se dice el yacaré abrió la boca. Y, cuando la abre, es difícil de
ser cerrada. El hecho es que una victoria de Haddad significaría
cambiar en 15 días todo lo que el electorado brasileño hizo el domingo
pasado, cuando barrió a figuras tradicionales de la política", señala el
periodista de O Globo, Merval Pereira, en una columna publicada
ayer. "La situación es tan grave, que el PT aceptó una derrota simbólica
de relevancia, al permitir que Haddad borrara de su publicidad el
rostro de Lula y, más que eso, cambiara el color rojo de la propaganda,
por el verde y amarillo típico de la campaña de Bolsonaro".
Describe
que ahora, la campaña del PT muestra a chicas y chicos con la camiseta
de la selección brasileña, con la mano en el corazón en señal de respeto
y mirando hacia el horizonte, "dignos del realismo socialista de los
triempos de Stalin en la Unión Soviética. Y, la desaparición de la
figura de Lula de los carteles hace recordar el hábito estalinista de
borrar las fotos de los que caían en desgracia en el régimen comunista,
mucho antes de la aparición del photoshop".
Pereira puntualiza: "Es claro que el PT no llegó a ese punto, y que Lula continúa siendo el gran líder".
Agrega
que debido al alto grado de rechazo a Lula y al PT, el director de
Ibope, Carlos Augusto Montenegro, señala que si el expresidente fuera
candidato en la actualidad, podría perder la elección.
Eficacia.
A
medida que digieren y analizan el nuevo panorama político después del
resultado estremecedor de la primera vuelta electoral, los expertos en
ciencias políticas y académicos coinciden en destacar que el fenómeno
generado por Bolsonaro puede cambiar de manera definitiva la manera cómo
se hacen las campañas electorales en Brasil. De forma contraria a lo
que hicieron sus rivales que tuvieron mucho más tiempo de aparición en
la televisión nacional —se les adjudica en función del tamaño del
patido— y presentaron publicidad afinada, Bolsonaro desarrolló una
campaña básica, de bajo costo e impulsada principalmente por las redes
sociales. Sus adherentes crearon cientos de grupos en WhatsApp —que es
usado por la amplia mayoría de los brasileños— para compartir
información de la movilización, anécdotas, memes y teorías
conspirativas.
Victor Piaia, un sociólogo de la Universidad Estatal de Río de Jeniro, que estudia la comunicación política, indica a The New York Times
que no resulta claro el grado de coordinación que la campaña tuvo con
los grupos de chat. Pero, precisa que es evidente el papel que jugó para
manejar la narrativa política y se benefició de una plataforma de
mensajes que tiene un efecto de amplificación. Agregó que este tipo de
comunicación es menos en escala jerárquica, debido a que "todos son los
curadores de su propio contenido, y eso hace que la información que se
distribuya resulta más atractiva".
Por
ejemplo, Piaia menciona la eficacia que mostró la campaña de Bolsonaro
para dirigir el voto, porque "mientras otros partidos políticos
distribuían panfletos en las calles, su campaña dedicó varias semanas a
enviar mensajes a través de los grupos de WhatsApp con los nombres de
los candidatos que apoyaba".
Bolsonaro
no pudo participar de gran parte de la movilización electoral, debido
al ataque del que fue víctima el 6 de septiembre, en un acto en Minas
Gerais, y que le causó heridas graves. Su presencia en la campaña se
concretó a través de las redes sociales y con difusión de mensajes
precisos en videos.
El
viernes, Bolsonaro agregó a su estrategia electoral la primera
conferencia de prensa, en la que resaltó que va a jugar pesado en el
problema de la inseguridad. "Vamos a enfrentar la inseguridad para que
nuestro pueblo tenga paz, vamos a buscar países del primer mundo para
aprovechar su tecnología y traer felicidad a nuestro pueblo", sostuvo.
Mientras,
Haddad intenta reducir la diferencia que lleva Bolsonaro hacia el
balotaje. Si bien se muestra optimista al asegurar que solo debe avanzar
un poco más de ocho puntos para superar a su rival, sabe que la brecha
es grande.
Por eso, entre otras acciones busca un acercamiento con la Iglesia Católica.
Asimismo,
ha ratificado el apoyo a las políticas sociales que aplicaron los
gobiernos del PT destinadas a los más necesitados y que permitieron
sacar a unas 24 millones de personas de la pobreza.
Por
otra parte, Haddad, anuncia que planea enviar al Congreso proyectos de
ley para las reformas fiscal y bancaria, si es elegido en el balotaje.
También
manifiesta que tiene el propósito de usar el 10% de las reservas de
divisas extranjeras de Brasil para financiar proyectos de energía eólica
y solar en el noreste del país.
Perspectiva.
Más
allá de las posiciones divergentes que tienen los dos candidatos, los
expertos en ciencias políticas Carlos Pereira, de la Fundación Gétulio
Vargas y Carlos Ranulfo, de la Universidad Federal Minas Gerais,
coinciden —en declaraciones que recoge la periodista de O Globo Miriam Leitão— que, al menos en un primer momento, la democracia no se encuentra en riesgo en Brasil.
Pereira
señala que "tenemos instituciones muy sólidas", aunque puntualiza que
si Haddad llega al gobierno e intenta limitar a las instituciones de
contralor, la sociedad va a reaccionar, y si el presidente es Bolsonaro e
intenta desprestigiar las instituciones legislativas, la sociedad
también reaccionará. Advierte que esas reacciones tienden a llegar a una
escala de otro nivel de violencia.
Por
su parte, Ranulfo estima que "es claro que la democracia no está
amenazada, pero no subestimo el riesgo de un eventual gobierno de
Bolsonaro". En ese sentido dice que Bolsonaro tiene una mala relación
con la democracia y estimula en la sociedad agresiones y violencia, lo
que es parte de una corriente muy conocida en el mundo.
Pereira
considera que si bien hay gran renovación del Congreso, la media de la
cámara sigue siendo de centro-derecha, lo que daría más condiciones de
gobernabilidad a Bolsonaro.
Pero, Ranulfo ve que, a pesar de la renovación, la tendencia es la misma con la cual el PT gobernó.
Pereira
considera que habrá problemas si Bolsonaro intenta repetir el estilo
del ex presidente Fernando Collor de Mello, de gobernar relacionándose
directamente con el público, sin la intermediación legislativa ni de los
partidos.
FUENTES: O GLOBO-GDA, THE NEW YORK TIMES, AFP, EFE Y REUTERS
Temer confía en unidad del país tras la elección
"Tenemos que comprender que la
elección es un momento político-electoral, en el que es natural que haya
divergencia; lo que no puede haber es violencia", afirmó el presidente
de Brasil Michel Temer, tras participar de una ceremonia de homenaje al
87° aniversario del Cristo Redentor de Río de Janeiro.>
"Tengo absoluta convicción de que, tras las elecciones, Brasil estará reunificado".>
"Es claro que cada vez que se habla de violencia tenemos que
preocuparnos. Por eso, necesitamos combatirla como estamos haciendo
todos", enfatizó.>
La jugada del PT para disociarse
La
resistencia que suscita Lula en gran parte de la sociedad brasileña
vuelve más difícil que su elegido Fernando Haddad construya una alianza
de "fuerzas democráticas" para aislar a Jair Bolsonaro, al estilo del
Frente Republicano formado en Francia, que bloqueó a la extrema derecha
liderada por Jean-Marie y Marine Le Pen.
Quizás
consciente de la situación, Luiz Inácio Lula da Silva pidió el martes
pasado a Haddad que no siga visitándolo en la cárcel de Curitiba, como
hacía todos los lunes, y que se dedique a la movilización electoral, de
acuerdo con lo que manifestó la presidenta del Partido de los
Trabajadores, Gleisi Hoffman. Habrá que ver hasta qué punto Haddad logra
autonomía de su mentor y qué repercusión tiene esa jugada de
disociación en la intención de voto para el balotaje.