LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE RUSIA SIGUE ACELERÁNDOSE HACIA EL PRECIPICIO. LA SEMANA PASADA NOS OCUPÁBAMOS DE LA RENOVACIÓN Y EL ENDURECIMIENTO PUTINISTA DE LA TRADICIONAL AUTOCRACIA RUSA. ESCASOS DÍAS DESPUÉS, LA DUMA ESTÁ APROBANDO UNA LEGISLACIÓN CUYO ESPÍRITU FINAL APUNTA AL DEBILITAMIENTO DE LA LAICIDAD. EN EL FONDO LA TENDENCIA ES HACIA EL DESARROLLO DEL FUNDAMENTALISMO. SI SE APRUEBA EL PROYECTO DE LEY AQUI ABAJO ANALIZADO, PRONTO VEREMOS LA PROHIBICIÓN DE HACER CARICATURAS DE JESUS O DE LOS SACERDOTES ORTODOXOS. “PUSSY RIOT” ESTABA EN LO CIERTO.
de “EL PAIS DE MADRID”
“Rusia, hacia el estado clerical”
Los cuatro partidos del parlamento apoyan un proyecto de ley para condenar a cinco años de cárcel a los profanadores de objetos de culto
Pilar Bonet
Moscú
26 Sept. 2012
“¿Es la caída de un rayo una descarga eléctrica o un castigo de
dios?”. La pregunta la formuló el martes el diputado Borís Kashin en el
pleno de la Duma Estatal de Rusia (la cámara baja del parlamento) e iba
dirigida a uno de sus colegas, Yaroslav Nílov. Este diputado, ingeniero
energético de formación, había solicitado a los directivos de los
canales de televisión federales que informaran más sobre los fulminantes
“castigos” que pueden abatirse contra los responsables de
“sacrilegios”. Citando como fuente lo que le contaron en una visita al
museo del seminario ortodoxo de Zagorsk, Nílov aseguraba (según la
versión de Kashin) que los sacrílegos a menudo eran victimas de
accidentes, perdían miembros y morían de repente.
Kashin es comunista y Nílov, el jefe del comité de asociaciones
públicas y organizaciones religiosas de la Duma, pertenece al populista
Partido Liberal Democrático. Pero, en este caso, su afiliación no es
relevante, ya que sus respectivos partidos se sumaron a Rusia Unida (el
partido del Gobierno) y a Rusia Justa (de tendencia socialdemócrata), en
el apoyo a una declaración en “defensa de los sentimientos religiosos
de los ciudadanos”, es decir, a favor de castigar más severamente a los
agresores de esos sentimientos hasta ahora no codificados como tales en
las leyes rusas. La declaración fue aprobada con el apoyo de 414
diputados (de un total de 450). A los sentimientos de los ateos no se
hizo referencia.
A la declaración, siguió el correspondiente proyecto de ley —una
reforma del código penal para castigar a quienes profanen los lugares u
objetos de culto—, que, avalado por los mismos cuatro partidos, llegó el
miércoles precipitadamente a la Duma para su tramitación. Según el
proyecto, cinco años de cárcel, el pago de una multa de 500.000 rublos
(cerca de 12.500 euros) o bien 400 horas de trabajos forzados son las
condenas que podrán imponerse a los culpables de “profanación de lugares
y objetos de veneración (peregrinaje), lugares destinados a la
celebración de servicios divinos, otros rituales religiosos y ceremonias
de asociaciones religiosas, que practican religiones que son parte
inseparable de la herencia histórica de los pueblos de Rusia” y también
por “causar daños o destruir esos objetos y lugares”.
El código penal ruso en su versión actual permite ya castigar
actuaciones de motivación antirreligiosa con penas de hasta 5 años de
cárcel por la vía de los artículos referidos al “vandalismo” y al
“extremismo”. Pero, en lugar de recurrir al instrumental jurídico
existente (y suficiente, según expertos legislativos), los diputados
prefieren tipificar nuevos delitos. La incorporación de los
“sentimientos religiosos” a la legislación, el núcleo del nuevo proyecto
de ley, abre nuevas posibilidades para perseguir la libertad de
expresión en Rusia, en opinión de los defensores de derechos humanos.
En la sesión parlamentaria del martes, Kashin fue el único que se
pronunció en defensa del principio del Estado laico recogido en la
Constitución. “Para Rusia, un país multiconfesional, cualquier
desviación de este principio es extremadamente peligrosa y está preñada
de las más graves consecuencias”, sentenció el diputado, quien atribuyó
los conflictos de carácter religioso en su país a la “caída del nivel de
educación”. Kashin puso a Pakistán, Afganistán e Irán como ejemplos de
lo que puede llegar a pasar en Rusia, que, según él, se interna por la
senda de la “incultura”. Rusia, dijo, se mueve “en dirección” de
sociedades como Pakistán y Afganistán, donde “no hay una instrucción
elemental y reina el analfabetismo” y que pueden ser “desestabilizadas”
con “ayuda de provocaciones primitivas” y no precisamente por falta de
instrucción religiosa.
“En Irán han bloqueado el buscador de Google y aquí Kadírov en
Chechenia ya prohíbe YouTube”, afirmó, refiriéndose al jefe de aquella
república caucásica, que ha reaccionado así a los fragmentos de “La
Inocencia de los Musulmanes”, difundidos en la red. “No se puede ignorar
que en Rusia se hace una activa propaganda de ideas anticientíficas y a
veces oscurantistas”, incluso en documentos de la Duma, señaló el
diputado.
En defensa de sus propias concepciones del orden y la paz social, los
dirigentes rusos se apartan cada vez más del Estado laico y buscan
apoyo en la religión, sobre todo en la ortodoxa, que goza de un trato
privilegiado en el Kremlin. En esta vertiginosa deriva hacia una gestión
pública cada vez más asociada con la religión el último capítulo es el
proyecto de ley enviado el miércoles al Comité de Asociaciones públicas y
Organizaciones Religiosas de la cámara.
El episodio más notable de protesta contra la identificación entre el Estado y la religión ortodoxa fue la performance organizada por el grupo punk Pussy Riot el pasado febrero en la catedral de Cristo Redentor de Moscú. Tres
de las integrantes del grupo fueron condenadas el pasado agosto a 2
años de prisión por gamberrismo de inspiración antirreligiosa. Las protestas, a favor y en contra de las Pussy Riot, han dividido la sociedad rusa.
En su declaración del martes, la Duma mencionaba la "sierra de
cruces”, la “destrucción de templos”, “acciones sacrílegas y de
gamberrismo, vandalismo en los cementerios, pintadas ofensivas”. Todas
estas actividades, señalaba el texto, van dirigidas a “destruir las
bases espirituales y morales de Rusia formadas a lo largo de muchos
siglos, a desacreditar los valores tradicionales y, de hecho, provocan
odio cívico y socavan la soberanía del Estado.
La Duma consideraba necesario “contestar severamente a las fuerzas
destructivas que ensalzan el extremismo antireligioso, el vandalismo y
el gamberrismo y que alientan en la sociedad el odio a la iglesia
ortodoxa rusa y otras organizaciones religiosas”. “Todas las fuerzas
políticas del país deben unir sus fuerzas para reforzar la unidad
nacional, para consolidar la paz y el acuerdo cívicos, para unir al
pueblo ruso sobre la base de nuestros valores espirituales
tradicionales”. A ello, subrayaba, "puede contribuir la educación
religiosa de la sociedad, incluido el correspondiente trabajo de
instrucción espiritual entre los jóvenes”.
Desde el primero de septiembre, en las escuelas rusas se imparte una
nueva asignatura titulada “bases de las culturas religiosas y ética
laica”, que da opción de elegir entre el estudio de una religión,
religiones comparadas o ética civil. Según datos del ministerio de
Educación, citados por Nezavísimaya Gazeta, el 42,7% del
alumnado del país se decantó por la ética laica; el 31,7% , por las
bases de la cultura ortodoxa; el 21,2% , por las bases de las culturas
religiosas del mundo; y el 4% por las bases de la cultura islámica. No
obstante, las cifras varían mucho de una zona a otra del país. En las
regiones caucásicas de Ingushetia y Chechenia, el 99,9% y el 100% de los
escolares, respectivamente, han elegido las bases de la cultura
islámica. La ley exige profesores laicos, pero la falta de especialista
hace que esta norma sea transgredida en diferentes lugares. En
Chechenia, por ejemplo, la asignatura es impartida por miembros del
clero musulmán. Rusia tiene una población de más de 142 millones de
habitantes, de ellos cerca de 20 millones, musulmanes. En Moscú, donde
sólo hay cuatro mezquitas, los musulmanes se quejan de escasez de
lugares de oración. Recientemente, la alcaldía de la capital anuló el
permiso para construir una nueva mezquita en el barrio de Mytino,
después de que varios miles de personas, entre ellos nacionalistas
rusos, se manifestaran en contra. Mientras tanto, la iglesia ortodoxa ha
anunciado su intención de construir templos en todos y cada uno de los
distritos de Moscú. En Rusia se consideran “religiones tradicionales” la
ortodoxa, el islamismo, el budismo y el judaísmo.